Poder digital de empresas tecnológicas ha generado mayor vigilancia social, espiral de desinformación y debilitamiento de derechos laborales

TNI /

Las grandes empresas tecnológicas han concentrado un enorme poder económico con la complicidad de los Estados, lo que ha redundado en una mayor vigilancia, una espiral de desinformación y el debilitamiento de los derechos de los trabajadores.

Un detallado análisis respecto a lo que se enfrenta la humanidad en materia de tecnologías de la información, comunicación y manejo de datos constituye el sugerente trabajo bibliográfico editado por TNI, CLACSO y FUHEM, intitulado ‘Poder digital’.  A lo largo de sus bien elaborados ensayos se describe la manera en que los gigantes tecnológicos han concentrado un vastísimo poder económico en mucho casos gracias a la colusión con los Estados, así como expone los actores, las implicancias y las estrategias de este poder digital, y comparte ideas sobre cómo los movimientos sociales podrían llevar esta tecnología para que esté bajo el control popular.

En la última década, se ha producido un cambio radical en la percepción de las plataformas de redes sociales y su papel en los movimientos sociales. En la oleada de protestas de 2011, desde la llamada Primavera Árabe hasta las movilizaciones Occupy, estas plataformas se presentaron a menudo como tecnologías de liberación. Diez años después, sin embargo, las redes sociales han pasado a ser vistas como espacios de vigilancia y represión capturados por el capitalismo y los gobiernos autoritarios.

Las revelaciones de Edward Snowden en 2013 supusieron un punto de inflexión en este sentido, cuando quedó meridianamente claro el papel de las plataformas comerciales de redes sociales en la vigilancia de activistas. Desde entonces, muchas de las principales plataformas de medios sociales se han visto saturadas por la desinformación y el discurso ofensivo. A menudo se han apoderado de ellas fuerzas de extrema derecha que, bajo la bandera de la libertad de expresión, las han utilizado para atacar sin piedad a sus oponentes.

En 2022, el mundo asistió a otro punto de inflexión en esta historia, ya que fue un año en el que el poder de las redes sociales se enfrentó a intensos desafíos. La caótica adquisición de Twitter por Elon Musk, las recientes pérdidas de valor de Meta (antes Facebook) y los crecientes llamamientos a regular los contenidos en estas plataformas han ido acompañados de un modesto éxodo de las redes sociales, y de Twitter en particular, y la migración a plataformas alternativas como Mastodon, aunque este movimiento podría ser efímero.

Otro factor importante a tener en cuenta es lo que oculta la Inteligencia Artificial (IA) puesto que bajo el ropaje de la neutralidad valorativa y el deslumbramiento que nos produce la novedad, la tecnología está consolidando la opresión de las naciones centrales sobre los países periféricos a través de grandes empresas que ocupan espacios en comunidades vulnerables.

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Poder digital. Estado de poder 2023