POR RICARDO SÁNCHEZ ÁNGEL*
I
Comenzamos mal este año. Lo constata la continuidad de las masacres y el asesinato de líderes sociales. Al igual que el feminicidio, la criminalidad social y la violencia política.
A los cinco años del tratado de La Habana, el proceso de paz está acorralado. Podría decirse, y me he ido convenciendo de ello, que se hizo un cambio de rumbo con el mismo, convirtiéndolo en una pacificación en que la “legalidad” suplanta a la legitimidad del tratado entre el Estado y la insurgencia, dándole el tratamiento de derrotados a los excombatientes.
A lo que asistimos es a una continuidad de la guerra, con el fortalecimiento paramilitar y el auge del ELN y las Disidencias de las Farc. En los informes de prensa se habla de miles de combatientes y otros tantos en redes de apoyo. Acompañado, eso sí, del asesinato de dirigentes de base, con reconocimiento social y territorial. Un genocidio por acción y omisión del Estado.
En este contexto, se desarrolla el proceso electoral. La paz solo se consigue con democracia real, y no con el fortalecimiento del autoritarismo, como sucede. La pandemia ha servido para afianzar el poder de los bancos y negociados del alto capitalismo y trasladar la crisis sobre los trabajadores de todo oficio y profesión. El gran acontecimiento de rebelión popular y de huelga del año pasado es la respuesta de un sujeto colectivo de masas por cambiar el rumbo del país.
Hay que decir, sin paranoia, sino con realismo, que está en curso, además, el montaje de un inmenso fraude electoral, con chorros del dinero del narcotráfico, de intervención activa de grandes fortunas a favor de determinados candidatos por debajo de la mesa.
Hay alarma en el establecimiento legal e ilegal por el auge de la candidatura de Gustavo Petro y puede ocurrir alguna desgracia. Al igual, con Francia Márquez. Y el Gobierno no está haciendo hasta lo “imposible” para evitar que ello suceda.
II
Estamos a la espera del informe de la Comisión de la Verdad. Especialmente, sobre el terrorismo de Estado y la insurgencia. Las decisiones que ha tomado el Tribunal Especial para la Paz sobre las Farc como esclavistas por la práctica de encadenar y maltratar a los secuestrados produce preocupación sobre el ánimo de venganza, el tratamiento de enemigos indeseables.
Por supuesto, las Farc cometieron abusos que van contra la dignidad de los prisioneros de guerra que no fueron simples retenidos, sino secuestrados. Pero se trata de un tribunal de paz, y, por ende, de transición a un régimen sancionatorio especial para el logro de la verdad, la reparación y no repetición, por lo que se hermana la justicia con el perdón, como categoría central.
La responsabilidad del genocidio está en manos del Estado. Más aun, las guerrillas, con todas sus deformaciones y crímenes, son un producto, “hijos bastardos”, pero legítimos del sistema que se desarrolló bajo los modelos de la violencia económica, social y política.
El presidente de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Eduardo Cifuentes, ha demostrado contundencia en la defensa republicana de la institución frente al Gobierno del uribato. Es necesario que convoque en las audiencias no solo a las víctimas, sino a juristas nacionales y algunos internacionales. Acordar foros académicos que sean transmitidos por la televisión y la radio oficiales e invitar a los medios privados a que hagan lo mismo. Debe haber distintas posturas en forma imparcial en la discusión, porque no se trata solo de oír los valiosos testimonios. El tema del terrorismo de Estado y la esclavitud debe ocupar el lugar central en este tribunal de paz y ello será decisivo en sus resultados. No pueden salir con un “parto de los montes”, mientras algunos tribunales penales han tenido mejor claridad sobre el asunto.
No escapa a la opinión que la decisión sobre la esclavitud coloca en la ilegitimidad el tratado de paz, porque significa que el Estado acordó con una casta de delincuentes terroristas un proceso de paz. La esclavitud es de tal gravedad que articula todo el sistema y el aparato sancionatorio. Apague y vámonos. Un triunfo del uribato y de la guerra.
Anuncio. La candidatura de Francia Márquez es la más conveniente. Ojalá gane la consulta del Pacto Histórico.
*Profesor emérito, Universidad Nacional; Profesor titular, Universidad Libre.
Un Pasquín, Bogotá.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.