POR ALBERTO MALDONADO COPELLO /
El libro ‘Historia y sistema en Marx’ de César Ruiz Sanjuán [1] tiene como objetivo general analizar la articulación entre lo histórico y lo sistemático en Marx con énfasis en su obra de madurez. Es una interpretación de su evolución teórica hasta llegar a su proyecto fundamental de crítica de la economía política. En su desarrollo aborda el asunto de la continuidad o la ruptura teórica en la obra de Marx, la relación con Hegel, la concepción materialista de la realidad, de la historia y del pensamiento, el carácter de la crítica de la economía política, la concepción de la dialéctica como el modo de exposición teórico y la centralidad de la teoría del valor para la comprensión del proyecto de crítica de la economía política.
Ruiz se inscribe dentro de una corriente interpretativa denominada “Nueva lectura de Marx” desarrollada en Alemania desde la década de los setenta. En la introducción al libro de Heinrich “Crítica de la economía política” hace una exposición muy completa de esta corriente [2]. Ruiz crítica planteamientos del marxismo tradicional y del marxismo occidental [3] así como a algunos autores críticos de Marx desde otras perspectivas teóricas.
El libro se divide en dos partes. La primera se titula génesis de una concepción histórica de la realidad social y la segunda exposición sistemática como crítica de las categorías. La primera parte contiene tres capítulos: 1) Antropología y política; 2) Antropología, sociedad e historia; y 3) La concepción materialista de la historia. La segunda parte está conformada por cinco capítulos: 4) Coordenadas teóricas de la crítica de la economía política; 5) Deducción conceptual y desarrollo histórico; 6) El lugar de la historia en la exposición sistemática; 7) La dimensión hegeliana de la teoría de Marx; y 8) La teoría del valor y la crítica de las categorías.
Primera parte: génesis de una concepción histórica de la realidad social
En la primera parte Ruiz expone la evolución teórica de Marx hasta llegar a la concepción que fundamenta su obra de madurez: el proyecto de crítica de la economía política.
Ruiz sostiene que en 1845 con las tesis sobre Feuerbach y La ideología alemana se produce una ruptura teórica en Marx que da paso a la formulación de su concepción materialista de la historia que sustenta el proyecto de crítica de la economía política. Sin embargo, todavía Marx no rompe con su postura empirista lo cual hará en 1857 con su texto metodológico que se ha publicado como introducción a los Grundrisse.
Capítulo 1. Antropología y política
En su producción teórica antes de 1845 Marx tiene una concepción antropológica de la realidad social desarrollada según el modelo de la filosofía de Feuerbach. En este enfoque los conceptos centrales son los de enajenación, esencia genérica e inversión sujeto- predicado. Marx adopta y transforma los conceptos de Feuerbach y los aplica a distintas esferas: el Estado, la política y la economía.
En un primer momento, Marx en 1843 le crítica a Hegel la inversión sistemática de la relación entre sujeto y predicado. Marx concibe al Estado como garante del interés general pero considera que la esfera política está separada de la vida real de los seres humanos y adquiere una existencia autónoma: es la enajenación de la esencia genérica en la esfera política. Tiene una postura democrática radical y piensa que la enajenación política debe superarse mediante la reapropiación del Estado con una verdadera democracia, lo cual se lograría mediante la transformación de la conciencia. Plantea que Hegel no es realmente crítico ya que desarrolla el objeto a partir de la lógica y asume acríticamente lo empírico.
En los escritos en los Anuarios Franco-Alemanes de 1844 [4] Marx avanza hacia una postura comunista. Rechaza la pretensión de transformar la conciencia como medio para superar la enajenación y establece la necesidad de revolucionar en la práctica las condiciones materiales de vida. Plantea que hay que buscar la enajenación en la sociedad civil dado que ella condiciona la esfera política y el Estado y crítica las formas políticas burguesas. Abandona la perspectiva democrática radical y la posibilidad de la liberación de los seres humanos en el marco de la sociedad burguesa. Crítica la declaración de los derechos humanos porque no van más allá del ser humano egoísta que es miembro de la sociedad civil enfocado en su interés privado. Identifica al proletariado como sujeto de la praxis transformadora y de la revolución y la necesidad de la articulación entre filosofía y proletariado. Aunque cambia el contenido de la crítica esta sigue enmarcada en la contraposición entre existencia y esencia.
Capítulo 2. Antropología, sociedad e historia
En los Manuscritos económico-filosóficos de 1844 [5] aborda la economía política. Ahora considera que la forma en la cual se realiza el trabajo origina la enajenación del ser humano: el concepto central es el trabajo enajenado. Con base en la noción de trabajo enajenado expone la génesis de la sociedad burguesa y los elementos que la economía política toma como supuestos dados. Sin embargo, la estructura de su argumentación permanece en el marco de la filosofía antropológica de Feuerbach.
Aplica el concepto de enajenación a las relaciones sociales y económicas. El trabajador es una mercancía sometida a leyes objetivas lo que permite establecer distintas dimensiones de la enajenación: a) el trabajador no dispone del resultado de su trabajo; b) el trabajador no es dueño de su propio trabajo; c) el trabajador se enajena de su esencia genérica que es el trabajo por medio del cual se auto produce; d) el trabajador se enajena del no trabajador.
La esencia genérica consiste en que el ser humano produce su propio mundo por medio del trabajo que es la forma eminente de realización del ser humano. En la sociedad burguesa el trabajo asalariado es una enajenación de esta esencia genérica. Marx muestra que la sociedad capitalista no es resultado de una naturaleza humana sino de una determinada forma de organización social. Se opone a la concepción del ser humano de la economía burguesa que permanece dentro de los límites del trabajo enajenado.
Lo constitutivo esencial del ser humano es la actividad material práctica transformadora la cual tiene un carácter esencialmente social. Aunque comienza a distanciarse de Feuerbach, todavía en los Manuscritos de 1844 Marx considera que la sociedad puede ser comprendida a partir de una esencia humana genérica que es inmanente a cada individuo; en la sociedad existente el ser humano está separado de su verdadera esencia genérica y es esta separación la que se objetiva. La realidad no se corresponde con la esencia humana ideal captada por la razón: es necesario superar la enajenación mediante la transformación de las relaciones sociales. Sólo una nueva forma de sociedad en la que se supere la enajenación es verdaderamente humana: el comunismo.
Marx desarrolla en los Manuscritos la crítica en forma inmanente. Asume el modo en que la economía política plantea los problemas en su ámbito teórico y señala las inconsistencias y contradicciones de sus resultados. Pero su crítica se desarrolla en el marco de la concepción antropológica esencialista.
Introduce en su concepción antropológica dos elementos que tienen origen en la filosofía hegeliana: el elemento del trabajo y el proceso histórico. Pero avanza con respecto a Hegel al tratar de reformular la dialéctica hegeliana en términos antropológicos para explicar el proceso a través del cual el ser humano se constituye por medio del trabajo. Marx valora la negatividad como principio motor de la dialéctica hegeliana pero critica que se mueva en el ámbito puramente lógico. Solo es posible suprimir la enajenación transformando las condiciones reales de existencia de los seres humanos.
En La sagrada familia [6] de 1844 Marx inicia la elaboración de una concepción materialista de la historia. Todavía el modelo para la crítica se basa en Feuerbach pero empieza a haber referencias más precisas a la historia material de los seres humanos y aparecen junto a la esencia genérica los conflictos reales. Comienza a cuestionar la concepción misma de la existencia de una esencia humana.
Capítulo 3. La concepción materialista de la historia
Ruiz considera que en 1845 se produce una ruptura teórica en Marx en las Tesis sobre Feuerbach y en La ideología alemana[7]. En estos textos se separa por primera vez de Feuerbach y somete a crítica algunos elementos de su propia concepción; rechaza el concepto de esencia humana lo cual implica también abandonar el concepto de enajenación de la esencia humana y de trabajo enajenado. En La ideología alemana el concepto de esencia humana es sustituido por la investigación de las relaciones sociales que establecen los seres humanos en su proceso material de vida.
Marx comprende que la conciencia es una forma determinada de la realidad social y que es necesario transformar en primer lugar las relaciones sociales. Tiene ahora un nuevo marco conceptual, pero la nueva concepción no surge completamente acabada en ese momento. Marx y Engels destacan ahora la importancia de la investigación empírica y abandonan la concepción dialéctica de la historia que Marx intentó integrar a su concepción antropológica. El precio de romper con la concepción antropológica es asumir una posición empirista que limita la construcción de un verdadero sistema teórico.
En las Tesis sobre Feuerbach esboza su concepción del nuevo materialismo que se fundamenta en la praxis, en la actividad material que desarrollan los seres humanos en sus relaciones de producción e intercambio. Abandona definitivamente la filosofía de la esencia. La esencia humana no es algo abstracto e inmanente a cada individuo, es en realidad el conjunto de las relaciones sociales. El comunismo no se considera como superación de la enajenación y reapropiación de la esencia humana genérica.
En La ideología alemana Marx y Engels hacen énfasis en la investigación empírica de las condiciones materiales de vida. Las formas de conciencia son una expresión derivada de las relaciones sociales de producción que es el concepto principal en la nueva concepción, a partir del cual puede comprenderse la historia humana. Las diferentes formas de conciencia no tienen independencia, la relación entre pensamiento y realidad está mediada por la actividad práctica. La filosofía independiente pierde con la exposición de la realidad su medio de existencia. Marx y Engels tienen una autocomprensión empirista de su objeto teórico y un decidido rechazo a toda forma de abstracción.
En La ideología alemana la realidad social es comprendida como una totalidad estructurada en la que se presentan distintos niveles y la historia se comprende como una sucesión de formaciones sociales. Las transformaciones históricas se producen cuando el desarrollo de las fuerzas productivas resulta incompatible con las relaciones sociales. En La ideología alemana delimitan por primera vez el campo teórico de una nueva ciencia, establecen el concepto de una determinada empiria y construyen un nuevo concepto de realidad social sobre cuya base se puede articular un programa de investigación empírica.
Critican el procedimiento teórico de la economía política que toma las categorías económicas del modo de producción burgués como si fueran eternas y válidas para todos los modos de producción. Los economistas explican cómo se produce en el marco de las relaciones capitalistas pero no explican cómo se producen estas relaciones. Entre 1845 y 1850 Marx se aparta de Hegel y rechaza la dialéctica hegeliana.
Segunda parte: la exposición sistemática como crítica de las categorías
Capítulo 4. Coordenadas teóricas de la crítica de la economía política
La configuración del proyecto de crítica de la economía política inicia en Inglaterra en 1850 y en 1857 Marx comienza a sistematizar el material cuyo resultado fueron los manuscritos denominados Grundrisse [8]. Este proyecto busca exponer las relaciones económicas de la sociedad burguesa al tiempo que desarrollar la crítica de las categorías fundamentales de la teoría de la economía política. Hacia 1857 Marx comprende que la posición empirista no permite llevar a cabo la exposición y crítica de las relaciones sociales burguesas dado que la sociedad consiste en la suma de relaciones: la exposición debe ser resultado de un desarrollo conceptual. Marx vuelve a Hegel, concibe al capitalismo como una totalidad, como un sistema orgánico en el que las distintas partes se presuponen entre sí. En esta perspectiva considera positivas algunas formas mentales de Hegel como el ascenso de lo abstracto a lo concreto y la noción de totalidad concreta; Marx busca recuperar la dimensión positiva de la abstracción, pero estableciendo que las categorías deben estar referidas en todo momento a la realidad exterior.
Las categorías no son una reproducción directa de la realidad social: dependen de dichas relaciones pero no existen en la forma aislada que tienen en el pensamiento. Ruiz plantea que la observación de Marx sobre el método científico correcto de los economistas del siglo XVIII indica que es un método que se encuentra en el camino adecuado. En los Grundrisse comprende que la mercancía como contraposición de valor de uso y valor de cambio debe ser el punto de partida de la exposición y que la forma de valor de la mercancía es la forma económica celular de la sociedad burguesa.
En este momento Marx se refiere a su método como dialéctico, como método de exposición sistemática de las categorías fundamentales. El nivel de abstracción de los tres primeros capítulos ha llevado a que sea la parte más difícil de entender; la economía académica identifica la teoría marxiana del valor con la teoría clásica del valor.
Las sucesivas versiones de la teoría del valor
Considera Ruiz que para Marx el concepto de valor es la clave del edificio teórico de su obra y el fundamento para entender el sentido de la crítica a la economía política. El pensamiento positivista lo ha acusado de metafísica. Marx elaboró varias veces los textos correspondientes al primer capítulo dentro del cual la parte más compleja es la sección sobre la forma del valor que es la parte más descuidada en diversas interpretaciones.
Marx le critica a la economía política no haber analizado las formas y no distinguir entre forma y contenido; es indiferente a la forma porque la considera como algo natural. A Marx el análisis de las formas le permite sacar a la luz el carácter histórico de las categorías y de las relaciones que las sustentan. La forma de valor es la forma más abstracta y más general del modo de producción burgués, la cual lo caracteriza como una especie particular de la producción social. Desde la concepción naturalista no es posible comprender las formas más acabadas que son en realidad expresiones más desarrolladas de la forma de valor. La economía política no comprendió la relación existente entre la sustancia del valor y la forma del valor. Marx plantea que el valor no se puede expresar directamente en la mercancía sino que requiere para ello la mediación de otra mercancía.
La economía política examina el contenido de las determinaciones formales pero no discute estas formas. Marx critica las formas simples presupuestas de antemano por la economía burguesa y busca comprender la relación entre forma y contenido: la economía política no se pregunta por qué este contenido (el trabajo) adopta dicha forma (el valor). El valor no queda determinado por el trabajo como tal sino que es preciso cualificar este concepto para determinar en qué sentido el trabajo constituye la sustancia del valor y su medida inmanente. Los economistas burgueses se limitan a establecer que la cantidad de trabajo gastada en la producción de una mercancía constituye la magnitud de valor y ello implica considerar que es el trabajo concreto realizado en la producción lo que genera valor.
Capítulo 5. Deducción conceptual y desarrollo histórico
La función de la abstracción en la teoría de Marx. A partir de 1857 Marx abandona la posición empirista y recupera la dimensión positiva de la abstracción. Conjuga en su método la sustantividad de las abstracciones en el proceso de conocimiento científico con la prioridad de la realidad material. Marx redefine su posición con respecto a Hegel pero no recurre a la concepción esencialista de orientación antropológica. Ahora le critica su pretendida ausencia de supuestos del concepto lo que lo lleva a concebir el pensamiento como un movimiento autosuficiente que se fundamenta a sí mismo. Para Marx existe una autonomía relativa del pensamiento pero en el marco de una dependencia de lo concreto real. Existe una diferencia entre el orden de lo real y el orden del pensamiento.
Marx considera ahora que el método científico correcto consiste en ascender de lo abstracto a lo concreto y que los conceptos de partida son resultado de un proceso teórico en el que se van formando conceptos abstractos cada vez más simples a partir de las representaciones inmediatas; luego a partir de las abstracciones más simples se van generando conceptos más concretos para aprehender en el pensamiento lo concreto real. Marx distingue entre el proceso de constitución de la ciencia y el proceso de pensamiento en general. Mediante el método de ascender de lo abstracto a lo concreto se llega a una totalidad de pensamiento de muchas determinaciones y relaciones.
Marx abandona la concepción empirista y plantea la separación entre el orden del pensamiento y el orden de lo real. El conocimiento no es una reproducción directa de la realidad dado que no hay un correlato empírico inmediato de los conceptos abstractos. No es una imagen especular de la realidad sino un proceso de construcción conceptual.
La subordinación de lo histórico a lo lógico. Marx establece una separación entre el orden de desarrollo histórico y el orden de exposición sistemático. En la tradición marxista se ha asumido un paralelismo entre el orden conceptual y el orden histórico. El objeto de la exposición es el sistema capitalista ya desarrollado que es independiente del proceso de desarrollo histórico. La exposición teórica indica el lugar en que tiene que introducirse la consideración histórica; primero se expone el modo de producción capitalista y luego el proceso histórico a través del cual ha surgido.
La relación entre la construcción teórica y la investigación histórica. Aunque el estudio de la formación social en su configuración acabada es independiente de la investigación histórica en El capital la historia tiene un papel: ilustra y complementa la exposición sistemática. Se presenta primero la exposición teórica y luego la ilustración histórica; además la investigación histórica hace explícitos sus presupuestos fácticos que como tales no pueden deducirse teóricamente, como la acumulación originaria del capital o la existencia de la fuerza de trabajo como una mercancía.
Capítulo 6. El lugar de la historia en la exposición sistemática
La especifica historicidad de la esfera de la circulación. En la primera sección de El capital se presentan las categorías fundamentales sin hacer referencia al capital en ningún momento. Marx analiza las relaciones de cambio entre las mercancías, el proceso de intercambio y la circulación simple sin examinar todavía el capital. Para Ruiz aquí se juega la comprensión de la construcción metodológica de El capital.
Una interpretación frecuente, basada en Engels, señala que la primera sección de El capital es la exposición de una economía precapitalista de producción mercantil simple. La circulación simple no puede entenderse sin el capital aunque el concepto sirva para examinar la circulación de mercancías en sociedades precapitalistas. Marx en la sección primera examina la circulación de mercancías en la sociedad capitalista y las determinaciones formales del valor de cambio sin tomar en consideración explícitamente la esfera de la producción.
Marx comienza la exposición haciendo abstracción del capital exponiendo una dimensión constitutiva fundamental de la sociedad capitalista en la que la esfera de la circulación se presenta de manera inmediata en la superficie de la sociedad.
Para criticar la apariencia de autonomía Marx saca a la luz el conjunto de relaciones sociales que subyacen a estas categorías simples que, por tanto, no tienen una existencia independiente. La economía política se encuentra con estas formas económicas ya acabadas y las toma como formas naturales de la vida social sin ver que son producto de una forma de relación social históricamente determinada. Es necesario exponer el proceso social que arroja la mercancía a la superficie, de este modo se desarrolla conceptualmente lo que como relación social específica se encuentra ya históricamente desarrollada. En las formas simples del comienzo están contenidas de manera general las formas acabadas.
El carácter sistemático del tránsito a la esfera de la producción
La categoría de capital aparece en la segunda sección por primera vez como una determinación formal posterior del valor; aparece una nueva forma, D-M-D (junto a la fórmula M-D-M) en la que el dinero recibe una nueva determinación.
Esta transición favorece la interpretación de que la exposición del modo de producción capitalista solo comienza a partir de la sección segunda. En los materiales preparatorios Marx desarrolla esta transición y muestra que la circulación simple como tal carece de autonomía dado que es el resultado visible de un proceso de producción subyacente, que está mediado por la circulación de mercancías. No se trata de un tránsito histórico de la circulación al capital. Es un tránsito lógico en la exposición de la esfera de la circulación a la esfera de la producción. El carácter simple de la esfera de la circulación se refiere al hecho de que aún no se encuentra desarrollada categorialmente en la exposición. La circulación simple de mercancías es una forma no desarrollada conceptualmente que es la manera en que se presenta en la superficie de la sociedad el proceso capitalista global.
No se trata, por tanto, de dos formaciones sociales distintas, en una de las cuales existe el capital y en la otra no, sino de dos niveles distintos de la exposición del mismo objeto teórico: el modo de producción capitalista.
La historia como límite del sistema
El desarrollo del valor hasta transformarse en capital presupone la existencia de la fuerza de trabajo como mercancía; es un hecho que no puede derivarse del desarrollo conceptual y constituye un límite del mismo. El orden lógico requiere un supuesto adicional de carácter fáctico para explicar la existencia del capital: el trabajo que crea valor de cambio. Para que se produzca el proceso de valorización del capital el capitalista tiene que encontrar en el mercado al trabajador libre que vende su fuerza de trabajo como una mercancía, algo que no ha existido en todas las formaciones sociales. La génesis histórica establece los límites de la exposición teórica: el desarrollo conceptual no se fundamenta a sí mismo, tiene como presupuesto las realidades históricas. La exposición de Marx no cancela sus propios presupuestos. Las relaciones sociales de producción surgidas históricamente permiten la cualidad oculta del valor de poner valor.
En el orden lógico el valor constituye el presupuesto del capital. Pero el pleno desarrollo del valor de cambio en la circulación mercantil simple, que es el punto en el que ha comenzado la exposición en El capital, presupone como su base real un sistema de producción fundado sobre el capital. Una vez que la exposición ha llegado al capital como proceso que subyace a la circulación simple, el desarrollo categorial lleva a la fuerza de trabajo como única mercancía en relación con la cual el capital puede ser capital. Pero la relación de intercambio oculta la relación que tiene lugar en la esfera de la producción en virtud de la cual el capitalista se apropia de trabajo ajeno sin equivalente. No hay incompatibilidad entre el intercambio de equivalentes y la explotación porque ambos tienen lugar en esferas diferentes. Considerando solo la esfera de la circulación no es posible responder a la pregunta sobre el origen de la ganancia.
Las mistificaciones de la conciencia burguesa y de la economía burguesa tienen como base la proyección a la sociedad en su conjunto de las ideas que surgen en la esfera del intercambio en la que los individuos se presentan como libres e iguales. Mediante la distinción entre trabajo y fuerza de trabajo Marx saca a la luz el modo específico en que se integran la esfera de la circulación y la esfera de la producción. Marx critica la inversión burguesa del salario como pago del trabajo: al no distinguir entre trabajo y fuerza de trabajo la economía entiende que el salario representa el valor del trabajo.
La ausencia de una teoría de la evolución histórica
Marx no tiene una teoría general de la evolución histórica ni una filosofía de la historia. No elaboró en su etapa de madurez ninguna obra en este sentido. Abordó la concepción materialista de la historia en La ideología alemana y en el prólogo a la Contribución de 1859 [9], algunos de cuyos contenidos modificó posteriormente. En La ideología alemana presenta los elementos de una nueva concepción de la realidad social y de la historia y en el prólogo presenta un resumen breve de lo que considera sus principales descubrimientos.
En el prólogo Marx hace una referencia a la interacción entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción como elemento transformador de la historia pero es excesivo derivar de aquí una teoría general de la historia. Marx hace énfasis en que las fuerzas decisivas que operan en la evolución histórica hay que buscarlas en las condiciones materiales de vida pero con esto no desarrolla una teoría general de la historia sino un marco teórico para investigar una formación social determinada: la sociedad capitalista. Marx estudia las leyes de funcionamiento del modo de producción capitalista que son leyes históricas válidas para ese modo de producción y no leyes de la historia. No pretende descubrir una presunta ley de la historia que gobierna el curso y la sucesión de las formaciones sociales. La ley de la sociedad capitalista es la totalidad de su teoría.
Capítulo 7. La dimensión hegeliana de la teoría de Marx
La crítica de Marx a Hegel desde su nueva posición teórica. Marx le critica a Hegel que conciba el pensamiento como un movimiento autosuficiente que no requiere de ningún supuesto exterior. La realidad material es reproducida teóricamente en el pensamiento. Esta reproducción es el modo de apropiación de la realidad pero no el proceso de producción de la realidad misma. Esto es lo que Marx denomina como materialismo que considera como la condición de posibilidad de todo conocimiento científico. Pero reconoce su deuda teórica con Hegel al considerar que el método científicamente correcto asciende desde las abstracciones más simples a las determinaciones conceptuales más concretas.
La presunta concreción de la certeza sensible en verdad es puramente abstracta, pues en su referencia inmediata a lo sensible resulta impotente para realizar cualquier tipo de determinación conceptual. Todo intento de aprehensión inmediata de lo real a partir de la intuición no lleva más que a una abstracción vacía. Esta comprensión de la función de la abstracción en el proceso de conocimiento supone un rechazo a toda forma de empirismo.
Marx renuncia a toda posibilidad de conocimiento en términos puramente descriptivos que se limite a reflejar una realidad exterior: la exposición tiene necesariamente una función constructiva. Asume que el conocimiento tiene que partir de conceptos abstractos que no tienen ningún referente empírico inmediato. Pero el proceso de pensamiento tiene supuestos en la realidad exterior en la que se originan la intuición y la representación, a partir de las cuales se generan las abstracciones que constituyen el punto de partida del conocimiento. La totalidad concreta es un producto del pensamiento, de la elaboración de la intuición y de la representación en conceptos.
La concepción materialista del pensamiento se expresa en Marx en varios puntos: a) el pensamiento es un momento derivado de las relaciones que establecen los seres humanos en su proceso material de vida; b) rechaza un pensamiento autónomo y autosuficiente; c) el conocimiento no es una reproducción directa de una realidad exterior a él; d) el conocimiento es producción, es progresión desde los conceptos más abstractos hacia conceptos cada vez más concretos; e) rechaza la auto fundamentación del pensamiento, lo remite a las relaciones sociales de las que constituye un momento derivado.
La recepción de Engels de la filosofía hegeliana y su influencia en el marxismo ortodoxo. Marx no hizo una exposición sistemática de su crítica a Hegel y por esto ha dominado la interpretación de Engels especialmente en el Anti-Duhring [10], en el cual define la dialéctica como la ciencia de las leyes generales del movimiento y el desarrollo de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento. Es una concepción diferente de la de Marx.
La interpretación hegelianizante de Lukács y su influencia en el marxismo occidental. Ruiz considera que además de la deformación del pensamiento de Marx por parte del marxismo ortodoxo se ha dado una interpretación distorsionada en ciertas corrientes del marxismo occidental que han interpretado la teoría de Marx a partir de la filosofía de Hegel sin tomar en consideración las diferencias irreductibles. El origen de estas interpretaciones se encuentra en la obra de Lukács Historia y conciencia de clase de 1923[11].
Plantea que Lukács abrió el camino de una interpretación adecuada del método de Marx pero que consideró su obra como una teoría general de la historia fundamentada en el pensamiento de Hegel. Se trataba de interpretar la teoría de Marx a partir de la filosofía de Hegel traduciéndola en términos materialistas lo que condujo a una concepción historicista.
La dialéctica como crítica inmanente
Marx ubica la dimensión dialéctica de su método en la exposición que refleja idealmente el objeto una vez concluida la investigación. La dialéctica es un método de exposición. La exposición es la reconstrucción completa de lo concreto en su movimiento interno. No se trata de aplicar a la economía política un supuesto método dialéctico hegeliano. Aquí hay un vínculo con Hegel, dado que en él la crítica se realiza a través de la exposición, se trata de una crítica inmanente, una crítica que se deriva de la propia exposición.
Marx no elabora una teoría alternativa a partir de la cual criticar las teorías de la economía política sino que parte de los resultados que ha alcanzado y los lleva a través de la crítica hasta el punto en el que pueden ser expuestos dialécticamente. Se trata de sacar a la luz a través de la crítica las mediaciones de lo que aparentemente se presenta como inmediato, mostrando que su supuesta independencia se debe únicamente a una consideración unilateral del fenómeno que se queda solo en el resultado visible: se trata de la intención crítica de la disolución de la apariencia de autonomía. La exposición se encuentra vinculada al contenido, no se trata de un método externo que se aplica a diferentes contenidos.
Capítulo 8. La teoría del valor y la crítica de las categorías
La exposición sistemática de las categorías
Marx accede a su objeto teórico, las relaciones de producción y de cambio de la sociedad capitalista a partir de la sistematización de las mismas que realiza la economía política. Marx crítica esta ciencia en la que se organiza teóricamente la visión inmediata que tiene la sociedad burguesa de sí misma. Entiende la sociedad burguesa como un sistema orgánico que genera sus propios presupuestos y las formas mentales objetivas de conciencia. Marx expone este proceso social sin recurrir a una dialéctica histórica ni a la consideración de la dialéctica como reflejo abstracto del desarrollo histórico.
El sistema desarrollado es caracterizado como un proceso en el que se expone la articulación necesaria entre las relaciones esenciales y las formas de manifestación. Marx busca sacar a la luz las condiciones esenciales que no se presentan como tales en la superficie. A través de la exposición se refleja idealmente el objeto real. La exposición está regida por un orden interno en el cual es esencial el orden de sucesión en que se presentan las categorías. La categoría más simple será aquella que no presuponga ninguna otra en el orden teórico, pero esta ausencia de presupuestos en el orden teórico no significa que carezca también de presupuestos fácticos. De hecho la categoría más simple, el valor, que no presupone otra a nivel teórico, presupone la existencia histórica de la sociedad capitalista plenamente constituida. El presupuesto real es el desarrollo histórico del modo de producción capitalista.
El método de Marx tiene como objetivo el desarrollo de las contradicciones entre lo particular material y lo general social del trabajo; por ejemplo, la distinción entre trabajo gastado privadamente y la constitución de un trabajo social. Marx busca sacar a la luz la constitución social de las formas económicas que se presenta veladas en las formas acabadas, con lo cual critica la comprensión de la economía política y las formas de conciencia burguesas. Marx transita a través de los miembros intermedios realizando una exposición genética en la que desarrolla las distintas formas a partir de las anteriores, mostrando la relación necesaria de las formas de manifestación con las relaciones esenciales ocultas. Marx impugna la comprensión de las formas económicas como formas naturales, mostrando que son un producto histórico y resultado de las relaciones socioeconómicas.
Contenido material y forma social de las categorías fundamentales de la teoría del valor
Para Ruiz la teoría del valor expuesta en el primer capítulo de El capital es el núcleo fundamental de la crítica marxiana de la economía política. Marx parte de la mercancía como forma elemental de la riqueza porque es el rasgo que aparece de manera inmediata. Parte de la mercancía capitalista y no de la mercancía en general.
Smith o Ricardo se limitan a la reducción de las categorías que aparecen a un contenido común mientras que Marx procede a la inversa, no solo reduce sino que sobre todo desarrolla.
Marx distingue entre contenido material y forma social. El valor de uso es el contenido de la riqueza material en cualquier sociedad mientras que lo específico del capitalismo es el valor de cambio. El valor es el algo en común que se manifiesta en la relación de intercambio, proceso general en el cual se intercambian todas las mercancías.
Marx busca exponer la estructura constitutiva de la sociedad capitalista en la que el trabajo no es inmediatamente social y no solamente determinar cuantitativamente las relaciones de valor de los productos del trabajo. Marx presenta la determinación cuantitativa del valor a partir de la determinación cualitativa. La incomprensión de la doble naturaleza del trabajo representado en las mercancías lleva a que los economistas consideren la forma social del trabajo propia de la sociedad capitalista como una forma natural que corresponde a todas las sociedades.
En el sistema capitalista el trabajo adopta su forma social específica solo a través del intercambio de los productos del trabajo. La distribución proporcional de la actividad productiva no se hace en forma consciente y racional. Solo para esta forma particular de la producción de mercancías es válido que el carácter específicamente social de los trabajos privados, independientes entre sí, consiste en su igualdad como trabajo humano y adopta la forma del carácter de valor de los productos del trabajo. De este modo los productos del trabajo se convierten en mercancías.
El trabajo abstracto constituye el carácter específicamente social del trabajo en el modo de producción capitalista. Este enfoque entra en contradicción con ciertas afirmaciones de Marx relativas al trabajo fisiológico. Pero Marx subraya que la objetividad del valor es puramente social y solo puede aparecer en la relación social entre mercancías; en el cuarto apartado insiste en que solo en el intercambio adquieren los productos una objetividad de valor socialmente igual separada de su objetividad de uso.
El fetichismo como resultado de la inversión contenida en la forma de valor
El nivel más profundo de la crítica a las categorías de la economía política se encuentra en el apartado 3 del capítulo 1 sobre el desarrollo conceptual de la forma de valor, en el cual se desarrolla la relación social mediante la cual el valor adquiere expresión objetiva. En esta relación el cuerpo de una mercancía se convierte en materialización de valor de otra mercancía. De este modo, una cosa parece poseer en su materialidad, como un atributo natural, algo que es de naturaleza social.
La economía política no entiende la conexión necesaria entre valor y forma de valor y por tanto no comprende la objetividad social que constituye su objeto ni tampoco la especificidad histórica del modo de producción capitalista. Marx al exponer el desarrollo de la forma de valor pone de manifiesto el carácter histórico de las formas económicas burguesas, muestra la génesis de las formas ya consumadas. El objeto de la exposición de la forma de valor es precisamente mostrar la forma necesaria de manifestación del valor de una mercancía, la cual solo puede tener lugar en forma de relación de valor y de cambio.
El fetichismo es consecuencia de que al expresarse el valor de una mercancía necesariamente en el cuerpo de otra mercancía algo puramente social aparece como una cosa natural. El análisis de la forma de valor permite comprender que esa cosa no tiene valor como atributo natural sino porque le ha sido imprimido por otra cosa que se encuentra con ella en una relación de valor: esto resulta visible en la forma simple de valor pero no en la forma consumada del dinero. El desarrollo conceptual de la forma del valor permite develar el secreto de la forma dinero.
La economía política que toma las formas acabadas como se presentan de manera inmediata no es capaz de ver que la forma dinero es una relación social determinada. La exposición genética saca a la luz lo que permanece velado en las formas acabadas y visibles.
Las relaciones sociales entre las personas se reflejan como relaciones entre cosas. Pero no se trata de una percepción invertida sino del reflejo en la conciencia del modo en que tiene lugar efectivamente la conexión entre las personas en una forma de sociedad en la que el mercado es la única instancia que configura el contacto social dado que las relaciones no son directas. Las formas ocultan el contenido social que está a su base. Las relaciones a través de las cuales se constituye el proceso social aparecen veladas en las formas acabadas.
La inversión de propiedades sociales en naturales es consecuencia necesaria de un modo de funcionamiento propio de la sociedad capitalista en la que el trabajo privado no es inmediatamente social; las relaciones sociales están mediadas por cosas. El fetichismo significa la cosificación de las relaciones sociales porque el movimiento de mediación constitutivo del trabajo social en el capitalismo no resulta visible. Las cosas adquieren un movimiento propio que controla a las personas.
La economía política elabora sus categorías a partir de las formas de pensamiento objetivas que determinan la comprensión que la sociedad burguesa tiene de sí misma. La economía política sistematiza dicha auto comprensión.
Crítica y sistema
Las formas de pensamiento objetivas constituyen el punto de partida de la economía política. El saber mismo de la sociedad burguesa sistematizado en las teorías de los economistas es un momento de la realidad del modo de producción capitalista por lo que dicho sistema teórico conforma el hilo conductor de la crítica marxiana al tiempo que estructura su exposición.
La crítica de Marx comprende: a) la crítica de la economía política; b) la exposición sistemática del modo de producción capitalista incluyendo su constitución interna, sus forma de manifestación y la toma de conciencia de los individuos. La dimensión crítica fundamental de la exposición sistemática de Marx se encuentra en el desarrollo genético. En su exposición Marx establece una distinción entre relaciones esenciales que se presentan en la esfera de la producción, donde tiene lugar el proceso de trabajo, y las formas de manifestación de esas relaciones que aparecen en la esfera de la circulación. Desde la perspectiva de la circulación no resultan visibles las condiciones esenciales. Marx expone como se articulan la circulación y la producción para mostrar que la circulación es un momento derivado de la producción.
En la esfera de la producción hay una división estructural de la sociedad en trabajadores y propietarios de los medios de producción mientras que en la esfera de la circulación las personas se relacionan como poseedores de mercancías que son libres e iguales. Las esfera de la circulación es un proceso superficial derivado de un proceso profundo en la producción. La economía política deriva su concepción de la sociedad burguesa de las relaciones que se establecen en la esfera de la circulación.
Crítica a Engels y otros
La interpretación de la dialéctica como expresión abstracta del desarrollo histórico efectivo, en la cual se presenta la unidad de la exposición lógica y el proceso histórico, ha querido encontrar una confirmación en la transformación de la ley de apropiación. Insiste Ruiz en que se trata de una transformación en el curso de la exposición sistemática en la cual se transforma la representación inicial. No ha habido en la historia ningún tránsito de una producción y circulación mercantil simple no capitalista a una capitalista en la que se haya dado algo así como una inversión dialéctica de las leyes de apropiación.
Notas
[1] Ruiz Sanjuan, César, Historia y sistema en Marx. Hacia una teoría crítica del capitalismo, Siglo XXI de España, 2019
[2] Heinrich, Michael, Crítica de la economía política. Una introducción a El Capital de Marx. Escolar y Mayo Editores, Madrid, 2008
[3] El marxismo tradicional se caracteriza por interpretaciones simplificadas de la economía política, mezcladas con concepciones generales de filosofía de la historia, que llevaron a una doctrina economicista de la sociedad y una visión determinista de la historia. Esta tradición tiene su origen en escritos tardíos de Engels que fueron codificados a lo largo de la segunda internacional. Engels tuvo una intención práctica de dotar al movimiento obrero de una concepción de la sociedad opuesta a la concepción burguesa, sin reemplazar la concepción teórica de Marx, pero algunos de los seguidores convirtieron este enfoque en una doctrina cerrada que finalmente se consumó en el marxismo-leninismo y una doctrina oficial del partido comunista caracterizada por una concepción mecanicista y economicista. En este enfoque se perdió el significado teórico de la crítica de Marx y se limitó a una teoría económica de carácter socialista opuesta a la teoría económica burguesa: la crítica de la economía política se convirtió en una economía política marxista. El marxismo occidental se origina en autores como Lukács y Korsch que iniciaron una recuperación de la dimensión teórica del pensamiento de Marx, recurriendo a la filosofía hegeliana en cuyas categorías pensaban se encontraba el fundamento de la teoría marxista. Lukács tuvo gran influencia en muchos intérpretes que superaron la concepción economicista y determinista pero asumiendo la presencia en la teoría de Marx de una teoría general de la historia. En esta perspectiva se dio prioridad a la dimensión filosófica relegando a un segundo plano la investigación económica de Marx.
[4] La cuestión judía e Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel. https://archivo.juventudes.org/textos/Karl%20Marx/Sobre%20La%20cuestion%20judia.pdfhttps://www.marxists.org/espanol/m-e/1844/intro-hegel.htm
[5] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/
[6] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/sagfamilia/index.htm
[7] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/45-feuer.htm; https://www.marxists.org/espanol/m-e/1846/ideoalemana/
[8] https://www.marxists.org/archive/marx/works/1857/grundrisse/
[9] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/criteconpol.htm; https://www.proletarios.org/books/Marx-Contribucion_a_la_critica.pdf.
[10] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/anti-duhring/index.htm
[11] https://www.marxists.org/espanol/lukacs/1923/hcc.pdf