Mirada crítica sobre los pilares del capitalismo: liberalismo clásico no es sinónimo de democracia y el neoliberalismo tiene como valor la desigualdad

LA ROSA ROJA /

Invitado por la Facultad de Gobierno y Gestión Pública de la Universidad Autónoma de Guerrero (México), el filósofo, historiador y director del Doctorado en Derecho de la Universidad Libre, Ricardo Sánchez Ángel, disertó virtualmente el pasado 4 de marzo sobre el ciclo histórico del neoliberalismo y sus incidencias no solo económicas, sino sociales y políticas a nivel planetario.

‘El Neoliberalismo’, precisamente fue el título de su disertación, tema que, como bien señaló, es el “más trascendental para América Latina entre 1980 y hoy, por lo que suscita profundas pasiones”.

Sánchez Ángel hizo un discernimiento crítico a partir de la historia de este modelo económico capitalista, remontándose al liberalismo clásico. Explicó en efecto que liberalismo no es sinónimo de democracia, por el contrario, enfatizó, es una ideología del patriarcado, contrario al sufragio universal, aunque puede coincidir con ella. “Es concurrente y repelente con la democracia” a la vez, la cual se caracteriza por la ampliación de los derechos humanos.

Dimensiones del neoliberalismo

Al señalar que el neoliberalismo como realidad de la evolución histórica del capitalismo asume algunos principios del liberalismo clásico como la libertad individual, este modelo económico que en América Latina se inauguró a sangre y fuego con la dictadura de Pinochet en Chile en 1973, tiene como elemento valórico la desigualdad.

Para analizar el alcance del neoliberalismo, Sánchez Ángel parte de tres dimensiones: como teoría, como una política económica y programa de acción, y como economía política. En ese sentido, explicó, hay una redefinición del liberalismo clásico, solo que conserva la concepción del individualismo como factor esencial que persigue la acumulación de riqueza a partir del dominio de la naturaleza para construir ciudad y sociedad, con lo que además parte de ahí la visión de libertad moderna.

Modelo neoliberal se extiende por Europa gracias a la Socialdemocracia

Una de las características del neoliberalismo es que se amolda al tipo de Estado que le sea propicio. No es gratuito por ello, indicó el catedrático universitario, que este modelo económico que prácticamente destruyó el estado de bienestar haya logrado expandirse en Europa luego de su consolidación en Inglaterra durante el gobierno conservador de Margaret Thatcher (1979-1990), gracias a la Socialdemocracia como ocurrió en Francia, España, en Portugal, Italia y Grecia, lo que constituye un elemento histórico y político muy significativo.

La caída de la Unión Soviética en 1991 es el triunfo más espectacular del neoliberalismo. Además, encontró en la burocracia rusa la mejor aliada para la imposición de sus planes.

En Oceanía, al igual que en los países europeos mencionados, fue mediante la acción de partidos laboralistas como se impuso el modelo neoliberal en Australia y Nueva Zelanda. “Es que el neoliberalismo tiene esa característica de adaptarse al sistema político y al desarrollo económico tanto en el ámbito continental como nacional”, recalcó Sánchez Ángel.

En cambio en Asia, este voraz modelo capitalista no tuvo el auge que logró en otros continentes. Japón, Taiwán y los llamados tigres asiáticos aplicaron políticas de fortalecimiento de los mercados internos, reforma agraria y sustitución de importaciones.

Con la aplicación de las políticas neoliberales desapareció el Estado de bienestar, aunque quedan algunos elementos residuales de ello en determinados países. No se logró acabar con el gasto social porque la consecuencia es que las sociedades explotan, volviéndose un grave problema para los gobernantes capitalistas, precisó el conferencista.

En el caso latinoamericano, Sánchez Ángel si bien destacó varios de los avances que lograron los Gobiernos progresistas, glosó el hecho de haber mantenido la estructura tributaria, profundizado el modelo neoextractivista y se careció de la capacidad de gestión para crear instituciones fuertes que solidificaran las políticas de equidad social.

Concluyó formulando dos interrogantes: ¿con la pandemia, se vendrán nuevas políticas neoliberales? ¿En estas circunstancias que vive el mundo las clases dominantes podrán aplicar de manera sustancial fórmulas de corte neoliberal?