POR MATEO ROMO ORDÓÑEZ /
Dentro de los referentes del socialismo democrático colombiano en el siglo XX sobresale el jurista, político pero ante todo investigador social, Gerardo Molina Ramírez (1906-1991), cuyo legado intelectual no solo tiene plena vigencia sino que constituye fuente de inspiración y faro para la lucha emancipatoria de los pueblos.
La extraordinaria personalidad de Molina se fue curtiendo desde su infancia en una aldehuela del departamento de Antioquia (Gómez Plata) en medio de un ambiente conservatizado y escolástico. Junto con varios de sus compañeros realizó una huelga estudiantil que le valió ser expulsado de la institución donde cursaba sus primeras letras. Se trasladó a Bogotá, donde realizó sus estudios de Derecho en la Universidad Nacional de Colombia.
El jurista colombiano Mateo Romo Ordóñez, especialista en Filosofía del Derecho, investigador social con estudios en literatura, publicó un sugerente texto en el que hace un completo y magnífico recuento de la vida y obra de Molina Ramírez.
Con el título ‘Gerardo Molina, romántico revolucionario’ (Universidad Libre, Bogotá, 2022), Romo Ordóñez en este trabajo bibliográfico destaca particularmente el alcance del pensamiento de este referente intelectual sobre el socialismo democrático para Colombia y algunas de sus ideas que han impactado en el intrincado como inconcluso proceso emancipatorio de este país.
El autor presenta una serie de reflexiones propias a partir de los aportes ideológicos de Molina, que además dejan en claro su compromiso con la necesidad de explorar nuevos caminos, afines al socialismo, que conduzcan a una sociedad mejor.
Texto de la Introducción del libro
A continuación se reproduce la Introducción de esta interesante obra.
Debajo de las rocas no había una ciudad perdida. Tampoco restos de grupos humanos de periodos antiguos. No se trataba de un objeto desconocido que, al cabo de unos años, lograría atraer a cientos o miles de curiosos al museo ni de una joya preciosa que dadas las condiciones podría llamar la atención del ingenioso Arsène Lupin. Lo que el investigador colombiano encontró es algo más modesto, pero igualmente valioso. Al remover las piedras, yacía una historia susceptible de ser revivida. ¿Hemos dicho bien? ¿Una historia? Sí, se trataba de una que había sido sepultada en los recovecos del imaginario personal y colectivo, a causa de relatos anacrónicos y dominantes según los cuales la realidad política de Colombia solo puede ser leída de una manera: a partir de la miopía bipartidista.
El investigador, sin embargo, descreyó de este entramado de creencias, que habían conformado un gran peñón. Tras animarse a remover los pesados atavismos y a excavar, desocultó un hallazgo entrañable: que aparte del pensamiento político conservador y de la tradición liberal, las ideas socialistas también hacen parte constitutiva del acervo histórico del país. El nombre de este “arqueólogo” de la historia social y política es Gerardo Molina Ramírez.
Tras su defensa por el equilibrio de relatos, hay una concepción democrática de la historia. Lo propio hemos de decir de su quehacer como estudiante, profesor, congresista, rector y escritor: en cada faceta de su vida, Gerardo Molina se opuso a la tiranía de la historia única.
Dar algunas pinceladas sobre su vida y obra, de modo que nos hagamos con el retrato de un demócrata, ese es el propósito de las siguientes páginas. Para tal fin, el texto se divide en tres partes. En la primera, “Arqueólogo” de la historia, se propone una breve semblanza sobre el autor. En la segunda, “Las ideas socialistas como memorial de agravios”, se presenta el resumen de una de sus obras cumbre. Al final, se alude una cronología revolucionaria soñada, pero posible, bajo la premisa de que, si el punto de llegada deseado es la conquista del socialismo democrático, un punto de partida es la transición de la experiencia llana a la conciencia de clase. El nombre de este apartado es (III) “Un pequeño sueño diurno”.
Agradecimientos especiales a mi fuerza esencial, barricada y vanguardia afectiva: Fanny Ordóñez, Ricardo Romo, Stephanie Romo, Diana Sánchez, familia Ordóñez. Así mismo, le agradezco al profesor Ricardo Sánchez Ángel, por su amistad y generosidad intelectual. Sin su apoyo y retroalimentación, este texto no habría sido posible. Al igual, a mis pares lectores, profesores Juan Patricio Molina Ochoa y Mario López Viveros, a mis prologuistas, los hermanos Molina, Juan Patricio y Carlos Gerardo, así como a Rosalbina Castro, a Martha Casas y a David Rodríguez. También le agradezco a quien me enseñó “que hay una vida entera detrás de las cosas” y, en general, a todos aquellos que propiciaron un acogedor ambiente académico para la realización de este libro resultado de investigación, vinculado al proyecto “Hacia la Independencia. Derechos, multitudes y revolución”, adscrito al grupo Filosofía y Teoría Jurídica Contemporánea de la Universidad Libre.
Descarga del libro
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