Petro en China: la CELAC apuesta por reconfigurar su autonomía regional al acercarse a Pekín

Para este mes de mayo está previsto el encuentro entre el mandatario chino Xi Jinping y el presidente Gustavo Petro en representación de la CELAC, con el propósito de dinamizar las relaciones entre América Latina y la nación asiática que hoy tiene gran peso específico en el tablero geopolítico mundial.

POR JOSÉ NEGRÓN VALERA /

La visita que el presidente colombiano, Gustavo Petro Urrego realizará a China el 13 de mayo, como presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), marcará un hito en las relaciones entre América Latina y China.

En un contexto global atravesado por guerras comerciales, crisis ambientales y reconfiguración de alianzas, Petro llegará con el desafío de fortalecer una agenda común con la potencia asiática y proyectar un nuevo modelo de cooperación Sur-Sur.

«El Foro China-CELAC se ha consolidado como un nuevo espacio para el consenso en la gobernanza regional de América Latina y el Caribe», sostiene en entrevista Aymara Gerdel, directora del Centro Venezolano de Estudios sobre China (CVEC) y directora ejecutiva del Consejo Latinoamericano de Sinólogos del Centro Mundial de Sinología de la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing.

Un espacio para la integración

La presencia de Petro en el foro ocurre apenas semanas después de haber asumido la presidencia temporal de la CELAC.

El mandatario colombiano “ha manifestado su intención de ampliar los interlocutores de la región en el escenario internacional mediante la construcción de alianzas no tradicionales», explica Gerdel.

A esto se suma un momento simbólicamente potente: el 7 de febrero de 2025, Colombia y China celebraron 45 años de relaciones diplomáticas, en un evento donde el presidente Xi Jinping felicitó a Petro y manifestó su voluntad de profundizar la asociación estratégica con Bogotá.

Para Gerdel, estos elementos posicionan a Colombia en un rol protagónico en la reunión.

«Colombia, bajo el liderazgo del presidente Petro, tiene la tarea de promover una Agenda Común multilateral para el Foro China-CELAC, representando los intereses de América Latina y el Caribe ante una potencia económica como China», señala.

La agenda CELAC-China proyecta enfocarse en seis objetivos clave:

1. Activar la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

2. Avanzar en la transición energética con apoyo en la Iniciativa de Interconexión Global (GEI).

3. Fortalecer la interdependencia económica.

4. Reforzar la cooperación multilateral.

5. Responder a desafíos globales como las guerras arancelarias.

6. Apostar por la transferencia tecnológica en áreas clave como 5G e inteligencia artificial.

 

Uno de los temas estratégicos donde Colombia podría ocupar un lugar de interlocución privilegiada es en la transición energética.

«China se ubica como el segundo socio comercial de Colombia, mientras que [Bogotá] ocupa el quinto lugar como [aliado de Pekín] en la región”, detalla Gerdel, citando cifras oficiales que muestran un intercambio comercial de 21.028 millones de dólares en 2024, con un crecimiento interanual de 11,7 %.

A pesar de su discurso ambientalista, Colombia es el segundo mayor proveedor de petróleo a China en América Latina, solo superado por Brasil.

Durante la IX Cumbre de la CELAC realizada entre el 8 y 9 de abril en Honduras, el mandatario colombiano, Gustavo Petro, asumió la presidencia pro tempore por el lapso de un año de este organismo de integración latinoamericana y caribeña.

«Colombia exportó en 2024, 4.307 millones de dólares en petróleo y derivados al país asiático», precisa Gerdel.

Sin embargo, la analista ve una oportunidad en esa aparente contradicción. «Colombia, al mismo tiempo que promueve la transición energética y el desarrollo de energías renovables, desempeña un papel estratégico en la región», afirma.

A su juicio, el país sudamericano podría aprovechar su posición geográfica con salidas al Atlántico y Pacífico, su potencial renovable y su interés en diversificar su matriz energética para integrarse a largo plazo a la red global GEI liderada por China.

Los desafíos por venir

En cuanto a los riesgos de este acercamiento, especialmente frente a críticas sobre dependencia o prácticas extractivistas, Gerdel es enfática: «La relación entre China y América Latina no debe medirse por la cantidad de memorándums firmados, sino por la cantidad de cadenas de valor compartidas que reduzcan la brecha tecnológica Sur-Sur».

Para romper con el modelo tradicional de exportación de materias primas, propone un nuevo esquema de alianzas industriales.

«Se requiere una alianza industrial con China, capaz de garantizar transferencia tecnológica efectiva y el desarrollo de infraestructura que permita la industrialización de la región», explica. El Foro China-CELAC, a su juicio, es el espacio más adecuado para avanzar en esa dirección.

Frente a la competencia global entre grandes potencias, la directora del CVEC destaca que «el diálogo CELAC-China representa una oportunidad para reconfigurar la autonomía geopolítica latinoamericana».

En su visión, este tipo de cooperación puede «reducir su histórica dependencia de actores tradicionales» como Estados Unidos o la Unión Europea, a través del acceso a inversiones y tecnologías no occidentales.

Para ello, señala la necesidad de fortalecer espacios de gobernanza regional. «Es estratégico fortalecer un espacio de consenso de gobernanza regional robusto, como lo es el Foro China-CELAC», afirma.

Dicho foro permitiría «sortear las sanciones y restricciones tecnológicas impuestas por Washington» y construir rutas comerciales propias que reflejen los intereses del sur global.

A propósito de las críticas históricas hacia proyectos chinos en la región —por temas de impacto ambiental, falta de estándares sociales o nula transferencia de conocimiento—, Gerdel destaca que «la inversión para el desarrollo de energía verde y renovable ha superado a la inversión en hidrocarburos» en el marco del décimo aniversario de la Franja y la Ruta.

«Me parece relevante que el presidente Xi Jinping promoverá un sistema de gobernanza climática global que sea justo y racional, buscando resultados de beneficio mutuo», subraya. No obstante, advierte: «La cooperación con China solo será mucho más sostenible y beneficiosa, si América Latina negocia desde una posición de unidad regional».

Sputnik Mundo