RESUMEN LATINOAMERICANO / CRONICÓN.NET /
El pueblo argentino se ve abocado a elegir a su próximo mandatario en los comicios de octubre próximo entre un burócrata neoliberal, abyecto de Washington como Sergio Massa; un neofascista, Javier Milei, que se declara “libertario”; y unos impresentables de ultraderecha como Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, pertenecientes a la coalición ultraconservadora Juntos por el Cambio que lidera el indecente expresidente Mauricio Macri, cuya fórmula saldrá de las elecciones PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) que tendrán lugar este 13 de agosto.
La derecha se posiciona nuevamente en Argentina ante el fracaso del gobierno pusilánime del seudo peronista Alberto Fernández.
Sergio Massa, el hombre de confianza de la embajada norteamericana, el que trabaja incansablemente para que la Argentina siga perdiendo soberanía y se arrodille ante el Norte, el burócrata de talante conservador que ha logrado el “milagro argentino” de una inflación anual del 117 %, el que representa al Fondo Monetario Internacional (FMI) en este país, el neoliberal que ni siquiera necesita ponerse una careta ‘progresista’ puesto que proviene de la ultraderecha ucedeísta (Unión del Centro Democrático), partido fundado por el militar y exministro impulsor del dogma neoliberal en Argentina, Álvaro Alsogaray, y quien se acercó al peronismo en tiempos del menemismo, es decir durante el cuestionado gobierno de Carlos Saúl Menem (1989-1999), ahora aspira a ser Presidente de la Nación. Y lo hace nuevamente de la mano de Cristina Fernández de Kirchner (CFK), la misma que lo impuso como superministro de Economía, no obstante que en 2017 Massa sostenía a los cuatro vientos que “con el kirchnerismo no voy ni a la esquina”.
Cada vez queda más claro que la democracia devaluada argentina, esa de la que muchos políticos tradicionales suelen llenarse la boca y recuerdan que ya cumplimos “40 honrosos años”, actúa como un muro para que el sistema capitalista, en su modelo más perverso, el neoliberalismo, al que han jurado defender oficialistas y opositores de derecha, siga afianzándose a costa de los más humildes, de esos que en condiciones salariales nefastas o aquellos, los más, que comen una vez al día.
Ni aunque lo vistan de seda, Massa no cierra como candidato ‘progresista’, ya que su esencia es neoliberal por donde se quiera revisar su archivo. Para esos peronistas o ‘progres’ que ahora se aprestan a cerrar filas “para frenar al fascismo” con la eterna monserga de que “si el peronismo va unido es invencible”, basta recordarles que además de ser un auténtico oficiante abyecto de Washington, este flamante candidato presidencial por el oficialismo que ahora se denomina Unión por la Patria y que más que seguro se preparan para tratar de idolatrarlo, es el mismo que recibió y ponderó, junto con su esposa Malena Galmarini, al cuestionado opositor fascista venezolano Leopoldo López, el que junto con Alberto Fernández y toda la troupe centroderechista impugnaron a Venezuela y a Nicaragua en cuanto foro internacional participó Argentina.
No caben dudas que CFK llegó al aval de la fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi (candidato a la Vicepresidencia) ante el fracaso que ella misma impulsó levantándole el brazo al actual ministro del Interior, Eduardo ‘Wado’ de Pedro, el gran amigo de la empresa israelí Mekorot, pero en pocas horas, se dio cuenta que ese nombre no sumaba y con la facilidad que opera una hábil maquinadora política sacrificó a su improvisado pupilo, proyecto frustrado de aprendiz de líder.
Conclusión: la “política” de unos y otros (oficialistas y opositores) no es ideológica, solo se trata de negocios y de cálculo electoral. Durante todo el mandato del impresentable Mauricio Macri, ambos votaban juntos en la Legislatura porteña y varias veces en el Congreso, El más significativo abrazo se lo dieron levantando la mano a favor del mafioso acuerdo con el FMI que endeudó a la Argentina por un siglo en alrededor de 45 mil millones de dólares.
Son precisamente estos oficialistas los que generan un clima de tal insatisfacción y confusión por abajo, cuya consecuencia lleva a que, como ya ha ocurrido, gente muy humilde vote a quienes le ajustarán la soga al cuello. De allí, que no se gana mucho agitando el grito de “ojo que viene el lobo”, él ya está aquí y es socio del jefe de Gobierno de Buenos Aires y potencial candidato presidencial por la ultraderechista coalición Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta y de Massa. La salida para los que quieren un país independiente -llámense peronistas, socialistas o comunistas- que rompa amarras con el proceso intensivo de colonización, no parece estar pasando por este proceso político-electoral tan contaminado, sino por la lucha de todos los días, la que miles de hombres y mujeres, históricamente pasan por las calles.
Ante esta operación de mero cálculo político-electoral del Gobierno de Alberto Fernández-CFK y la engañifa de presentar a Massa como ‘progresista’, añadido al hecho de la crítica situación socioeconómica que atraviesa Argentina es que el politólogo Atilio A. Boron estima que la candidatura del neofascista Javier Milei a través de su movimiento La Libertad Avanza constituye una engañosa atracción «antisistémica» que ejerce sobre todo en la población juvenil votante, potenciada además “por varios factores: la crisis económica y la letal combinación de inflación y deterioro en la distribución de los ingresos; la decepción y generalizada desesperanza en relación con la gestión del Gobierno; y, por último, en una lista sin pretensión de exhaustividad, la débil y muy demorada respuesta tanto del Gobierno como del arco político tradicional sobre los riesgos de la fascistización de la sociedad abre el espacio para que una candidatura absolutamente consustanciada con la preservación del sistema capitalista y las inequidades e injusticias que este alimenta luzca ante los ojos de la juventud como la única opción ‘antisistema’”.
Boron colige que ante el vacío discursivo del supuesto progresismo argentino, “o la dilución de su contenido en las premisas del pensamiento neoliberal, el rostro crispado de los voceros del neofascismo, sus gestos matonescos, su lenguaje soez obran el milagro de convertir a un defensor a ultranza del capitalismo en su versión más primitiva, la de la Escuela de Viena, en la alternativa ‘antisistémica’ a la crisis”, y de esta manera, tenga real chance en las elecciones presidenciales de octubre de este año de posicionarse como probable inquilino de la Casa Rosada.
Juan Grabois disputará la candidatura del oficialismo con Sergio Massa
En la noche de este sábado 24 de junio, el dirigente social Juan Grabois de talante progresista, líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), confirmó que logró los avales necesarios para competir en las PASO de agosto próximo por la candidatura presidencial dentro de la coalición oficialista Unión por la Patria contra Sergio Massa.
La fórmula de Grabois a la Vicepresidencia es la socióloga y catedrática universitaria Paula Abal Medina.
El referente político del MTE que había bajado su precandidatura presidencial, volvió a subirse al ring electoral luego de que se anunciara la fórmula de unidad encabezada por el neoliberal ministro de Economía, Sergio Massa.
“En enero de este año anuncié mi precandidatura a presidente con un planteo político claro: si no había un candidato hijo de la generación diezmada que represente con firmeza la defensa de la soberanía nacional y un programa transformador, nosotros estábamos dispuestos a hacerlo. Ayer se anunció la fórmula Massa-Rossi y, como somos consecuentes con nuestras convicciones, hoy junto a @paulaabalmedina asumimos el desafío de competir en las PASO presidenciales en @JustaySoberana_ dentro de @unionxlapatria. Nosotros representamos a esa generación y ese programa”, escribió Grabois en su cuenta de Twitter.
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