¿Puede EE.UU. operar sin el petróleo de Venezuela en un futuro cercano?

El Gobierno de Donald Trump apunta hacia una política energética centrada en maximizar la producción estadounidense de petróleo y gas.

COORDINADORA NACIONAL AUTÓNOMO INDEPENDIENTE DE TRABAJADORES (CAIT) /

Tras haber asumido nuevamente la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump se dedicó a firmar decretos y a anular políticas de la administración anterior, al mismo tiempo, declaro una emergencia nacional energética, con el objetivo de enfrentar la inflación y aumentar las reservas de hidrocarburos, asevero sobre la posibilidad de prescindir del petróleo venezolano.

Esta declaración marca la política económica del presidente Nioclás Maduro, impregnándola de incertidumbre. Sin embargo, ¿cuál es la realidad hoy, en la que la lucha por los mercados de los grandes capitalistas, en el contexto de las guerras, la cual repercute de manera directa e indirecta en todas las situaciones políticas  nacionales de las naciones.

La inflación en EE.UU.

Una de las preocupaciones de este nuevo Trump, es el de evitar la inflación. Siendo el petróleo uno de los factores que más incidencia tiene en la formación de precios en Estados Unidos, su foco estuvo en sus primeras decisiones. Al punto, que el WTI perdía 2,50 %, para retroceder a $75,46. En su discurso duro, está el tema de los aranceles, que el primer día fue evadido y hasta el dólar perdió terreno frente al resto de monedas mundiales. Aunque a última hora señaló que a partir de febrero podrían comenzar los primeros aranceles de 25 % a México y Canadá, sin mencionar todavía a China.

Trump libera las restricciones para la explotación de petróleo en Alaska. Levanta la moratoria de nuevas licencias estadounidenses para exportar gas natural licuado, específicamente a Europa. Dijo que la Reserva Estratégica Petrolera (SPR) las llenará “hasta el tope”. Agregó que probablemente no comprará más petróleo a Venezuela. Es decir, para este presidente el tema petrolero es clave y es el foco de lo que se verá en los próximos meses, en función de lo geopolítico y lo económico.

Hay que recordar que las reservas estuvieron en su tope y a partir de 2022, la administración de Joe Biden las dilapidó en medio de la guerra entre Ucrania y Rusia, para surtir a Europa. Lo que obligó a la Casa Blanca a buscar entendimientos con Miraflores, como se informó en su momento. Si Trump quiere recuperar las reservas rápidamente, entonces el conflicto entre esos dos países debe cesar. Esto se combina con el hecho de que necesita un barril más barato, tanto para dejar de impactar la economía estadounidense como para aumentar rápidamente sus reservas a bajo costo. Para eso, también tendría que flexibilizar sanciones a Rusia, de modo que el resto del mundo pueda surtirse sin impactar los precios al alza, mientras Trump trata de ampliar su producción interna.

Son 300 millones de barriles que requiere y que los cuatro años de gobierno que tiene por delante, no son suficientes. La última vez que Washington requirió aumentar sus reservas, el impulso más fuerte estuvo entre 2003 y 2005, con un ritmo de 118.000 barriles diarios. A esa velocidad, las reservas podrían volver a 700 millones de barriles en unos siete años. Por ahora, no hay un cronograma para ello y el Congreso tendría que aprobar los fondos necesarios.

En este punto, a lo que concierne a Venezuela, es preciso señalar que desde que la Casa Blanca y Miraflores comenzaron a comerciar petróleo venezolano nuevamente, las reservas dejaron de caer. Según los datos de la EIA, el nivel más bajo de las reservas se registró en julio de 2023, cuando alcanzaron los 346.759.000 barriles. Para esa época, Chevron tenía un mes antes, una licencia y comenzaba nuevamente operaciones. Luego hubo la flexibilización de finales de 2023, previo a las elecciones presidenciales y finalmente la conocida Licencia 41. Actualmente, las reservas aumentaron a 393.310.000 de barriles. Esto indica, que las operaciones de extracción en Venezuela son claves para recuperar las reservas. Es decir, que actualmente se agregan, poco más de 86 mil barriles diarios y EE. UU., está importando desde Venezuela más de 200 mil barriles diarios con la operación de Chevron.

Para Trump dejar de comprar petróleo a Venezuela y seguir aumentando las reservas, debe sustituir la operación en otra parte del mundo, además de tomar en cuenta los costos operativos. Esto implica un proceso de negociaciones, que puede ser complejo en medio de los aranceles, las sanciones y el tema de los migrantes.

Queda por ver qué van a responder los países a los que se aplicarán los aranceles, porque esto implica costos enormes y efectos habrá. También queda ver si las operaciones petroleras en Alaska supondrán sustituir importaciones desde Canadá y México, porque esas tarifas elevarán los precios finalmente. Tomando en cuenta que Canadá es el principal exportador de petróleo a EE. UU. Si los más de 200 mil barriles que Chevron exporta desde Venezuela, ya no serán necesarios. Aquí también entra el tema migratorio y repatriación de personas, que probablemente también entrará en un proceso de negociaciones.

Otro aspecto que se deberá esperar en desarrollo es el tema de los costos operativos de las compañías petroleras y sus efectos en los precios. Los salarios de los trabajadores petroleros en EE. UU., no tienen nada que ver con los que se pagan en países extranjeros, por ejemplo, en Venezuela Chevron paga hasta $500 a 600 en bonos a trabajadores venezolanos. lo que da ventajas a muchas compañías. Esta es una de las principales razones de por qué todavía hay vastas regiones que prefieren importar petróleo extranjero que comprar el propio norteamericano.

Ante la perspectiva de una oferta demasiado abundante durante la nueva Presidencia de Trump, con una demanda mundial que inquieta a los mercados, los productores estadounidenses podrían negarse a acelerar el paso para evitar que los precios del crudo caigan demasiado, Con el desplome de los precios del petróleo por debajo de los máximos, las compañías de petróleo y gas tienen menos probabilidades de explorar y perforar en busca de nuevo petróleo al que se pueda acceder mediante fracturación hidráulica, pero las operaciones existentes pueden seguir generando flujo de caja positivo.