POR JOSÉ ARNULFO BAYONA* /
En el escenario de la lucha política electoral, por la Presidencia de la República para el periodo 2022-26 en Colombia, ha aparecido una figura fresca, novedosa, negra y mujer, procedente de las entrañas de “la gente de las manos callosas y untadas de barro porque que han sembrado la tierra, de las madres cabeza de familia que han sido obligadas a salir de sus casas para huir del conflicto armado y la violencia” y de las resistencias en las luchas sociales por la defensa de los territorios ancestrales, contra la gran minería, los derechos humanos y las movilizaciones populares contra los inhumanos gobiernos neoliberales. En estas luchas Francia Márquez se ha formado como lideresa social y, ahora hace tránsito a la lucha política, de ahí, su slogan de batalla ¡DE LA RESISTENSI AL PODER! Esta destacada lideresa, sin duda alguna, simboliza las luchas de los de abajo, es su genuina representante.
Con su oratoria, desprovista de escarceos rimbombantes y descrestadores, en lenguaje claro, sencillo, y directo, definió como interlocutores justamente a los pueblos azotados por la miseria, la pobreza, el desempleo y la marginalidad, los millones de desplazados por la violencia estatal, paramilitar, del narcotráfico y las guerrillas, las comunidades afrodescendientes por siglos racializadas y excluidas, las comunidades indígenas víctimas del exterminio sistemático, los/as líderes y lideresas sociales y ambientalista, defensores/as de los derechos humanos, del agua y de la tierra perseguidos y asesinados por los industriales de la muerte y sus gobiernos, de las comunidades de la diversidad sexual sometidas a la estigmatización y el exterminio, los/as campesinos/as y las juventudes urbanas y rurales víctimas de la brutalidad policial.
Poblaciones que conforman la inmensa mayoría del pueblo que ha padecido durante siglos los rigores de la política de la muerte, la corrupción y el mal gobierno; convocándolos, no simplemente a votar por ella en la consulta del pacto histórico que se realizará el 22 de marzo del año próximo, sino a entender y hacer la política mediante métodos y prácticas radicalmente diferentes al caudillismo, el autoritarismo, el clientelismo, la demagogia, la compra de votos, el fraude, el saqueo sistemático del erario, el constreñimiento violento del voto, el destierro y demás formas politiqueras y corruptas con las que han construido su hegemonía la oligarquía y sus centenarios gobiernos de los partidos liberal, conservador, con sus recientes ramificaciones uribistas, de la U, Cambio Radical, el Centro Democrático, Colombia Justa y Libre, entre otros.
Partidos y gobiernos a los que caracteriza de “patriarcales, racistas, clasistas, que han expropiado no solo las tierras donde tenemos sembrados nuestros ombligos, sino nuestra condición humana y nos colocaron en situación de servidumbre”, Así se refiere a la situación de discriminación, explotación y opresión a la que, por siglos han sido sometidos/as millones de nuestros hermanos/as afrocolombianos, que ahora proponen al país la candidatura presidencial de una mujer negra y plebeya que encarna sus aspiraciones y sus luchas por la libertad, la igualdad y la justicia.
En su discurso se vislumbra un nuevo método para el ejercicio de la política, hace énfasis en que la lucha política electoral debe ir de la mano de las luchas de los movimientos sociales, obreras y populares. Por tal razón, reivindica la justeza del gran acontecimiento del estallido social del 28 de abril y denuncia “el tratamiento de muerte que dio el gobierno a las masas juveniles movilizadas en las primeras líneas a las que estigmatizó de vándalos, terroristas y criminales para justificar su asesinato a manos de la fuerza pública y de civiles armados, con las armas del estado compradas con nuestros impuestos”. Proclama que “llegó el momento de mandar obedeciendo, que el pueblo mande y los dirigentes obedezcan” y convoca a construir colectivamente un programa que se convierta en mandato popular de un futuro gobierno del movimiento Soy porque Somos. El método que propone hace pensar en una política de largo aliento, que vaya más allá de las próximas elecciones.
El desafío que Francia plantea para la construcción programática colectiva es el de “parir una política que ponga en el centro el cuidado de la vida, capaz de defender el territorio como un espacio de vida de los pueblos negros, campesinos, indígenas” y, se supone, de los sectores comunales, urbanos y populares; es decir, de los de abajo, los excluidos, los oprimidos, explotados, humillados y ofendidos. Una vez construido y adoptado el programa, convoca a los pueblos a la disputa del poder “vamos a parir un gobierno de la gente, de los y las de abajo, un gobierno que no se unte las manos de sangre, como los gobiernos que hemos tenido, que se han hecho con la violencia, el hambre, la miseria y el destierro”. Será el gobierno de los pobres y con los pobres, no “para los pobres” como pregonan en sus campañas los candidatos de la corrupción.
Para la construcción de abajo hacia arriba del programa, Francia en sus prestaciones públicas, ha esbozado, entre otros, los siguientes ejes:
Invita a los pueblos, que son los que siguen poniendo los muertos, a menudo sin saber de qué lado vienen las balas, a comprometerse con parar la guerra y afirma que “no es justo seguir condenando a las poblaciones empobrecidas a una guerra absurda, que no tiene razón de ser, que ha costado millones de vidas y convertido los territorios y los ríos en cementerios”, propone “instalar mesas de diálogo con todos los actores armados que siguen asesinando y poniendo en riesgo la vida en nuestros territorios” es la premisa fundamental para retomar al camino de la construcción de un paz verdadera, justa y duradera.
Un eventual gobierno de Francia retomaría el cumplimiento del acuerdo de La Habana con las Farc, rodearía de garantías a las llamadas disidencias para que reintegren al acuerdo y, por supuesto, que se sometan a la JEP. Así mismo, retomaría las negociaciones con el ELN, truncadas por el desde el inicio por el actual gobierno, en el propósito de recomponer el proceso de paz hecho trizas por el uribato. La complejidad de esta salida negociada exige ampliar el debate en los encuentros para configurar el mandato popular por la paz.
Propone “implementar un sistema agroecológico que nos permita construir nuestra soberanía alimentaria en la que, desde el primer día de gobierno del Pacto Histórico, ningún/a niño/a, ningún adulto mayor, ninguna persona adulta, se morirá de hambre nunca más”. Tal política supone una reforma agraria que vaya mas allá de la reforma rural pactada con las Farc.
Garantizar y proteger el derecho a la vida y la integridad de las mujeres. “en nuestro gobierno ninguna mujer será violada o asesinada, ninguna persona de las comunidades diversas volverá a ser violentada”.
Transformar el modelo minero-energético. “Vamos a parar el saqueo de nuestras riquezas que comenzó hace 500 años y no se ha detenido, modelo mediante el cual hoy entregan concesiones y establecen cláusulas de explotación en contra de la vida, el territorio y la biodiversidad”.
Frenar la crisis ambiental que hoy vive el planeta.
Garantizar salud, educación, vivienda digna, agua potable y servicios públicos. Pero, advierte que garantizar la educación gratuita no es suficiente, porque es necesario transformar el modelo educativo, que ha estado al servicio de la muerte, para ponerlo, junto con el conocimiento, al servicio de la vida.
Dichas propuestas están planteadas en dirección a “transformar el sistema económico y político imperantes, que han puesto en riesgo la vida humana y la del planeta, un sistema de muerte que ha profundizado la violencia y utilizado el conflicto armado para mantenerse en el poder, que ha obtenido sus ganancias del empobrecimiento de la gente, del miedo y el hambre de los pueblos”.
Derrotar la política de las mafias gobernantes y la posibilidad de un cambio de raíz “está en construir poder desde abajo, con las mayorías excluidas y oprimidas, siempre calificadas de minorías, porque las verdaderas minorías son las 40 familias que nos han gobernado, que han estado en el poder y no han cumplido con las promesas del estado social de derecho de garantizar la vida”. En esta tarea le asigna un papel sustancial a las mujeres: “Vamos a poner nuestro amor maternal, nuestros instintos del cuidado en la política, porque el cambio es con las mujeres o no será, con los pueblos étnicos, los campesinos, los indígenas, los trabajadores, las juventudes y las diversidades sexuales, o no será”, sentencia la lideresa que aspira a derrotar a Gustavo Petro en la consulta del Pacto Histórico y remata “el cambio es entre todos, todos y todes, esa es la posibilidad de deconstruir este país, para vivir en dignidad, con paz, justicia, igualdad y equidad”.
Su campaña la promueve bajo los principios y valores de la filosofía Ubuntu, practicados por sus ancestros milenarios y los Nelson Mandela, las tribus africanas, en especial de los Zulú, sintetizada en el “Soy porque Somos”, referida al sentido de pertenencia a una comunidad, un territorio y una cultura, en donde prima la colectividad sobre el individualismo, promueve la cooperación , la solidaridad entre las personas del territorio ancestral y los pueblos del mundo; es la idea de la primacía de lo social comunitario sobre el interés personal y egoísta en la construcción de la dignidad humana, en donde los derechos humanos se construyen y materializan en la comunidad humana, en condiciones de igualdad real y material, “es sentir que somos parte de la cadena de la vida y de la naturaleza, y reconocer que somos parte de la tierra y no sus propietarios” resalta Francia.
Principios que guardan extraordinaria similitud, con los consagrados en el Ayllu de nuestros ancestrales pueblos originarios que habitaron el territorio de nuestra Abya-Yala (hoy América), exterminados por los invasores europeos, en el que se construían como comunidad social extensa, mediante el trabajo colectivo, en un territorio común, del cual se beneficiaban en condiciones de igualdad. Se trata de cosmovisiones y principios del socialismo raizal del cual hablara el sociólogo, gran maestro socialista y luchador revolucionario Orlando Fals Borda.
Finalmente, toda su propuesta está atravesada por la lucha contra el patriarcalismo, el racismo y el clasismo de las élites blancas gobernantes, que se inventaron el concepto de raza y lo instalaron entre nuestros pueblos como cultura, como sentido común dominante, en palabras de Francia “para justificar las violencias estructurales, la expropiación de nuestra condición humana y las formas de opresión a las que hemos sido sometidos/as mas de 200 millones de afro-latinoamericanos/as”. Así mismo, define el concepto de raza como categoría económica y política, inventada por la supremacía blanca para “fomentar el modelo económico que hoy está destruyendo el planeta, e imponer los conceptos de superioridad e inferioridad, lo blanco raza superior gobernante y los negros raza inferior a la que les asignaron trabajos de servidumbre utilizados como “muchachos” y “muchachas” empleados y empleadas del servicio”.
La nueva política agenciada por Francia plantea con toda razón la lucha por erradicar el racismo estructural, que se expresa cotidianamente no solo en las violencias que sufre la población negra, sino en los usos del lenguaje, las prácticas y las costumbres que lo han naturalizado. Erradicar el racismo no es responsabilidad de la gente racializada; no basta con “no ser racista, hay que ser antirracista”. Así se lo expresó tajantemente a Daniel Samper Pizano, en el portal “Los Danieles”: “Usted que tiene un privilegio racial usa un concepto racializado al tratar a persona de negrito o negrita. Esa supremacía es usada para imponer una visión del mundo”.
La figura política de Francia se ha acrecentado enormemente con su participación en los debates de candidatos y candidatas presidenciales realizados en la Universidades de los Andes en Bogotá y Javeriana en Cali, así como en el debate de la cumbre por la reforma democrática de la salud realizado virtual y presencialmente en la sede de la CGT, en los portales y plataformas virtuales, en entrevistas radiales y en las concentraciones de plaza pública realizadas por el Pacto Histórico, en donde se ha destacado como mujer de estado, lúcida, con capacidad argumentativa y versátil en el debate político. Ha demostrado que le cabe el país en la cabeza, como suele decirse en el ámbito político. Nuestro llamado a la ciudadanía es a respaldar con su firma la justa aspiración de nuestra precandidata y depositar su aporte a VaKi.co/firma_soyporquesomos.
*Miembro de la Red Socialista de Colombia.
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