Perlas centristas

POR LUIS EDUARDO MARTÍNEZ ARROYO

Nos adornaron el pasado domingo 21 de noviembre algunos analistas del llamado centro político nacional.

HAF (para el futuro, traduce Héctor Abad Faciolince), muy diligente él en encontrar en los sectores situados a la izquierda de su amado sector peores vicios que a los de su derecha, nos trae el ejemplo de Chile, que ese domingo acudió a la urnas para escoger a quien haya de suceder a Piñera, o al menos intentarlo, pues parece que habrá segunda vuelta, para que nos veamos en ese espejo y demos cuenta de que estamos ad portas de elegir entre el cáncer y el VIH.

Héctor Abad Faciolince

A Kast, el candidato de la derecha lo presenta como “el adalid del orden y la patria, gran defensor de Pinochet, la familia tradicional y la seguridad”.

Mientras que a Boric, como “el defensor del vandalismo, el saqueo de supermercados, la quema del metro, de sedes de periódicos e iglesias”. Nótese que HAF individualiza todos los males que representa Boric, el extremoizquierdista, más otros que enunciaré casi enseguida, mientras que de Kast sólo critica lo que entrecomillé. Qué fácil olvidó las tropelías y brutalidades del ídolo (Pinochet) del derechista candidato y como digiere tan de buenas maneras y regurgita después, el discurso banmundialista y fondomonetarista sobre el milagro chileno, ese mismo que mantuvo unos niveles de desigualdad contra los cuales lucharon los loquitos y vándalos de finales de 2019, según la interpretación literaria de HAF. Ah, y ese que también mantuvo incólume la estructura del genocida ejército pinochetista en la tan elogiada transición.

HAF atribuye a Boric y sus fanáticos la destrucción de Valparaíso con sus incendios, saqueos, otros actos de vandalismo, sus grafitis “horrendos, ingeniosos, cursis, sentimentales, deprimentes sucios” y ofrece una interpretación que enriquece la polémica en torno a por qué ocurren estos eventos transgresores de la ética, la moral, la buena conducta:

“Si yo vivo en un entorno feo en mi barrio, debo logar que toda la ciudad concuerde con esa misma fealdad. Si yo estoy abajo, debo arrasar con todo aquello que parezca un arriba” (Abajismo, feísmo lumpenconsumismo, El Espectador, 21-11-2021). Como quien dice, física envidia.

El fascista José Antonio Kast y el progresista Gabriel Boric se disputarán el 19 de diciembre la Presidencia de la República en Chile.

Como es lógico el analista advierte a los colombianos acerca de lo que aquí ocurrirá si se opta en 2022 por caminos distintos a los de la moderación, entendida según su muy original hermenéutica.

La senadora Angélica Lozano a una pregunta de su entrevistadora Cecilia Orozco Tascón (Ingrid y De la Calle tienen la confianza de todos, El Espectador, 21-11-2021), acerca de por qué el centro está tan disperso explicó que eso ocurre “por la inmadurez de los candidatos presidenciales para competir en consulta reñida. En teoría, todos están dispuesto a unirse e ir a consulta, pero en la práctica, quieren la competencia más fácil posible. Han dilatado acordar las reglas que conduzcan a una consulta competitiva que determine la candidatura única de centro”.

Para mí constituye una verdadera revelación esta manifestación de la legisladora Lozano, pues tenía entendido que ese sector político reúne lo más granado del espectro político nacional. Que la ecuanimidad, la sindéresis habitan en cada uno de esos cerebros iluminados que tienen por portadores a Fajardo, Robledo, Cristo. Pero he aquí que no, que el centro como los demás políticos del mundo tienen vicios de celos, triquiñuelas (“han dilatado acordar las reglas que conduzcan a una consulta competitiva que determine la candidatura única de centro”).

Pero no parecen ser escasos los pecados centristas, según la misma congresista. En la entrevista que se reseña absolvió un interrogante acerca del porqué del silencio de ese sector sobre lo que ocurre en el país, así:

“En Colombia existen motivos de sobre para estar indignado. En tiempos turbulentos como los actuales, sin duda, es más rentable ser pirómano que bombero. Pero al centro político sí le falta ají. No hablo de decibeles, sino de conectarse con los problemas cotidianos y concretos de la gente. En medio de esta competencia por ser el político más pirómano, y una sociedad que está cansada y con miedo, los reformistas moderados tenemos un espacio bien importante”.

Además de tuerto, bizco. No sólo hacen triquiñuelas para dilatar la escogencia del candidato presidencial, sino que están desconectados de lo qué pasa en Colombia. ¿Y, cómo entonces piensan gobernarla? Eso de la desconexión de la realidad nacional fue atribuida a las izquierdas, años ha, no de modo exclusivo por la derecha sino además por eso que se denomina centro.

De modo que todas esas perlas nos tenía guardadas el limbo en su precioso tesoro. Lo que nos toca ver y saber. Que son además bomberos.

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