POR ALBERTO MALDONADO COPELLO /
En reciente charla (23/11/2024) sobre la teoría de las crisis en Marx el profesor Rolando Astarita plantea que considera que la causa de las crisis (por lo menos las cíclicas) no es la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Señala que en alguna época compartió dicha posición, pero que la evidencia empírica y sus estudios sobre el tema lo llevaron a cambiarla y a enfocarse sobre todo en la sobreproducción [1].
“Voy a hacer un poco esquemático en la presentación de los puntos fundamentales. Quiero, para empezar, decir que muchas de las ideas que hoy estoy criticando las defendí durante mucho tiempo, sobre todo la idea de que la tasa de ganancia va bajando a medida que avanza la acumulación capitalista, hasta que llegaría un momento en que de alguna manera también la masa de ganancia se reduce o cae y esto estallaría la crisis capitalista. Durante mucho tiempo, relativamente, adherí a esto, tenía dudas, pero adherí. Me pareció una explicación mínimamente plausible hasta que nos llegó la crisis de 2008-2009 en dónde ninguno de estos esquemas entraba. En los 25 años previos a la crisis del 2008-2009 la tasa de ganancia no cayó en Estados Unidos por lo menos claramente no cayó tampoco en los países desarrollados. No se podía explicar tampoco por la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia que hubiese una caída de la tasa de ganancia por aumento de lo que llama la composición del capital, es decir capital constante sobre el capital variable, en fin las cosas no cuadraban y lo que mejor apareció por todos lados era que era la crisis típica de sobreproducción, entendida como la idea de que el capitalismo tiende a desarrollar y a desarrollar la producción por encima de cualquier límite que le ponga el mercado” (minuto 4 a 7 del video).
En un artículo en la Revista Sin Permiso el 9 de noviembre de 2024 afirmó lo siguiente:
“Los capítulos 13 al 15, t. 3 de EC contienen la explicación de la LTDTG más citada por los marxistas. Muchos de esos marxistas, y en general estudiosos de la obra de Marx, sostienen que la LTDTG contiene una teoría de las crisis. Sin embargo, y a pesar de su importancia, no encontramos en esas páginas dedicadas a la LTDTG una explicación más o menos detallada de por qué la caída de largo plazo de la tasa de ganancia sería la causa de las crisis cíclicas”. [2]
Sin basarse en evidencia empírica el profesor Michael Heinrich coincide con la tesis de Astarita de que la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia no es la causa que explica las crisis del capitalismo. Sus planteamientos más elaborados se encuentran en su obra ‘La ciencia del valor’, publicada inicialmente en Alemania en 1999 [3] con ediciones posteriores revisadas y complementadas. A finales de 2023 se publicó una versión en italiano [4]. Hasta dónde llega mi información no se ha traducido todavía al inglés ni al español.
En 2008 se publicó en español el libro de Heinrich Crítica de la economía política. Una introducción a El capital de Marx [5] libro en el cual incluye un capítulo breve sobre la teoría de las crisis en Marx que constituye una síntesis de lo expuesto en su obra más amplia de La Ciencia del Valor. A continuación presento un resumen de dicho capítulo. Un resumen amplio del libro La Ciencia del Valor, capítulo por capítulo, con base en la edición italiana está disponible en https://larosaroja.org/category/para-leer-a-marx/ y en https://cronicon.net/wp/categor%C3%ADa/para-leer-a-marx/. Aquí se encuentra una exposición más detallada sobre la teoría de la crisis en Marx [6].
Los puntos expuestos por Heinrich, en algunos de los cuales encuentro bastantes coincidencias con Astarita son: a) la crisis como perturbación severa de la reproducción económica de una sociedad; b) el capitalismo como un modo de producción que sufre por exceso de producción; c) las crisis son inherentes al capitalismo; d) Marx no fundamenta sus explicaciones de la crisis en la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia; e) la explicación de la crisis por subconsumo de los trabajadores es insuficiente; f) las crisis tienen tanto un papel destructivo como uno productivo; g) La existencia en Marx de muchos elementos sobre las crisis pero la ausencia de una teoría coherente; h) la crítica a la interpretación de una teoría del colapso en Marx. A continuación un resumen de los planteamientos de Heinrich.
Ciclo y crisis
Se denomina crisis económica a las perturbaciones severas de la reproducción económica de una sociedad. En una economía capitalista esto significa que una gran parte de las mercancías producidas ya no se pueden vender, no porque no haya demanda de los productos, sino porque no hay demanda solvente, el capital mercancías ya no se puede transformar en capital dinero íntegramente, de modo que el capital adelantado se valoriza cada vez peor y la acumulación disminuye. Esto lleva a que se reduzca la demanda de elementos del capital productivo, de medios de producción y de fuerza de trabajo por parte de las empresas capitalistas. La consecuencia es desempleo masivo y disminución del consumo de la clase trabajadora, lo que reduce aún más la demanda y agudiza la crisis.
En otros modos de producción existe una enorme pobreza junto a una riqueza inmensa, pero el capitalismo es el único modo de producción donde la abundancia de bienes representa un problema y donde los bienes invendibles conducen a la ruina de sus poseedores, mientras que al mismo tiempo hay personas que carecen de lo necesario y no pueden vender lo único de que disponen, su fuerza de trabajo. El capital no la necesita puesto que no puede emplearla de manera lucrativa. Desde que se impuso el capitalismo, a principios del siglo XIX se han presentado crisis con intervalos de 10 años en una forma cíclica con acumulación acelerada, altas tasas de ganancia, salarios crecientes, seguidos por estancamiento y reducción de las ventas, ciclo que posteriormente conduce a un incremento de la acumulación.
Esto continuó en el siglo XX con ciclos menos pronunciados pero aparecieron desarrollos supra cíclicos, por ejemplo una tasa de depresión desde 1929 seguido por un auge en los años 50 y 60, el período del milagro económico en Europa Occidental y Norteamérica, con altas tasas de ganancia, pleno empleo, salarios reales crecientes y ampliación del Estado social. Hubo ciclos, pero no crisis agudas. Pero esto cambió con la crisis económica mundial de 1974-1975 con disminución de ganancias, aumento de los movimientos cíclicos, tasas de crecimiento bajas y desempleo elevado. Las tasas de ganancia se recuperaron en los 80 y 90, por el estancamiento o disminución de los salarios reales y por la reducción de impuestos a las empresas y personas con altos ingresos.
El capitalismo en los últimos 180 años ha estado atravesado por crisis pero hay controversia sobre sus causas. La mayoría de representantes de la economía política clásica y de la economía neoclásica niegan que las crisis sean resultado del modo de funcionamiento del capitalismo. Para ellos las crisis son provocadas por influencias externas, por ejemplo la política económica del Estado; la economía de mercado capitalista estaría exenta de crisis. Solo Keynes (1883-1946) atribuyó el recurrente desempleo masivo a causas inmanentes al capitalismo. En cambio, Marx intentó demostrar que las crisis surgen del modo de producción capitalista mismo pero en su obra no se encuentra una teoría coherente de las crisis, hay observaciones sueltas, de mayor o menor amplitud que fueron transformadas en la tradición marxista en teorías completamente diversas.
Desde el capítulo tercero del tomo I en el análisis del dinero como medio de circulación Marx constató la posibilidad de la crisis en la mediación del intercambio a través del dinero; se puede vender la mercancía propia sin comprar nuevas mercancías con el dinero obtenido y al retener el dinero se interrumpe el proceso de reproducción. La denominada ley de Say, que dice que tiene que haber un necesario equilibrio entre compras y ventas o que toda oferta genera una demanda de igual magnitud, solo tiene validez si se asume que la circulación de mercancías es igual al intercambio directo de productos, solo en este caso coinciden. Por tanto cuando los clásicos y neoclásicos sostienen que no puede haber crisis están suponiendo un capitalismo sin dinero.
Es necesario explicar por qué, a partir de la mera posibilidad de la crisis, ocurre una crisis real, por qué se interrumpe de hecho el proceso de reproducción. Una explicación con mucha acogida en el marxismo tradicional es la reflexión apoyada en la ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia. Debido a la caída de la tasa, caerá también la masa y se hará más lenta la acumulación hasta llegar a la crisis. Para Heinrich los argumentos decisivos de Marx sobre la teoría de las crisis son independientes de la ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia.
Desde el tomo I Marx mostró que la producción de plusvalía relativa es una tendencia fundamental del desarrollo capitalista, la disminución del valor de la fuerza de trabajo por medio del desarrollo de la fuerza productiva del trabajo. El método más importante es la introducción de maquinaria cada vez mayor, esto implica un aumento de la producción lo cual se intensifica por la competencia. Es una ampliación tendencialmente ilimitada de la producción a la cual se opone una capacidad de consumo de la sociedad limitada en muchos sentidos.
El consumo social no se reduce al consumo individual del consumidor final, se compone del consumo de la clase trabajadora, del consumo de la clase capitalista, que incluye el consumo de lujo y de las inversiones: de reposición para sustituir la maquinaria gastada y de ampliación, de la adquisición de medios de producción adicionales.
Crisis por subconsumo. El consumo de la clase trabajadora está limitado por la lógica de la valorización del capital, los capitalistas intentan mantener los salarios al nivel más bajo posible, así como el número de fuerzas de trabajo empleadas, dado que para el capitalista individual el salario solo es un factor de coste. La fundamentación de la teoría de la crisis en el subconsumo se refiere a esta capacidad de consumo limitada de la clase trabajadora. Pero este argumento es insuficiente como explicación de la crisis, los salarios son siempre menores que el valor total del producto. El valor total del producto es c+v+p, los salarios son solo v, por lo que nunca son suficientes, sean altos o bajos, como demanda para el producto total. A la demanda de la clase trabajadora hay que añadir la demanda de los capitalistas y la demanda de inversión.
Esta última es decisiva, de ella depende la demanda de medios de producción adicionales e indirectamente del consumo adicional de los trabajadores si se contratan nuevas fuerzas de trabajo. Esta demanda de nuevos medios de producción y de fuerza de trabajo depende de la expectativa de ganancia -si se esperan ganancias reducidas las inversiones se retraen- y de la comparación entre la tasa de ganancia y la tasa de interés, dado que el capitalista individual puede elegir si invierte su capital en capital productivo o a interés, algo que no puede hacer la clase capitalista en su conjunto. Si las tasas de interés están altas o son positivas las tendencias de las acciones se invertirá más en capital ficticio.
Lo anterior muestra que la producción y el consumo se determinan de manera completamente distinta: a una producción tendencialmente ilimitada (por la lógica de valorización) se le opone un consumo limitado. La consecuencia es la tendencia a la sobreproducción de mercancías con respecto a la demanda solvente y a la sobre acumulación, capital acumulado que se valoriza mal o que no se valoriza, lo que conduce a la crisis: 1) la reproducción se paraliza; 2) el capital invertido se desvaloriza o incluso se destruye por completo; 3) las empresas menos rentables cierran; 4) los capitales menos rentables quiebran; 5) se despiden trabajadores; 6) aumenta el desempleo; 7) disminuyen los salarios.
Las crisis son procesos enormemente destructivos, se destruye riqueza social y la condiciones de vida de muchas personas. Pero estos momentos destructivos por medio de un proceso violento, eliminan el desequilibrio entre la producción y el consumo social. Por tanto, tienen para el sistema capitalista un lado constructivo (productivo), la destrucción de capitales no rentables reduce la producción, la desvalorización del capital que sigue operando y la reducción de salarios aumenta la tasa de ganancia de los capitalistas que subsisten. Se reducen los intereses al disminuir la demanda de capital prestado. Se despeja el camino para un nuevo crecimiento que con frecuencia se apoya en la introducción de nuevas técnicas, se intensifica la demanda de máquinas, se reactivan las inversiones del sector I que produce medios de producción y como consecuencia del aumento del empleo se acelera la acumulación del sector II el sector que produce medios de consumo y el ciclo se repite.
Marx señala reiteradamente estos efectos positivos de las crisis sobre el restablecimiento del equilibrio. Las crisis son inevitables. La presión de la competencia obliga a los capitalistas a comportarse de cierta manera, aunque sepan que el efecto global es destructivo ninguno puede echarse para atrás, todos esperan salir airosos. Tampoco es fácil determinar en qué momento del ciclo se encuentra la crisis, no se sabe con certeza el grado de sobreproducción, están surgiendo nuevas ramas de producción y empresas y desapareciendo otras. Lo único cierto es la incertidumbre. Cada capitalista se ve forzado a hacer todo lo posible para aumentar el beneficio, sin importar las consecuencias.
Sostiene Heinrich que al nivel general de la exposición en que se mueve Marx en El capital no se puede decir nada más sobre los procesos concretos de las crisis. Estos procesos concretos dependen de circunstancias específicas del momento como la evolución técnica y organizativa, la estructura del sistema crediticio, la situación de un país en el mercado mundial, la organización y la lucha de la clase trabajadora y el modo de intervención del Estado.
¿Hay una teoría del colapso en Marx?
En la historia del movimiento obrero las crisis económicas, debido a su lado destructivo, se han considerado como una amenaza para la existencia del capitalismo. Se piensa que las crisis económicas pueden conducir a la crisis del sistema político. Dadas las dificultades de la reproducción económica las relaciones de poder en el ámbito político pierden su legitimación y las personas comienzan a rebelarse. Marx, por ejemplo, consideró que los movimientos revolucionarios en Europa en 1848/1849 eran una consecuencia de la fuerte crisis económica de 1847/1848. Marx pensaba que la próxima crisis económica conduciría a la revolución. Pero la experiencia mostró que no existe necesariamente una conexión directa entre las crisis y los movimientos revolucionarios. Y en el siglo XX se ha visto que las crisis económicas profundas pueden ser caldo de cultivo para movimientos fascistas y nacionalistas.
En el movimiento obrero se difundió la idea de que las crisis económicas conducirían al colapso del capitalismo, que se dirigía hacia su crisis final. Se sacó de El capital una teoría marxista del colapso. En la década de 1990 esta idea fue reactivada por Robert Kurz y el grupo crisis. Es cierto que Marx habla en el tomo III de los límites del capitalismo pero no en el sentido de un final en el tiempo sino en el sentido de limitación de perspectivas; el capital desarrolla las fuerzas productivas más que cualquier otro modo de producción pero este desarrollo está al servicio únicamente de la valorización del capital. El verdadero límite del capital es que solo es producción para el capital. Marx habla de un conflicto permanente entre el desarrollo ilimitado de las fuerzas productivas y el fin limitado de la producción capitalista, pero no se menciona ningún tipo de colapso. Solo se encuentra un pasaje en los Grundrisse que podría sustentar esta hipótesis del colapso. Es un párrafo sobre el hecho de que el desarrollo de la ciencia lleva a que el trabajo deje de ser la fuente de riqueza.
Pero Marx no vuelve en sus escritos posteriores sobre esta frase. En el tomo I al referirse a la ciencia y su importancia en el modo de producción la ve no como un debilitamiento del capitalismo sino como un momento del aumento del poder del capital sobre el trabajo. En este proceso se gasta cada vez menos trabajo en el proceso de producción de la mercancía individual, pero esto no es examinado como una tendencia al colapso sino como el fundamento de la producción de plusvalor relativo. Es una aparente contradicción que el capital tiende a reducir a un mínimo el tiempo de trabajo mientras que por otra parte el tiempo de trabajo constituye la única medida y fuente de la riqueza. Para Kurz, Trenkle y otros, esta es una autocontradicción lógica del capitalismo, por la cual tiene que perecer ineludiblemente.
Este enigma resulta fácil de comprender si se tiene en cuenta que para los capitalistas no se trata del valor absoluto de la mercancía sino del plusvalor, o más precisamente, de la ganancia que esta mercancía genera. El tiempo de trabajo necesario para la producción de una mercancía individual puede reducirse y el valor de la mercancía disminuir con tal de que el plusvalor o ganancia producida aumente. Con relación a esto es irrelevante que el plusvalor / beneficio se distribuya en un pequeño número de productos de elevado valor o entre un gran número de productos de un valor reducido. Las teorías del colapso enfrentan el problema de tener que evidenciar una tendencia inevitable de desarrollo a la cual el capitalismo no puede sustraerse.
La teoría del colapso ha tenido históricamente una función exculpatoria para la izquierda, no importaba lo terrible que fueran las derrotas, el fin del enemigo era seguro, antes o después. La crítica a la teoría del colapso no es en absoluto una capitulación frente al capitalismo pues la ausencia de estas certidumbres proféticas no hace mejor al capitalismo en ningún sentido.
Debate Roberts – Astarita
Los planteamientos de Heinrich han sido objeto de fuertes críticas especialmente por autores marxistas en Inglaterra. El malestar que ha generado deja la impresión que quizá ha tocado puntos sensibles que cuestionan una interpretación tradicional sobre la relación de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia con la crisis. La posición de Astarita ha sido criticada recientemente por Michael Roberts en la Revista Sin Permiso de 8 de diciembre de 2024[7], en la cual se incluyen tanto las observaciones de Roberts como la respuesta de Astarita. Vale la pena seguir este debate para tratar de entender las razones de diferencias tan grandes de interpretación entre autores marxistas con tan amplia trayectoria.
Roberts le dice a Astarita que “lo decepcionó” la lectura de su “último artículo sobre las causas de las crisis cíclicas en el capitalismo”. Y afirma un poco más adelante: “Esto huele al argumento presentado por el marxista alemán Michael Heinrich de que Marx abandonó su ley de la rentabilidad después de 1865 como explicación de las crisis porque pensaba que ya no funcionaba.” En sentido estricto, la argumentación de Heinrich no se limita a esto, como se muestra en el anterior resumen y puede leerse con mayor detalle en La Ciencia del Valor.[8] Tengo la impresión de que Roberts no conoce esta obra de Heinrich.
La cercanía en este tema de Astarita con Heinrich no es conveniente. Con relación a la teoría del valor de Marx hace unos meses Fred Moseley escribió un libro tratando de demoler la interpretación de Heinrich, texto en el cual terminó sin quererlo aceptando muchas de las tesis de su oponente. En una entrevista con Roberts en su blog Moseley afirmó[9]: “Me preocupa la influencia de Heinrich en la comprensión de la teoría de Marx. Su interpretación es muy influyente en Alemania y en otras partes del mundo, especialmente entre los jóvenes. Y estoy convencido de que se trata fundamentalmente de una mala interpretación de la teoría de Marx”.[10]
Parece que en el caso de Astarita no se trata de una mala influencia por parte de Heinrich sino de haber llegado por sus propios estudios a conclusiones similares. Además, Astarita no clasifica en la categoría de jóvenes que Moseley paternalmente quiere proteger.
Notas
[1] https://www.youtube.com/watch?v=cGBmaHVegis. En su blog recientemente ha escrito varias entradas sobre el tema así como artículos en la Revista Sin Permiso en España.
[2] https://www.sinpermiso.info/textos/las-crisis-ciclicas-y-la-ltdtg
[3] Heinrich, Michael, Die Wissenschaft vom Wert, Verlag Westfalisches Dampfboot, Munster, 1999
[4] Michael Heinrich, La scienza del valore. La critica marxiana dell ´economia política tra rivoluzione scientifica e tradizione classica. A cura de Riccardo Bellofiore e Stefano Breda, Traduzione di Stefano Breda, PGRECO Edizioni, 2023.
[5] Heinrich, Michael, Crítica de la economía política. Una introducción a El Capital de Marx. Escolar y Mayo Editores, Madrid, 2008. Este libro se publicó originalmente en alemán en 2004. Se tradujo al inglés en 2012 con el título de An Introduction to the Three Volumes of Karl Marx’s Capital, Monthly Review Press
[6] https://larosaroja.org/heinrich-michael-la-dinamica-del-modo-de-produccion-capitalista-las-crisis-segunda-parte/
[7] https://www.sinpermiso.info/textos/ltdtg-intercambio-entre-michael-roberts-y-rolando-astarita
[8] https://larosaroja.org/heinrich-michael-la-dinamica-del-modo-de-produccion-capitalista-las-crisis-segunda-parte/
[9] https://www.sur.org.co/los-inquisidores-moseley-y-roberts-condenan-al-hereje-heinrich-por-interpretar-mal-la-teoria-del-valor-de-marx/
[10] https://thenextrecession.wordpress.com/2023/12/23/marxs-value-theory-and-the-value-form-interpretation/; https://www.sinpermiso.info/textos/la-teoria-del-valor-de-marx-y-la-interpretacion-de-la-forma-del-valor