POR SERGIO E. GARCÍA C. /
Como ocurre en varios países latinoamericanos en que gobiernan opciones progresistas, las cloacas mediáticas de propiedad de los sectores económicos concentrados son las que no solamente utilizan en su contra fake news y propalan mentiras y especulaciones, sino que apuntan a lograr desestabilizar políticamente, como parte del libreto del denominado ‘golpe blando’.
Colombia no ha sido la excepción. Desde antes que asumiera Gustavo Petro la Presidencia de la República, en agosto de 2022, el sicariato mediático del decadente establishment colombiano se ha dedicado a su desprestigio, utilizando la injuria, la calumnia, la mentira, la exageración y todo tipo de recurso para tratar de enlodar tanto su imagen como su gestión de gobierno.
Para contribuir a esa labor de desinformación, la canalla mediática colombiana cuenta con la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) que se presenta como una organización no gubernamental que defiende el trabajo de los medios y los periodistas. En la práctica esta organización se puede asimilar a la Sociedad Interamericana de Prensa, un club selecto y privado de medios de comunicación conservadores, auspiciado por Washington, que defiende sus intereses corporativos, y cuyo manejo a partir de 1950 estuvo a cargo del coronel estadounidense y agente de la CIA, Jules Dubois.
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) no es una institución democrática o de carácter popular, sino una organización privada con agenda propia y financiadores muy particulares.
Según el Informe de Gestión de la propia FLIP en 2021, este organismo que dice defender “la libertad de prensa” y el trabajo de los medios corporativos y concentrados en Colombia, es financiado fundamentalmente por The Open Society Foundation (OSF) del cuestionado especulador húngaro-estadounidense George Soros, operador financiero de la criminal Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA); la National Endowment for Democracy (NED), tapadera de la CIA; y el Centro de Ginebra para la Gobernanza del Sector Seguridad (DCAF), una institución del sector militar y seguridad que eufemísticamente describe su actividad bajo el supuesto propósito de lograr el “control democrático”.
La mano del especulador Soros
La Fundación Open Society es la organización ‘filantrópica’ de George Soros, un multimillonario húngaro/estadunidense, que en su juventud fue un entusiasta colaborador del nazismo y que además de ser especulador financiero (inició su gran fortuna con el Miércoles Negro de 1992 y la quiebra del Banco de Inglaterra), ha dedicado su causa a ‘evangelizar’ el mundo desde una perspectiva liberal de la política: ‘democratizar’ a los Estados como la ex URSS y fortalecer la ‘democracia’ representativa en los procesos de transición (tercera ola de democratización). Ello ha comportado un interés político por la ‘libertad de expresión’, la ‘lucha contra la censura’, la ‘información abierta’ y, en general, la agenda de la democracia schumpeteriana (libre competencia) en los países subdesarrollados: una perspectiva formalista e instrumental, que explica su financiación a fundaciones como la FLIP o al portal web colombiano La Silla Vacía.
A pesar de ser objeto de las críticas nacionalistas del ‘conservadurismo’ gringo, es evidente su anticomunismo y su condición de ‘vanguardia’ de los negocios financieros y bancarios a nivel global. La OSF lleva su impronta.
NED: la CIA disfrazada
La estadounidense Fundación Nacional para la Democracia (NED), fue fundada en 1983 como ‘nuevo instrumento organizativo’ de la lucha contra el comunismo.
Es, a día de hoy, un aparato del Estado norteamericano para el “fomento de la democracia liberal” en el mundo y supuestamente para la ‘promoción de los valores democráticos’. Su creación fue producto de los ‘malos manejos’ de la CIA frente a operaciones encubiertas de desestabilización a gobiernos socialistas y ‘antiestadounidenses’ en el marco de la Guerra Fría.
Actualmente, la NED es una tapadera de la CIA y sus recursos están orientados a fortalecer organizaciones ultraconservadoras, cuyo rol es el de desestabilizar gobiernos progresistas.
Así como la FLIP, la NED aparece como una ONG. Sin embargo fue creada por el Congreso de USA, y sigue siendo financiada por éste, a través de sus cuatro institutos: (a) el Instituto Republicano Internacional (IRI), que da participación al Partido Republicano. (b) El Instituto Nacional Demócrata (IND), que da participación al Partido Demócrata. (c) El Centro Internacional para la Empresa Privada, de la Cámara de Comercio estadounidense (CIPE). (d) la Federación Estadunidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales, Central Obrera Patronal (AFL-CIO).
La NED ha financiado e impulsado campañas y acciones contrarrevolucionarias en Cuba, Nicaragua, Venezuela, España, Portugal, Afganistán y Filipinas, entre otros, desestabilizando procesos políticos y sociales contestatarios.
Represión, militarización y seguridad
Entre tanto, el Centro de Ginebra para la Gobernanza del Sector Seguridad (DCAF) es una organización suiza que nació como ‘respuesta’ a la ‘inestabilidad política’ que generaron conflictos como el de Yugoslavia/Balcanes, y que “asiste instituciones de seguridad para estabilizar la paz frágil”. Es, en suma, una organización que busca la reforma de los aparatos de seguridad en pro de su ‘control democrático’, o sea, hace parte del sector seguridad-militar, o como diría el expresidente estadounidense Dwight D. Eisenhower, del complejo militar industrial.
El DCAF asesora, entre otros, a la OTAN (organismo de ofensiva militar EE.UU.-Europa).
En Colombia, el DCAF asesoró activamente la formulación del Modelo de Construcción de Paz de la Policía Nacional, que inició en 2016. Cristina Hoyos, su responsable para América Latina, decía el año pasado que la Policía colombiana era un “referente”.
Sí, la misma Policía que hirió, asesinó, mutiló y desapareció cientos de jóvenes en el marco del Paro Nacional de 2021 (y del de 2019, y del de muchas manifestaciones populares).
Es remarcable que el DCAF provenga de Suiza, uno de los mayores exportadores de armas de la Unión Europea.
Financiación ‘desinteresada’
Así, a la FLIP la financian nada más y nada menos que algunas de las organizaciones que ‘desinteresadamente’ promueven la ‘democracia’, ‘las libertades’, la ‘seguridad’ y la veeduría ‘al poder’.
Es un hecho que en todas las situaciones, quien pone la plata pone las condiciones, y la financiación del aparataje del imperialismo ‘soft’ a la organización privada que es la FLIP supone, cuando menos, un interés marcado en defender los ‘valores’ que profesan sus financiadores…
Esa es la calidad de financiadores de la FLIP, juzguen los lectores.
En consecuencia, no hay que extrañarse, por lo tanto, que durante el Gobierno Petro sean cuatro años de la FLIP haciendo ‘control al poder’, ‘veeduría al gobierno’, ‘defensa a los imparciales e independientes periodistas’, y por supuesto, de ‘loable e incorruptible labor de denuncia’ a un gobierno ‘como cualquier otro’.
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