La UE y Latinoamérica: cumbre borrascosa

POR ENRIC JULIANA /

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, tuvo que pedir a Luiz Inácio Lula da Silva y a Gustavo Petro que no delegasen en sus Ministros de Asuntos Exteriores y asistiesen personalmente a la Cumbre entre la  Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que culmina este martes 18 de julio en Bruselas. Una cumbre borrascosa cuya gestación ha sido bastante más difícil de lo que parece. La ausencia de los Presidentes del Brasil y Colombia habría hundido la reunión, puesto que había otras bajas ya confirmadas: los mandatarios de México, Venezuela y Nicaragua. A finales de la semana pasada, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aún no se atrevía a confirmar nombres en declaraciones periodísticas.

Nicolás Maduro teme ser detenido si viaja al extranjero y elpresidente nicaragüense Daniel Ortega padece serios problemas de salud. El  mexicano Andrés Manuel López Obrador selecciona mucho sus movimientos en el exterior. El líder cubano Miguel Díaz-Canel sí ha acudido a Bruselas. Sin López Obrador, sin Lula y sin Petro en la mesa, hoy estaríamos hablando del fracaso de la principal iniciativa diplomática de la Unión Europea durante el semestre español. Habría sido un doloroso bofetón para Pedro Sánchez, sumergido estos días -por iniciativa propia- en una difícil campaña electoral.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva y Ursula von der Leyen, presidenta de la Unión Europea, durante la Cumbre UE-CELAC, en Bruselas.

Soplar y sorber no puede ser. No es fácil compaginar una improvisada campaña electoral con una intensa agenda internacional, preparada durante meses. Los países latinoamericanos están tensos ante la guerra de Ucrania, la mayoría de ellos no quieren enfrentarse a Rusia y China, por razones económicas, aunque también políticas. Están disgustados comercialmente con la Unión Europea y muy expectantes ante los posibles cambios de orientación de la política exterior española, según cual sea el desenlace de las elecciones.

Un gobierno del ultraderechista Partido Popular (PP) con la formación fascista Vox preocupa a los gobernantes de los principales países de Iberoamérica (México, Brasil, Colombia, Argentina y Chile), hoy orientados a la izquierda. Nadie ignora en esos países que la ciudad de Madrid se está convirtiendo en un nuevo Miami que atrae a grandes fortunas latinoamericanas, en muchos casos disconformes con la orientación política de sus gobiernos. España podría ser dentro de unos meses la gran plataforma de apoyo a las principales fuerzas de oposición en América Latina.

El mandatario colombiano, Gustavo Petro, asistió en Bruselas a la Cumbre de los Pueblos, reunión paralela al encuentro UE-CELAC.

Hace unas semanas, el impresentable fascista José María Aznar efectuó un primer ensayo al convocar en la capital de España a líderes ultraderechistas de casi todos los países latinoamericanos a un seminario titulado I Diálogo Atlántico por la Democracia, bajo el paraguas del Instituto Atlántico de Estudios, que él preside.

Aznar quiso comparecer ante sus invitados acompañado de la ultraconservadora presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el cuestionado e impresentable expresidente mexicano Felipe Calderón, residente en España desde hace unos meses. La presencia de Calderón, sin embargo, quedó cancelada tras conocerse la condena de uno de sus antiguos colaboradores por narcotráfico. Estamos hablando de Genaro García Luna, poderoso secretario de Seguridad Pública del gobierno de México durante el sexenio de Calderón.

Política exterior y política interior van siempre de la mano. Un derrumbe de la cumbre UE-CELAC habría tenido consecuencias desastrosas para Pedro Sánchez a una semana de las elecciones. “Ha sido una cumbre a destiempo”, señalan fuentes conocedoras del proceso. La guerra de Ucrania incomoda a la mayoría de los países latinoamericanos, que no quieren ver perjudicadas sus buenas relaciones comerciales con China y Rusia.

China es el segundo socio comercial de América Latina en su conjunto, por detrás de Estados Unidos, y el primero de Suramérica. Rusia es un proveedor estratégico de fertilizantes y un gran comprador de carne. Los países que en estos momentos no apoyan las sanciones a Rusia representan el 85 % de la población mundial.

La parálisis en la negociación del acuerdo comercial entre Mercosur y Europa, por la reticencia francesa a los productos agrícolas latinoamericanos, tampoco ayuda a generar un marco de confianza después de ocho años sin reuniones de alto nivel entre esas dos regiones del mundo. Lula da Silva y Petro, amigos de la izquierda española, confirmaron su asistencia a última hora, salvando la consistencia de la reunión. No aceptaron, sin embargo, la presencia del primer ministro ucraniano, el fascista Volodímir Zelenski, títere de Washington, ni un comunicado que pueda interpretarse como un espaldarazo latinoamericano a Ucrania.

El primer ministro de Portugal, Antonio Costa, saluda en la cumbre de Bruselas al presidente chileno, Gabriel Boric.

El triángulo del litio

El 56 % de los recursos de litio en el mundo se hallan en un triángulo geográfico formado por Bolivia, Argentina y Chile. El acceso a ese triángulo del litio, que tiene como epicentro el salar de Uyuni en Bolivia, es una de las prioridades de la Unión Europea, una de esas prioridades que nunca aparecen redactadas de manera explícita en los comunicados oficiales.

La UE está necesitada de los minerales estratégicos para acometer la transición energética. El litio es hoy imprescindible para la fabricación de las baterías que requiere el coche eléctrico. En el sur europeo han sido localizados modestos yacimientos de litio en Extremadura y  el norte de Portugal, cuya explotación presenta problemas sociales por su proximidad a los núcleos urbanos.

Los yacimientos de Latinoamérica son gigantescos y en el salar de Uyuni no vive nadie. La cuestión es que China ha llegado antes. Ha conseguido importantes contratos en el triángulo suramericano y también en Australia, donde existen importantes reservas. Y  dispone de mayor capacidad de refino y tratamiento del material. La propuesta europea consiste en invertir en la extracción del litio con mejores criterios de protección ambiental, aportando tecnología de refino a los países donde se hallan los yacimientos. En pocas palabras, intentar mejorar la oferta de China.

La Unión Europea va con retraso y el acuerdo comercial con Mercosur quizá sea la llave maestra.

La Vanguardia, Barcelona.

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