La ruptura con el campo teórico de la economía política

POR LUZ MARINA LÓPEZ ESPINOSA

El 22 de febrero, se cumplió el último acto de la primera fase del alto al fuego acordado entre Israel y la resistencia palestina, representada por el grupo Hamás. Israel enarboló una coartada para traicionar y no cumplir su parte en el Acuerdo.

Hamás, en un acto público, lleno de garantías e incluso una cierta euforia, entregó a seis rehenes y los cuerpos de cuatro personas asesinadas por los bombardeos israelíes, los que han matado a no menos de cien mil palestinos, así no estén documentados todos. Benjamín Netanyahu, en cambio, se negó a cumplir lo pactado, mediado por compromisarios internacionales, y no liberó a los 620 prisioneros palestinos

¿Y cuál es la coartada esgrimida por Netanyahu para justificar esta nueva traición al acuerdo? Fue la vergüenza y humillación que sufrió al ver ─al igual que el mundo─ el acto de liberación de los rehenes, en el cual dos de estos, exultantes de alegría, saludable aspecto y bien vestidos, espontáneamente se despedían besando la cabeza a sus captores liberadores.

Tal acto desmontaba todo el discurso de odio y furia de Netanyahu sobre “los terroristas”, demolía la narrativa sionista que cabalga por los medios del mundo sobre “los crueles e insensibles torturadores”. Entonces Netanyahu, fiel a sí mismo, arguyó que eso era “violación de los acordado” con Hamás y que, en consecuencia, no cumpliría su parteunas abstracciones, sino por el uso que hace de ellas. En la Introducción de 1857 dice Marx que Hegel cae en la ilusión de concebir lo real como resultado del pensamiento que se resumen y profundiza en sí mismo, que se mueve por energía autónoma, mientras que el método de ascender de lo abstracto a lo concreto es para el pensamiento solo el modo en el cual se apropia de lo concreto, lo reproduce como algo espiritualmente concreto; pero nunca puede ser el proceso de formación de lo concreto mismo.

Con esta afirmación Marx no considera que Hegel haya simplemente confundido el proceso mental con el proceso real, sino que su tentativa de un pensamiento sin presupuestos, para el cual lo concreto es concebido como resultado del concepto que se pare a sí mismo, desconoce los presupuestos reales. Por ejemplo, en nota a pie de página dice que el valor de cambio, una simple categoría económica, presupone la población que produce en una forma determinada. Marx puede ahora -después de corregir su crítica anterior- realinearse con Hegel en algunos aspectos, relativos a los problemas del análisis categorial. En el plano meta teórico esto se ve en las referencias a la conquista de la dialéctica hegeliana, hasta llegar a la mención de un coqueteo con la dialéctica hegeliana en el epílogo a la segunda edición del tomo I.