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Más allá de la obscena conclusión del nuevo informe de Oxfam sobre la desigualdad económica en el mundo, en el sentido de que la actual ‘policrisis’ global ha enriquecido aún más a las grandes fortunas, el análisis de esta organización británica permite colegir también que un sistema como el capitalismo es insostenible y antiético pues atenta contra elementales principios de subsistencia humana y socaba toda noción de ética igualitaria.
Si bien como sugiere dicho reporte urge gravar la riqueza en un mundo cuyo sistema económico se sustenta en la ganancia, la acumulación, la explotación y el consumo en exceso, la realidad socioeconómica de la humanidad debería llevar a una reflexión mayor: la inaplazable necesidad de buscar alternativas a un modelo como el capitalista, generador intrínseco de desigualdades abismales.
Un sistema económico que ha sido incapaz de crear un modo de vida racional y sustentable. Por el contrario, ha generado un modus vivendi en que todo lo dilapida, hasta tal punto que ha ocasionado una crisis civilizatoria que está a punto de acabar con la vida en el planeta.
Aumento desbocado de desigualdad y pobreza sin precedentes
Como todos los años, Oxfam, al tiempo que se reúnen los líderes mundiales en el cada vez más devaluado Foro de Davos, publica un informe que denuncia el problema de la desigualdad y plantea algunas alternativas de solución. En el documento de este 2023, titulado La ley del más rico: gravar la riqueza extrema para acabar con la desigualdad, se detalla la actual crisis de carestía de la vida, con la escalada de precios de los alimentos y la energía que está generando enormes ganancias para gran parte de la privilegiada y minúscula élite económica mundial. Las empresas que se dedican a la alimentación y la energía han engrosado sus arcas, batiendo récords de beneficios y pagando dividendos históricos a sus ricos accionistas y sus propietarios milmillonarios.
El mundo, expresa el informe, está atravesando una época sin precedentes marcada por la acumulación de múltiples crisis. Decenas de millones de personas pasan hambre. Cientos de millones más se enfrentan a subidas imposibles en el costo de los productos básicos o de la energía para calentar sus hogares. La pobreza se ha incrementado por primera vez en 25 años. Sin embargo, lo obsceno de esta realidad mundial es que unos pocos logran sacar un inmenso provecho de estas crisis. En efecto, Los ultra ricos han visto crecer drásticamente su fortuna, y los beneficios empresariales han alcanzado niveles récord, haciendo que la desigualdad se dispare.
De ahí que el reporte de este año de Oxfam haga énfasis en la importancia y urgente necesidad de gravar la riqueza de las élites económicas para abordar tanto esta “policrisis” a la que se enfrenta la humanidad como el aumento desorbitado de las desigualdades.
“Gravar riqueza de los más potentados no es una opción, sino una obligación”, es una de las premisas que José Antonio Ocampo, ministro de Hacienda de Colombia, plantea en uno de los dos prólogos de este informe sobre las inequidades que genera un sistema explotador, concentrador, especulativo y esquilmador como el capitalista.
El informe detalla cómo, en la historia reciente, la tributación de los más ricos era más elevada, cómo está ganando terreno la idea de gravar más a quienes más tienen y hacer que los milmillonarios paguen la parte que les corresponde justamente, y cómo más impuestos a los potentados contribuye a reducir la concentración de poder de las élites y disminuir no solo la desigualdad económica, sino también la racial, colonial y de género.
Como explica Fran Cortada, director de Oxfam Intermón, “estamos viviendo un aumento desbocado de la desigualdad y de la pobreza sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial”.
Según el análisis de Oxfam a partir de los datos de Credit Suisse, durante la última década, el 1 % más rico de la humanidad ha acaparado más del 50 % de la nueva riqueza global generada. Esto supone, a su vez, que por cada dólar de nueva riqueza obtenido por una persona perteneciente al 90 % más pobre de la humanidad, un milmillonario se embolsa 1,7 millones de dólares.
Esto demuestra que “estamos ante una crisis alimentada y exacerbada por algunas empresas y superricos que se han aprovechado del contexto de incertidumbre de la pandemia y de la guerra en Ucrania y están sacando tajada, están inflando precios y márgenes a costa de una gran mayoría”, denuncia Cortada.
Las estimaciones de la organización son tajantes: 95 grandes empresas de energía y de alimentación han “más que duplicado sus beneficios en el 2022”. Además, han generado unos beneficios extraordinarios por un total de 306.000 millones, y destinando 257.000 millones (el 84 %) a remunerar a sus accionistas.
Mientras tanto, las instituciones financieras vaticinan un futuro muy negro. El año pasado, el Banco Mundial anunció que no se logrará cumplir el objetivo de Naciones Unidas de poner fin a la pobreza extrema de cara a 2030. Por el contrario, la investigación muestra que la pobreza extrema crece de nuevo después de 25 años de descenso continuado, en tanto que la riqueza en manos de unos pocos superricos sigue creciendo sin freno.
Descontrol del servicio de la deuda
También el informe de Oxfam ausculta la crisis que afrontan varias naciones a consecuencia de la deuda externa. Algunos países, augura el reporte, se encuentran al borde de la bancarrota por el descontrol del servicio de la deuda.
“Los países más pobres destinan cuatro veces más ingresos al servicio de la deuda (que a menudo deben pagar a acreedores privados, ricos y abusivos) que al gasto en salud pública”. Es tan grave la situación, que muchos gobiernos están considerando recortes drásticos del gasto público. El informe calcula que tres cuartas partes de los países tienen previsto recortar el gasto durante los próximos cinco años, por un importe total que podría ascender a 7,8 billones de dólares a nivel mundial.
Oxfam plantea que para romper con el inmoral círculo de concentración de la riqueza sin fin en manos de los multimillonarios, los gobiernos deben tomar atenta nota y plantear políticas públicas en torno a temas como la legislación laboral, el freno de privatizaciones de recursos públicos y el exceso de remuneraciones de altos ejecutivos de las grandes corporaciones.
Y lo explica con ejemplos: “Es intolerable que, por ejemplo, Elon Musk y Jeff Bezos tributen a un tipo impositivo real menor al 3,3 %, mientras Aber Aber Christine, una mujer ugandesa que se gana la vida comerciando en el mercado, pague en impuestos el 40 % de lo que logra vender”. Patético ejemplo de lo injusto e inhumano de un degradante sistema capitalista que está llevando a la humanidad a su exasperación.
Descargar el informe
Para acceder al reporte de Oxfam de este año 2023 en archivo PDF, ingresar al siguiente enlace:
La ley del más rico: gravar la riqueza extrema para acabar con la desigualdad
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