POR LUZ MARINA LÓPEZ ESPINOSA
“¿Y quién dirá que ya no es imaginable resurgir de las ruinas del país?”
– Himno al innombrable.
Porque somos uno solo los pueblos del mundo y una sola la pobrecía del mundo, desde ese lugar de la tierra que son todos donde unos y otras estamos, llamamos a nuestros camaradas, hermanos y artistas del Brasil.
Porque ya lo dijeron grandes como Dolores Ibárruri, Durruti, el Che Guevara, Rosa Luxemburgo , -entre otras, el dolor y la humillación infligido a cualquier ser humano en cualquier parte del mundo, los sentimos propios quienes militamos en la causas revolucionarias, es por eso por lo que les hacemos este llamamiento:
No más asesinados ni desaparecidos en las favelas de la Ciudad Maravillosa que no la ha de ser solo para goce de los turistas y esplendidez de las postales. No más el exterminio que ya fue de nuestros antepasados, pero se quiere seguir consumando en los renuevos que rescatan su memoria. No más destrucción del hogar común, esa selva que es el albergue de los mamíferos, las aves y los peces que nos alimentan, del agua que nos da la vida y el aire que respiramos desde la Amazonía hasta los confines de la tierra. No más contra el arte, la vida, la libertad, el derecho de alzar la voz y ser feliz. O soñar serlo.
Porque todas esas ofensas son contra la humanidad lo que nos hace asumirlo como causa propia, se lo rogamos: por los que figuran en el libro vedado de la historia, los aniquilados, esclavizados, torturados y desaparecidos, esos irredentos hombres y mujeres que remisas se niegan a morir, ¡Este treinta de octubre diremos un clamoroso No al militarismo que asesinó nuestros sueños y al fascismo que igual remiso, se quiere escapar del basurero de la historia!
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