POR ERIC TOUSSAINT /
Hace 150 años, un 18 de marzo de 1871, irrumpió la Comuna de París, el acontecimiento político más importante en la historia del movimiento obrero del siglo XIX.
Este artículo acerca de las enseñanzas históricas de la Comuna de París se relaciona con:
Publicación en Francés: http://www.cadtm.org/La-Commune-de-Paris-la-banque-et-la-dette
Publicación en Inglés: http://www.cadtm.org/The-Paris-Commune-of-1871-banks-and-debt
Publicación en Portugués: http://www.cadtm.org/A-Comuna-de-Paris-a-banca-e-a-divida Resumen
- Varias lecciones de la Comuna de París
- Se han perdido en gran medida las enseñanzas de la Comuna de París
- El papel de la deuda en el nacimiento de la Comuna de París
- ¿Quién iba a pagar la deuda?
- Las medidas positivas de la Comuna sobre alquileres y otras deudas
- La Comuna de París cometió el error fatal de no hacerse con el control del Banco de (…)
- La película de los acontecimientos relacionados con el Banco de Francia y un intento de (…)
- Volvamos a la película de los acontecimientos
- Un gobierno del pueblo debe poner en práctica una solución radical al Banco Central, la Deuda (…)
- La resuelta acción de la Rusia de los Soviets y de la Revolución Cubana respecto al Banco (…)
- Grecia 2015 o el fracaso de la moderación
- Conclusión
Varias lecciones de la Comuna de París
Marx y Engels habían sacado varias lecciones de la Comuna: la necesidad de destruir el Estado capitalista ocupaba el primer lugar en la lista. El funcionamiento democrático del gobierno y la representación popular con la revocabilidad de todos los mandatos fue otro. La negativa a quedarse como en éxtasis ante las finanzas es una tercera: un gobierno popular debe apoderarse del Banco Central y completar la necesidad de cambiar las relaciones de propiedad en todo el sector financiero, lo que implica la expropiación de las y los capitalistas. Una cuarta lección: la necesidad de anular la deuda pública. Además, unos años después de la Comuna, Marx, que participó en la redacción del programa del Partido obrero en Francia, se pronunciaba a favor de la «Supresión de la deuda pública»
Se han perdido en gran medida las enseñanzas de la Comuna de París
Las enseñanzas de la Comuna de París se han perdido en gran medida. Primero, la socialdemocracia, después de su traición al internacionalismo, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, se ha convertido en un instrumento de dominación capitalista e imperialista; segundo, los regímenes dictatoriales burocráticos y estalinistas, con la restauración capitalista, perpetuaron formas brutales de coerción y explotación; más recientemente, los regímenes progresistas en América Latina de inicios del siglo XXI se mantuvieron dentro del marco capitalista profundizando un modelo de desarrollo centrado en las exportaciones, la explotación de los recursos naturales y una política de bajos salarios para seguir siendo competitivos aunque practicaron una política asistencial que, en los primeros años, redujo la pobreza. Cabe señalar en positivo que las Constituciones de Venezuela (1999), Ecuador (2008) y Bolivia (2009) incluyen la revocabilidad de mandatos.
En cuanto al tema del Banco Central, la banca privada y el sector financiero en general, hay un empobrecimiento muy grave de los programas de las organizaciones que se reivindican de una orientación socialista radical. En 2019, el Manifiesto del partido Laborista bajo la presidencia de Jeremy Corbyn, aunque radical en una serie de temas como las renacionalizaciones y la cancelación de la deuda estudiantil, guarda silencio sobre la City de Londres y el Banco de Inglaterra. El programa de Bernie Sanders en 2019-2020, radical en la cuestión fiscal y en la deuda estudiantil, también guardó silencio sobre el Banco Central (la FED) y sobre los grandes bancos privados.
Otras organizaciones políticas como Podemos, Diem [1] , Die Linke, o bien se callan o bien tienen unos programas muy moderados y por tanto completamente inapropiados cuando se trata de abordar la cuestión del Banco Central, de los grandes bancos privados y de la deuda pública.
Las medidas que toma un gobierno con respecto al Banco Central, las deudas de las clases populares, las deudas públicas y la banca privada son decisivas. Si un gobierno popular no toma medidas financieras radicales, asume la responsabilidad de terminar en un fracaso que puede tener consecuencias dramáticas para la gente. La Comuna es un ejemplo emblemático de lo anterior. Por eso debemos analizar esta extraordinaria y dramática experiencia desde este ángulo.
El papel de la deuda en el nacimiento de la Comuna de París
La voluntad del gobierno reaccionario de pagar la deuda exigida por Prusia y de seguir pagando viejas deudas públicas precipitó la experiencia de la Comuna. Recordemos que fue Luis Bonaparte (Napoleón III) quien declaró la guerra a Prusia en julio de 1870 y que esta aventura militar terminó rápidamente con un fracaso total. El ejército prusiano había derrotado al ejército francés a principios de septiembre de 1870 y había encarcelado a Napoleón III en Sedán, lo que provocó la caída del Segundo Imperio seguida de la proclamación de la república. El pago de 5 mil millones de francos fue la condición impuesta por Bismarck para firmar la paz y retirar las fuerzas de ocupación. En un documento adoptado en solidaridad con la Comuna el 30 de mayo de 1871 por la dirección de la Asociación Internacional de Trabajadores (también conocida como Primera Internacional), Karl Marx subrayaba el enorme peso de la deuda pública que beneficiaba a la burguesía francesa y que pesaba sobre el gobierno “republicano” de Thiers que había reemplazado al de Napoleón III: “El Segundo Imperio había más que duplicado la deuda nacional y endeudado fuertemente a todas las grandes ciudades. La guerra había aumentado las cargas de una manera aterradora y había devastado sin piedad los recursos de la nación”. Marx añadía a esto los gastos que representaba el mantenimiento de medio millón de soldados prusianos en suelo francés, la indemnización de cinco mil millones reclamada por Bismarck y el interés del 5% a añadir a esta suma en caso de retraso en pagarla [2].
¿Quién iba a pagar la deuda?
Y Marx hace la pregunta: “¿Quién iba a pagar la factura?” Respondía que desde el punto de vista de la burguesía y Thiers sólo aplastando al pueblo con la violencia, “Sólo derribando violentamente la república podían los monopolizadores de la riqueza confiar en echar sobre los hombros de los productores de ésta las costas de una guerra que ellos, los monopolizadores, habían desencadenado” [3]. Según Marx, para imponer al pueblo de Francia aceptar desangrarse para saldar la deuda pública, el gobierno de Thiers estaba convencido de que tenía que provocar una guerra civil durante la cual acabaría con la resistencia del pueblo y le obligaría a pagar la factura.
Bismarck, compartía esta opinión y estaba convencido de que para tener una Francia dócil y dispuesta a respetar las condiciones impuestas por la victoriosa Prusia había que aplastar al pueblo, empezando por el de París, pero no quería utilizar al agotado ejército prusiano para ello. Quería que Thiers hiciera el trabajo sucio.
Thiers había intentado sin éxito convencer a Bismarck de que enviara sus tropas a París.
Para continuar con el pago de la deuda nacional que benefició a la burguesía y comenzar a pagar la deuda de guerra, Thiers procedió a un empréstito de 2 mil millones de francos en las semanas anteriores a la Comuna [4] .
Para poder aplastar al pueblo de París que estaba armado, Thiers montó una operación militar el 18 de marzo de 1871 para robarle 400 cañones y ametralladoras. El fracaso de este intento se debió a la movilización popular y provocó la huida del gobierno de Thiers y su instalación en Versalles. Los dirigentes de la Comuna cometieron el error de no perseguir a Thiers y su gobierno. Debería haberse ido a buscarle a Versalles para encarcelarle y evitar que el gobierno reagrupara sus fuerzas y luego las lanzara contra el pueblo de París y otras ciudades que se levantaron [5] .
Desde Versalles, Thiers organizó los días y semanas que siguieron el aplastamiento de las Comunas nacidas en distintos puntos de Francia (Marsella, Lyon, Narbona, Saint-Étienne, Toulouse, Le Creusot, Limoges…). Mientras utilizaba la parte del ejército que tenía a su disposición para acabar con las Comunas del sur del país, Thiers hacía como que negociaba con la Comuna de París para ganar tiempo y reunir las condiciones para lanzar una ofensiva final contra ella. Con este fin, una delegación del gobierno de Thiers fue a Frankfurt a principios de mayo de 1871 para obtener de Bismarck los medios para aplastar la Comuna de París. Bismarck respondió que era necesario lo antes posible hacer el pago de los primeros plazos de la deuda y que para crear las condiciones que permitieran la victoria, estaba de acuerdo en permitir que Thiers utilizara la parte del ejército francés hasta entonces prisionero de los prusianos para atacar París. Bismarck también estaba de acuerdo en hacer intervenir algunas de las tropas prusianas como apoyo y sin entrar en París. Finalmente, al finalizar las negociaciones, Bismarck aceptó esperar hasta el final de la Comuna de París para recibir el primer pago [6] . Fue este plan, concebido en conjunto entre el gobierno francés y el gobernante prusiano, el que finalmente venció a la Comuna de París.
En el resto de este artículo, me centraré en la política de La Comuna en relación con los alquileres y las deudas de las clases populares, por un lado, y en relación con el Banco de Francia, por el otro.
Las medidas positivas de la Comuna sobre alquileres y otras deudas
El 29 de marzo de 1871, la Comuna decide suspender el pago de los alquileres, incluidos los alquileres debidos desde octubre de 1870. También, toma medidas favorables al pueblo al prohibir el mismo día a los Montes de Piedad (casas de empeños) poner a la venta los objetos allí depositados [7] . Las casas de empeño eran organizaciones privadas que obtenían ganancias mediante la concesión de préstamos con garantía [8] . En el caso de que la persona que había depositado un artículo a cambio de un préstamo no saldara su deuda, la casa de empeño podría vender el artículo dejado como garantía [9]. Un millón de objetos se amontonaban en las casas de empeño. Como el invierno acababa de ser particularmente duro, los hogares pobres empeñaron 80.000 mantas para pedir prestado dinero para tener con qué comer [10] . El 73% de los objetos empeñados pertenecían a trabajadores y trabajadoras. De los 1,5 millones de préstamos anuales dos tercios, es decir, un millón, eran préstamos de 3 a 10 francos. A finales de abril de 1871, después de largos debates entre moderados y radicales, la Comuna decidió que las personas que hubieran obtenido un crédito con garantía de menos de 20 francos, podrían recuperar su propiedad de forma gratuita. Los electos más radicales como Jean-Baptiste Clément, autor de canciones famosas como Le Temps des Cerises y La Semaine Sanglante, consideran que la Comuna debería haber ido más rápido y más lejos con respecto a los Montes de Piedad y en muchas otras áreas que conciernen a las condiciones de vida de las clases populares [11]. Entre los defensores de una línea muy moderada con respecto a las deudas de las clases populares y medias (que incluían a una gran masa de pequeños comerciantes y artesanos), encontramos a Charles Beslay, decano de los miembros de la Comuna de 1871, discípulo y amigo íntimo de Proudhon, quien intervino sistemáticamente para defender el respeto a las finanzas y a las y los acreedores. Volveremos sobre esto en la siguiente sección dedicada a la política de la Comuna hacia el Banco de Francia. Antes de llegar a ello, también cabe mencionar que el 25 de abril la Comuna decide requisar las viviendas desocupadas para albergar a las víctimas de los bombardeos perpetrados por las tropas de Versalles y que el 28 de abril la Comuna prohíbe a los patronos cobrar multas y hacer deducciones en las nóminas [12].
La Comuna de París cometió el error fatal de no hacerse con el control del Banco de Francia
La sede del Banco de Francia, sus principales reservas y su órgano de gobierno estaban situados dentro del territorio de la Comuna de París. Erróneamente, la dirección de la Comuna de París renunció al control del mismo cuando era absolutamente necesario.
En 1876, Prosper-Olivier Lissagaray, un intelectual militante que participó en la lucha de las y los comuneros, denuncia, en su Historia de la Comuna de 1871, la actitud de la dirección de la Comuna que “quedó extasiada ante la caja de la alta burguesía que tenía al alcance de la mano” refiriéndose al Banco de Francia [13] .
El único requisito de la Comuna respecto al Banco de Francia era obtener los anticipos económicos que le permitieran mantener el equilibrio presupuestario sin tener que interrumpir el pago de la paga de los Guardias Nacionales (la Guardia Nacional de París era una milicia ciudadana encargada de mantener el orden y la defensa militar, contaba con 300.000 personas armadas para una población parisina de 2 millones).
El Banco de Francia abrió el bolsillo en cuentagotas cuando se trató de responder a las necesidades financieras de la Comuna mientras financiaba en gran medida a quienes querían aplastar literalmente al pueblo de París y poner fin lo más rápido posible a la revolución social. Durante los dos meses del experimento de la Comuna, el gobierno reaccionario de Thiers cómplice del ocupante prusiano recibió 20 veces más dinero en efectivo que la Comuna [14] .
Karl Marx considera que la Comuna cometió el error de no apoderarse del Banco de Francia: “Por sí sola, la requisa del Banco de Francia habría puesto fin a los desvaríos de Versalles. «. Precisa que con la requisa del Banco:»Con un poco de sentido común, (…) podría haber obtenido de Versalles un compromiso favorable a toda la masa del pueblo, único objetivo alcanzable en ese momento” [15] .
Como escribió Lissagaray: «La Comuna no veía los verdaderos rehenes que tenía a mano: el Banco, el Registro y los Dominios, la Caja de depósitos y consignaciones, etc. [16]».
En 1891, Friedrich Engels iba en la misma dirección: “Lo más difícil de comprender es indudablemente el santo temor con que aquellos hombres se detuvieron respetuosamente en los umbrales del Banco de Francia. Fue éste además un error político muy grave. El Banco de Francia en manos de la Comuna hubiera valido más que diez mil rehenes. Hubiera significado la presión de toda la burguesía francesa sobre el Gobierno de Versalles para que negociase la paz con la Comuna. [17] “
En resumen, los líderes de la Comuna de París permitieron que el Banco de Francia financiara a sus enemigos: el gobierno conservador de Thiers instalado en Versalles y su ejército que la iba a aplastar [18]. Más adelante veremos que el Banco de Francia también financió al ejército de ocupación prusiano que estaba a las puertas de París.
La película de los acontecimientos relacionados con el Banco de Francia y un intento de explicación
Para formarme una opinión sobre la actitud de la Comuna hacia el Banco, me he basado principalmente en dos narraciones, la de Lissagaray, ya citada en este artículo, partidario convencido de la causa de la Comuna, y la de Maxime du Camp, autor anti-comunero que como premio a su producción literaria de contenido reaccionario será elegido en 1880 miembro de la Academia Francesa [19] . Estos dos autores brindan amplios detalles sobre el comportamiento de los distintos protagonistas y, aunque adoptan un punto de vista radicalmente opuesto, su narrativa coincide en gran medida.
Volvamos a la película de los acontecimientos
El 18 de marzo, Thiers, su gobierno y su administración huyeron a Versalles. Unos días después, Gustave Rouland, el gobernador del Banco de Francia se unió a ellos para ponerse a su servicio, dejando al marqués Alexandre de Plœuc, vicegobernador del Banco y toda su administración en París. Gustave Rouland se rodeó en Versalles de regentes del Banco de Francia, incluido el barón Alphonse de Rothschild, propietario del Banco Rothschild, el mayor accionista del Banco de Francia. Gustave Rouland quiere convencer a Thiers de que ataque inmediatamente a la Comuna de París, pero éste considera que primero hay que ganar tiempo.
Durante este tiempo, la Comuna había designado, el 30 de marzo de 1871, al proudhoniano Charles Beslay para representarla en el Banco de Francia. Charles Beslay resumió su acción en una carta al diario derechista Le Figaro, publicada el 13 de marzo de 1873: “Fui al Banco con la intención de protegerlo de toda violencia del partido exagerado de la Comuna, y estoy convencido de que he conservado a mi país el establecimiento que fue nuestro último recurso financiero” [20]. Charles Beslay había sido elegido miembro de la Comuna el 26 de marzo de 1871 y era su decano. También era miembro de la Primera Internacional (AIT) desde 1866. Tenía una gran influencia en la Comuna. Sin embargo, Beslay tenía un pasado como capitalista, había sido propietario de un taller que empleaba a 200 personas asalariadas lo que a mediados del siglo XIX era una gran empresa [21] . Lissagaray que vivió los acontecimientos de la Comuna y analizó las actas de las reuniones de la Comuna escribe que Beslay, desde el principio, aceptó la posición defendida por el Marqués de Plœuc según la cual la Comuna no podía nombrar un gobernador para el Banco de Francia. Solo podía tener un delegado en la persona del propio Beslay. Lissagaray testifica que «Beslay, conmovidísimo, fue aquella misma noche a la Comuna a repetir el argumento, tanto más por cuanto se creía ducho en cuestiones de hacienda:»El banco de Francia es la fortuna del país; sin él no hay industria, no hay comercio. Si lo violáis, todos sus billetes darán en quiebra”” [22] .
Esta convicción, tan catastrófica como paralizante, era mayoritaria en el seno de la dirección de la Comuna y tuvo efectos dramáticos.
Como escribió Georges Beisson: “durante los 72 días de su existencia, la Comuna recibió 16,7 millones de francos: los 9,4 millones de activos que tenía en cuenta el Ayuntamiento y los 7,3 millones efectivamente prestados por el Banco. Al mismo tiempo, Versalles recibe 315 millones de francos (…) del Banco de Francia”, es decir, casi 20 veces más [23].
El reaccionario Maxime du Camp no dice otra cosa cuando escribe “mientras la Comuna acosaba al Banco de Paris para sacarle algunos billetes de mil francos, el Banco de Francia entregaba millones al gobierno de la legalidad. Las tropas afluían, tomaban forma, se organizaban y no les faltaba su paga en absoluto« [24]. Las tropas de las que habla Maxime du Camp son las que Thiers reúne con la ayuda de Bismarck para destruir al pueblo de París. Como sigue diciendo du Camp:»Cuando el Sr. Thiers necesitaba dinero, avisaba al Sr. Rouland, éste enviaba a quien correspondía un despacho telegráfico y el dinero llegaba”.
La Comuna necesitaba con urgencia dinero para ayudar a la población y reforzar su defensa ante un ataque inminente, mientras que sus representantes Beslay y Jourde se contentaban con una limosna. Sin embargo, en las bóvedas del Banco en su sede en París, había billetes, monedas, lingotes y valores financieros por valor de alrededor de 3 mil millones de francos.
Hasta el final, la Comuna autorizó a la dirección del Banco de Francia a tener su propia milicia fuertemente armada. El Marqués de Plœuc tenía bajo su mando a varios centenares de personas que en el interior de la sede del Banco disponían de un auténtico arsenal de centenares de fusiles y municiones para aguantar un asedio. Si la Comuna realmente lo hubiera querido, podría haber desarmado a esta milicia sin disparar un tiro, pero Beslay se oponía a ello totalmente.
Maxime du Camp también indica que el gobernador Rouland había enviado el siguiente mensaje a los empleados del Banco: “Por favor den instrucciones precisas para que esté a disposición de los alemanes dinero en efectivo para el pago de sus tropas “.
Maxime Du Camp explica que el Marqués de Plœuc mentía descaradamente a Jourde, el segundo delegado de la Comuna en el Banco; Du Camp reconstituye según los testimonios que pudo recoger, un diálogo entre los dos protagonistas: “Nos crees ricos, dijo el señor de Plœuc, pero no lo somos; bien sabes que cuando las tropas alemanas marcharon sobre París, hicimos sacar todos nuestros valores; ellos no volvieron. No te estoy engañando; los rastros de este transbordo son fáciles de encontrar (…) y te convencerás de que la mayor parte de nuestra fortuna está en las provincias. – ¡Pero, ¡Por dios! Señor Marqués, respondió Jourde, lo sé muy bien, pero al adelantarme dinero, el Banco se protege y me ayuda a salvarlo, lo que de otro modo me sería imposible”.
Dentro de la Comuna los partidarios de Auguste Blanqui (encarcelado por el gobierno de Thiers), entre los que se encontraba Raoul Rigault, estaban cada vez más insatisfechos con la política seguida por Beslay, secundada por Jourde y apoyada por una mayoríay, el 12 de mayo de 1871, se animaron e intentaron intervenir en el Banco de Francia con dos compañías de guardias nacionales. Pero Beslay intervino con éxito en el último minuto para proteger el Banco y evitar que lo registraran. Maxime Du Camp concluye: “En este sentido, el padre Beslay fue verdaderamente irreprochable” . Este fallido intento blanquista había sido concebido como un golpe de fuerza, no formaba parte de una visión coherente destinada a permitir que la Comuna utilizara el Banco de Francia para organizar su defensa y financiar un plan de desarrollo. Por supuesto, había que tomar “militarmente” el Banco pero había que tomarlo para hacer algo con él y en este tema las y los blanquistas no sabían exactamente qué hacer. No propusieron en la dirección de la Comuna (en la que tenían gente elegida) tomar el control del Banco y ponerlo al servicio de un plan de resistencia y de desarrollo. Se contentaron con intentar tomarlo por sorpresa y esto no funcionó pues Beslay pudo oponerse a ello sin que los blanquistas encontraran argumentos para decir porqué había que tomar el Banco. Esto acabó por tanto en un fracaso. Hay que precisar que tomar “militarmente” el Banco de Francia no significa tomarlo a base de cañonazos, de disparos de ametralladora y de fusil. Se trataba de tomar la decisión en la dirección de la Comuna de tomar el control del Banco, hacer dimitir al gobernador y al vicegobernador, desplazar suficientes batallones de guardias nacionales para rodear el Banco y requerir a sus ocupantes armados que entregaran sus armas. La desproporción de fuerzas y la certeza de los ocupantes del Banco de perder la batalla si se resistían habrían provocado su sumisión. No podían esperar ningún refuerzo al menos hasta el comienzo de la semana sangrienta del 21 de mayo. La Comuna habría debido tomar el control del Banco de Francia desde los primeros días de su nacimiento.
Por otro lado, hubo una voluntad por parte de la Comuna de acuñar su propia moneda y la hizo fabricar en el Hôtel des Monnaies, muelle Conti, pero carecía de lingotes de oro y plata que estaban almacenados en el Banco de Francia. Y aquí nuevamente la dirección del Banco pudo contar con la ayuda de Beslay para contentarse con la entrega de pequeñas cantidades de material precioso para transformarlo en moneda.
Maxime Du Camp explica que la dirección del Banco tenía tanto miedo a que el sector radical de la Comuna ganara contra Beslay que escondió bajo arena en los sótanos de la sede de París todo lo que podía enterrarse. La operación se llevó a cabo el 20 de mayo y duró unas 15 horas. Se llevaron al sótano todos los valores que se pudo. Fueron escondidos en dos cuartos protegidos por doce cerraduras y luego el acceso a esta parte de los sótanos fue llenado de arena [25] .
Al día siguiente, la semana sangrienta comenzó y terminó con la derrota del pueblo de París el 28 de mayo de 1871.
Después del aplastamiento de la Comuna, Beslay fue uno de los pocos líderes de la Comuna (quizás el único) que no fue ejecutado, condenado en rebeldía, encarcelado o desterrado. Los asesinos de la Comuna le dieron la posibilidad de ir a Suiza para liquidar la herencia de una de sus hermanas fallecida en agosto de 1870 y el 9 de diciembre de 1872 se benefició de un sobreseimiento del 17 ° Consejo de Guerra. Durante el final de su vida en Suiza también fue el albacea del testamento de Proudhon.
La actitud de la Comuna hacia el Banco de Francia se explica por los límites de la estrategia de los sectores que eran mayoritarios en ella: los partidarios de Proudhon y los de Blanqui. Proudhon [26], que murió en 1865, no tuvo la oportunidad de influir directamente en las decisiones, pero sus partidarios sí eran influyentes. Beslay no era el único, ni mucho menos. Proudhon y luego sus partidarios se opusieron a que un gobierno popular tomara el control del Banco de Francia, además no estaban por expropiar los bancos capitalistas, daban prioridad a la creación de Bancos de Crédito mutuo. Su papel, en la persona de Beslay, fue francamente nefasto.
Las y los partidarios del irreductible Auguste Blanqui también eran numerosos, y no tenían una posición precisa sobre qué hacer con el Banco de Francia y el papel que debería desempeñar en beneficio de un gobierno revolucionario.
Las y los militantes que se inspiraban en las ideas de Karl Marx eran pocos, aunque algunos de ellos, como Leo Frankel, ejercían responsabilidades y estaban en contacto regular con Marx que residía en Londres en ese momento. Léo Frankel formó parte de la Comisión de Trabajo y Cambio [27].
También podemos citar a Charles Longuet [28] , quien participaba como Frankel en la Comisión de Trabajo y Cambio, Auguste Serraillier miembro de la misma comisión, y Elisabeth Dmitrieff, quien cofundó durante la Comuna, la Unión de Mujeres por la Defensa de París y la atención a los heridos.
Un gobierno del pueblo debe poner en práctica una solución radical al Banco Central, la Deuda Pública y los Bancos Privados
La política seguida por Beslay es de gran actualidad: si nos contentamos con proponer o crear Bancos de Crédito mutuo (bancos cooperativos) preservando al mismo tiempo, el Banco Central tal como funciona en el Estado contemporáneo y, si no socializamos el sector bancario expropiando a las y los capitalistas, no cambiaremos nada a nivel estructural.
Si no reducimos radicalmente la deuda pública, el nuevo gobierno no tendrá un margen de maniobra real para financiar cambios importantes.
La resuelta acción de la Rusia de los Soviets y de la Revolución Cubana respecto al Banco Central, los bancos y las deudas
Las y los bolcheviques en Rusia y las y los revolucionarios cubanos comprendieron estas enseñanzas y dieron los pasos necesarios en 1917-1918 con respecto a los decretos adoptados por los soviéticos y en 1959-1960 con respecto a la Revolución Cubana. El gobierno bolchevique aliado a los socialistas revolucionarios de izquierda con el apoyo de los consejos de trabajadores, campesinos y soldados (soviets) tomó el control del Banco Central, emitió su propia moneda, expropió a los banqueros, canceló todas las deudas de las y los campesinos y repudió toda la deuda contraída por el régimen zarista. Las y los revolucionarios cubanos tomaron el control del Banco Central, pusieron al Che Guevara a su cabeza, emitieron su propia moneda, cancelaron las deudas públicas. En cuanto al derecho a la vivienda, fueron mucho más lejos que la Comuna, también decretaron que los inquilinos tenían derecho a seguir ocupando su vivienda sin pagar alquiler [29]. Las y los bolcheviques también pusieron en práctica una solución a los problemas de vivienda y las deudas asociadas a ella.
Grecia 2015 o el fracaso de la moderación
Tan pronto como se estableció el gobierno de Alex Tsipras, puesto en pie como consecuencia de la victoria electoral de Syriza (coalición de la izquierda radical), habría sido necesario actuar sobre los bancos. Cuando el BCE tomo la iniciativa de agudizar la crisis bancaria griega, era necesario actuar a este nivel y aplicar el programa de Tesalónica, sobre cuya base se eligió el gobierno de Syriza, el 25 de enero de 2015, que anunciaba: “Con Syriza en el gobierno, el sector público recupera el control del Fondo Helénico de Estabilidad Financiera (FHSF) y ejerce todos sus derechos sobre los bancos recapitalizados. Esto significa que toma las decisiones sobre su administración”. Cabe señalar que el Estado griego, a través del Fondo Helénico de Estabilidad Financiera, era en 2015 el principal accionista de los cuatro principales bancos del país, que representaban más del 85% de todo el sector bancario griego. El problema es que, a pesar de las numerosas recapitalizaciones de los bancos griegos que se habían sucedido desde octubre de 2008, el Estado no tenía un peso real en las decisiones de los bancos porque las acciones que poseía no daban derecho a voto, por falta de una decisión política en este sentido por parte de los gobiernos anteriores. Por tanto, era necesario que el Parlamento, de acuerdo con los compromisos de Syriza, transformara las denominadas acciones preferenciales (que no dan derecho a voto) en poder de las autoridades públicas en acciones ordinarias que dan derecho a voto. Entonces, de una manera perfectamente normal y legal, el Estado podría haber ejercido sus responsabilidades y haber brindado una solución a la crisis bancaria.
Por último, aún quedaban por tomar cinco medidas importantes. Primero, para hacer frente a la crisis bancaria y financiera agudizada por la actitud de la Troika (Comisión Europea, BCE y FMI) desde diciembre de 2014 clamando por la quiebra de los bancos y por la decisión del BCE, del 4 de febrero de 2015, el gobierno debería haber decretado un control de los movimientos de capital para poner fin a su huida al extranjero. En segundo lugar, era necesario suspender el pago de la deuda pública externa. En tercer lugar, reemplazar al gobernador del Banco Central griego y tomar su control en nombre del pueblo. En cuarto lugar, había que crear una moneda complementaria y preparar la salida del euro. En quinto lugar, anular las deudas de las clases populares con los bancos privados y con el Estado.
La decisión de Tsipras (Primer Ministro) y de Varufakis (Ministro de Finanzas) de no tocar los bancos privados, de dejar en su puesto a la antigua dirección del Banco Central Griego, de no controlar los movimientos de capitales y de no suspender el pago de la deuda tuvo consecuencias funestas para el pueblo griego. Parafraseando a Federico Engels, que se expresaba a propósito de la Comuna de París, Tsipras y Varufakis dieron pruebas de un santo respeto hacia las finanzas y, se detuvieron delante de las puertas del Banco Central y de los bancos privados. Se perdió una oportunidad histórica. Debemos evitar que esto suceda en otras partes del mundo.
Conclusión
Un gobierno popular no puede quedarse de brazos cruzados frente al mundo de las finanzas, debe tomar medidas drásticas sobre el Banco Central, los Bancos Privados y las Deudas. Si no lo hace, está condenado al fracaso.
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En el 150.º aniversario de la Comuna de París, Jaime Pastor y Miguel Urbán coordinan un libro colectivo con vari@s autores y autoras, editado por Bellaterra Edicions:
Ludivine Bantigny, Montserrat Galcerán, Eric Toussaint, Stathis Kouvelakis, Michael Lowy, Jeanne Moisand ,Alberto Santamaría , Daniel Bensaïd,¡Viva la Comuna! Los 72 días que conmocionaron Europa.
http://www.cadtm.org/Viva-la-Comuna-Los-72-dias-que-conmocionaron-Europa
https://bellaterra.coop/es/libros/viva-la-comuna
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Notas
[1] Eva Betavatzi, Éric Toussaint et Olivier Bonfond, El plan de DiEM25 para enfrentar la crisis de Covid-19 en Europa, publicado el 26 mayo 2020, https://www.cadtm.org/El-plan-de-DiEM25-para-enfrentar-la-crisis-de-Covid-19-en-Europa
[2] Las citas de Primer Manifiesto del Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores sobre la Guerra Franco-Prusiana están sacadas de Karl Marx, la guerra civil en Francia (1871). https://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/La_guerra_civil_en_Francia_Marx.pdf p. 52. Sobre las circunstancias en las que fue redactado y publicado este texto en aquellos momentos ver Wikirouge, «La guerre civile en France», https://wikirouge.net/La_guerre_civile_en_France . En este artículo es texto de referencia será Marx, La guerra civil en Francia (1871).
[3] Fue Napoleón III apoyado por la burguesía quien había declarado la guerra a Prusia. Ver Marx, La guerra civil en Francia (1871) p. 52
[4] Para satisfacer las demandas de la burguesía el gobierno de Thiers y la Asamblea dominada por los sectores conservadores favorables a una aceptación del ocupante prusiano habían decidido a comienzos de 1871 poner fin a la moratoria de las deudas de los particulares, de los efectos de comercio y de los alquileres, hundiendo así a la población parisina sin dinero.
[5] En el documento dirigido a las y los trabajadores del mundo entero la dirección de la Primera Internacional escribe a propósito de este error estratégico del 18 de marzo: “el Comité Central se hizo responsable esta vez de un error decisivo: no marchar inmediatamente sobre Versalles, entonces completamente indefenso, acabando así con los manejos conspirativos de Thiers y de sus “rurales”. Marx, la guerra civil en Francia (1871), p.61.
[6] Marx, La guerra civil en Francia (1871), p. 87.
[7] Se pueden encontrar aquí los decretos sobre los alquileres y los montes de piedad: macommunedeparis, « Non, la Commune n’a pas… (16) Premiers décrets – La Commune de Paris », https://macommunedeparis.com/2016/05/17/non-la-commune-na-pas-16-premiers-decrets/
[8] «¿Qué es un Monte de piedad? Es una institución privada, con accionistas. Que hacía beneficios. En 1869, 784.736,53 francos. Una cifra de negocios anual de 25 millones”. Había una cuarentena de sucursales del Monte de Piedad en París. Sobre el funcionamiento del Monte de Piedad: “Tú llegas con tu objeto. Te lo cogen y te prestan 3 o 4 francos. Lo puedes “desempeñar” con un interés del 12 al 15%. Si no lo desempeñas a tiempo, tu objeto será sencillamente vendido en subasta”.
Fuente: «La Commune et le Mont-de-piété» https://macommunedeparis.com/2016/05/17/la-commune-et-le-mont-de-piete/
[9] En cierta forma, prefiguran los organismos privados de microcréditos que a partir del último cuarto del siglo XX se han desarrollado en los países en desarrollo
[10] Fuente: «La Commune et le Mont-de-piété» https://macommunedeparis.com/2016/05/17/la-commune-et-le-mont-de-piete/
[11] Ver en particular el libro de Jean Baptiste Clément, La Revanche des communeux, Paris 1887. Es una mina de informaciones en particular sobre la situación de las clases populares y sobre los debates que atravesaron la Comuna. El libro es accesible en https://fr.wikisource.org/wiki/La_Revanche_des_communeux/Texte_entier
[12] Para una lista más amplia de las medidas de carácter social ver el resumen que da F. Engels en la introducción a Marx, La guerra civil en Francia (1871).
[13] La historia de la Comuna de París de 1871. Prosper Olivier Lissagaray 2021. Editorial Txalaparta txalaparta.eus. p. 184 y 185. También en su versión original, el libro de 576 páginas es accesible en línea en https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k36518g.texteImage
[14] Georges Beisson, «La Commune et la Banque de France», Association des Amies et Amis de la Commune de Paris 1871 http://www.commune1871.org/?La-Commune-et-la-Banque-de-France
[15] Carta del 22 de febrero de 1881 de Karl Marx a F. Domela Nieuwenhuis, https://www.marxists.org/francais/marx/works/00/commune/kmfecom12.htm
[16] Prosper-Olivier Lissagaray, op. cit. p. 184
[17] Marx, La guerra civil en Francia (1871), p.18
[18] Los representantes de los grandes bancos de negocios parisinos que dirigían el Banco de Francia celebrarán la derrota de la Comuna concediendo a los accionistas un dividendo de 300 francos por acción, contra 80 francos en 1870.
[19] Maxime Du Camp, La Banque de France pendant la commune, — III. — Les dernières réquisitions, l’ensablement des caves. Revue des Deux Mondes, 3e période, tome 27, 1878 (p. 831-865)
[20] Fuente: https://maitron.fr/spip.php?article147868 , notice BESLAY Charles, Víctor, versión puesta en línea el 16 de julio de 2013, última modificación el 28 de enero de 2020.
[21] En París había fundado una fábrica de máquinas de vapor en el barrio de Popincourt. Trató de aplicar las ideas de su amigo Proudhon sobre la asociación del capital y el trabajo. En particular, asoció a sus trabajadores con las ganancias de su empresa en 1848. Bajo el Segundo Imperio se arruinó al crear un banco de cambio y descuento según las ideas proudhonianas, que solo funcionó durante seis meses. En 1852 obtuvo la concesión de dos líneas ferroviarias suizas: Suiza Occidental y Franco-Suiza. Fuente: https://fr.wikipedia.org/wiki/Charles_Beslay
En el Primer Manifiesto de la Asociación Internacional de los Trabajadores ya citado, Marx escribe sobre Beslay: “El señor Beslay, uno de sus antiguos colegas del Parlamento de 1830, que, a pesar de ser un capitalista, fue un miembro abnegado de la Comuna de París, se dirigió últimamente a Thiers en un cartel mural: “La esclavización del trabajo por el capital ha sido siempre la piedra angular de su política y, desde el día en que vio la República del Trabajo instalada en el Hotel de Ville, no ha cesado un momento de gritar a Francia:¡Esos son unos criminales!” [soy yo quien subraya ET] en Marx, La guerra civil en Francia (1871), p. 50.
[22] Lissagaray, op. cit. Pag 185.
[23] Georges Beisson, «La Commune et la Banque de France», Association des Amies et Amis de la Commune de Paris 1871 http://www.commune1871.org/?La-Commune-et-la-Banque-de-France
[24] Maxime Du Camp, La Banque de France pendant la commune, op. cit.
[25] Ibid.
[26] Las y los partidarios de Proudhom en la Comuna eran en general miembros de la AIT que reagrupaban a hombres y mujeres de diferentes tendencias que iban de diferentes variantes del anarquismo (proudhonianos, bakuninistas, …) a diferentes variantes del comunismo. Algunos blanquistas como Emile Duval eran miembros de la AIT.
[27] Lissagaray Cap. XX p. 207
[28] Para Charles Longuet, además del diccionario Maitron, ver también https://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Longuet
[29] Ver Fernando Martínez Heredia entrevistado por Eric Toussaint, «Cuba de 1959 a 1999 desde una perspectiva histórica» https://www.cadtm.org/Cuba-de-1959-a-1999-desde-una
Traducido por Alberto Nadal.
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