POR AUGUSTO CUBIDES* /
En medio de la polémica que se suscitó con la negativa del presidente Gustavo Petro de recibir colombianos deportados de Estados Unidos en condiciones inhumanas, como llegar encadenados y sin sus pertenencias, hay un pedazo de esa historia que la prensa colombiana, rápida y feroz para criticar al presidente de Colombia por su posición digna frente a la decisión de Donald Trump, no le reveló con todas y sus verdaderas implicaciones a la opinión pública y a la sociedad en general.
Desde el 20 de enero, Marco Rubio fue designado por Trump como el nuevo Secretario de Estado de su gobierno. Hijo de inmigrantes cubanos, es el latino con el cargo más importante en la historia política de esa Nación. Es, sin duda, quien le habla al oído a Trump sobre los países al sur de su frontera.
Rubio de 53 años nació en Miami. Es abogado, fue elegido por primera vez en el año 2000 para la Cámara de Representantes. En 2009 llegó al Senado, desde donde se ha destacado por promover el derecho de los norteamericanos a portar armas, la oposición al aborto en cualquier circunstancia y ha sido un ferviente opositor a cualquier tipo de amnistía para los inmigrantes.

En otras palabras, un representante férreo de las ideas de derecha que buscan pisotear la dignidad de la gente y recortar derechos conquistados por la sociedad estadounidense.
Quienes conocen su familia cuentan que sus padres llegaron a Estados Unidos procedentes de Cuba sin un solo peso y sin hablar el inglés. Su papá fue camarero en Las Vegas y su madre limpiaba pisos en un hotel. Una historia que contrasta con su posición fen términos del PIB per cápita disminuyó en 2023: “Lo que no se entiende muy bien es cómo pueden mejorar las cifras de empleo con una economía estancada desde hace prácticamente tres años”. Si no lo entiende Kalmanovitz, ¿quién podrá entenderlo?
Las tendencias en los últimos años
Como lo plantea Kalmanovitz es conveniente examinar las cifras en períodos más largos para contextualizar la situación. Si se mira el período 2012-2024 se observa que siempre más del 30% de la población era pobre.

Entre 2012 y 2023 tuvo un máximo de 40,8% en 2012 y un mínimo de 33,0 % en 2023; el número absoluto de pobres estuvo entre un mínimo de 16,7 millones y un máximo de 21,0 millones en 2020. En pobreza extrema el máximo fue de 15,1% en 2020 y el mínimo de 8,2 % en 2018; entre 3,9 millones de personas pobres extremas y 7,4 millones.
La pobreza y la miseria son inherentes al capitalismo. Los datos del DANE se refieren a la pobreza y la miseria capitalista, es decir, específica a este tipo de sociedad. En el modo de producción capitalista la pobreza y la miseria tienen causas particulares, están asociadas a la explotación y a la forma de producción anárquica.
Los límites de la medición
La determinación de la magnitud de la pobreza es una decisión técnica pero también política. La fijación de las canastas en un monto determinado puede hacer variar enormemente la proporción y el número de personas que se encuentran en situación de pobreza y de miseria.
Las cifras sobre pobreza dicen mucho y esconden más.
a) La delimitación cuantitativa de la pobreza es un elemento esencial. En promedio para el país se considera pobre a una persona que no obtiene $435.375 mensualmente o en el caso de un hogar de 4 personas que no consigue mensualmente. $1.741.500. Cualquiera se da cuenta que el límite establecido por el DANE es miserable. Si un hogar de 4 personas consigue $1.750.000 mensualmente deja de ser pobre: salen de esa condición dice eufemísticamente el DANE.
b) La sociedad capitalista considera que los trabajadores pueden vivir con muy poco. Además, al fijar el DANE y el DNP el valor de la canasta en esos valores tan bajos simplemente lo que está haciendo es esconder la pobreza.

c) Es tan bajo el nivel de la canasta que la sociedad colombiana considera apropiada para un ser humano que su valor es inferior a lo que se gasta en un perro. De acuerdo con una noticia divulgada por RCN el costo mensual de mantenimiento de un perro es de $478.000 [5], superior a la canasta de los seres humanos.
d) Si los trabajadores colombianos lograran mediante su lucha política que se considerara que sus necesidades son mayores y de más calidad que la de un perro, inmediatamente el límite del valor de la canasta aumentaría y los niveles de pobreza se incrementarían sustancialmente si no consiguieran un aumento correspondiente de los ingresos por hogar y per cápita.
e) Por ejemplo, si en vez de determinar como límite de la pobreza una canasta cuyo valor per cápita mensual es $435.375, se definiera un valor de $853.608 per cápita mensual ($3.414.432 para un hogar de 4 personas), la pobreza monetaria aumentaría al 64,5 % del total de la población en 2023.
f) No hay que ser economista de la Universidad de los Andes, ni experto en pobreza de las Naciones Unidas, ni técnico del DANE, para saber que un hogar de 4 personas cuyo ingreso total mensual sea $3,4 millones, vive muy pobremente.
Las clases sociales según la pobreza y la riqueza
El DANE además de los datos básicos sobre pobreza y pobreza extrema monetaria presenta también información sobre la distribución de la población según niveles de ingreso clasificándola en cuatro “clases sociales”: pobre, vulnerable, media y alta. Los términos son un poco imprecisos, pero el ejercicio es interesante [6].
Los límites en términos de ingresos per cápita mensuales establecidos por el DANE, con base en metodologías internacionales, son los siguientes:

Estos datos para 2023 nos muestran lo siguiente:
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La tasa de pobreza (pobres más vulnerables) con base en una canasta de bienes más humana (casi 2 veces la canasta de un perro) fue de 64.5 %.
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La tasa de no pobreza fue de 35.5%. Estos no-pobres se dividen en clase media 32,4% y clase alta 3,1 %.
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Los datos informados por el DANE no muestran en qué valores se concentran los ingresos de los vulnerables, para saber si mayoritariamente están cerca al límite inferior.
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Al interior de la clase media tampoco es posible saber si están concentrados hacia los $3,4 millones mensuales o hacia los $18.4 millones mensuales en un hogar de 4 personas.
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El DANE considera clase alta a un hogar de 4 personas que gana más de $18.384.409. Comparado este valor con los ingresos de la gran masa de trabajadores asalariados y por cuenta propia, evidentemente están en una situación material mucho mejor. Pero en este rango de personas de clase alta, que son el 3.1 % del total, 1.569.000 personas, la dispersión es enorme. Incluye desde un hogar donde los padres son funcionarios privados o públicos de nivel medio, o dueños de una empresa pequeña o mediana, hasta los altos funcionarios que ganan salarios por encima de los $40 millones mensuales, y los capitalistas medianos y grandes que ganan miles de millones mensuales.
La variación en las clases sociales durante los últimos años

Siempre es mejor ser rico que pobre. O es mejor ser vulnerable que pobre. O mejor ser pobre que extremo pobre (o miserable). Pero no debería sacarse mucho pecho por los miserables mejoramientos en una sociedad que mantiene a 65% de la población en niveles de ingreso tremendamente bajos con todas sus consecuencias en el consumo y la calidad de vida. Y debería dar más vergüenza sabiendo que existen los recursos disponibles para suprimir de tajo la pobreza, la extrema pobreza y la vulnerabilidad, tal como lo muestran las cifras del propio DANE sobre PIB por rente a los migrantes de hoy que, como siempre y como sus padres, salieron y salen de sus países en búsqueda de mejores condiciones de vida.
Como lo ha expresado el presidente Petro, “a esto se le llama la teoría de la escalera: si logras beneficios, tiras la escalera para que la gente como tú, no suba, no escale…”.
Rubio también se ha destacado en su carrera política por ser un partidario de crear nuevas áreas a la exploración petrolera en beneficio, obviamente, de los Estados Unidos, sin miramientos frente al impacto que tiene en la grave crisis climática.

Pue bien, el Secretario de Estado habló de Colombia y del presidente Petro. En una entrevista a un medio de ese país dijo que él cree que “a la abrumadora mayoría de la gente en Colombia (…) ni siquiera le gusta su Presidente. Quiero decir, este tipo tendría hoy elecciones y perdería, es impopular en Colombia”.
Esta declaración es, sin duda, una intervención descarada en la política interna de nuestro país y más viniendo del jefe de la diplomacia de Estados Unidos.
Ante esto la prensa colombiana no ha dicho una palabra. ¿Por qué no se habla de esta, repito, descarada intromisión? ¿Será que para ciertos grupos económicos priman, como lo dijo el presidente, las mercancías por encima del ser humano?
Los migrantes colombianos en su mayoría son gente decente, no son delincuentes. La dignidad de ellos y la nuestra, así les moleste, no se negocia en el gobierno del cambio.
*Director del periódico VIDA.