Recuerdo crítico de ‘Toni’ Negri

POR NÉSTOR KOHAN

Antonio ‘Toni’ Negri (1933-2023) ha fallecido. Cuando esto sucede, todo el mundo aplaude y generalmente “se olvidan” los lados sombríos, oscuros. Se prescinde de la crítica. No es mi caso. Recuerdo habitualmente con cariño a compañeros/as entrañables. Pero no creo en la hagiografía barata.

Tuve la oportunidad de conocerlo personalmente en La Sorbona [Francia], en un evento sobre Marx. Él era ponente, yo simple oyente. Al terminar me lo crucé en el subte (metro). Negri pensó que me acercaba a pedirle un autógrafo o una foto, acostumbrado a la farándula que lo rodeó en parte de su vida. No fue así. Aproveché el corto intercambio para criticarle su brutal desconocimiento de la teoría marxista de la dependencia (TMD) a la que rechazaba sin haber estudiado. No le gustó nada que lo criticara, aunque lo hice en un tono respetuoso. Se bajó bruscamente del subte (metro) a la estación siguiente, para no continuar el diálogo.

Antonio ‘Toni’ Negri (1933-2023).

Mis críticas no eran “de ocasión”. Había estudiado su obra y publicado un libro, en el Estado español y traducido en Italia. Allí traté, con equilibrio, de rescatar y valorizar su militancia juvenil, cuestionando ácidamente sus diagnósticos sobre el presunto “fin del imperialismo y las guerras de conquista”, producto de su viraje posterior hacia el postestructuralismo y el posmodernismo (que tanto rédito y fama le rindieron en gente que ni siquiera se tomó el trabajo de leerlo a fondo).

Alguna vez hice crítica de libros en el suplemento cultural del diario Clarín (de la derecha argentina). Allí lo reivindicaban con euforia. Lo mismo hizo el diario La Nación, de la misma derecha cavernícola. Le pregunté al periodista de Clarín si él había leído completo ‘Imperio’. Me contestó, con una sonrisa irónica, que no. Le dije entonces: “¿No te das cuenta que postulás a Negri como un supuesto «superador de Marx» y ni siquiera lo leíste? Tu nota la leen millones de personas”. El periodista me miró burlonamente. Una editorial cubana me propuso publicar mi libro en la isla. Redacté entonces una introducción especial para Cuba, más dura aún. Como nunca la publicaron, la difundí por internet. Recibí por la web una catarata de insultos de un viejo dirigente de la insurgencia guevarista argentina [A.K. o L.M.], devenido en un QUEBRADO POSMODERNO. Intenté contestarle. Nunca me publicaron la respuesta en su página web.

Negri generaba adhesiones fanáticas en gente que no lo había leído a fondo. Ni siquiera conocían todos sus libros. A mi modesto entender, el joven Negri era un militante en serio. Sus antiguos camaradas lo llamaban “El Profesor”. Y en aquella época aportó pensamientos polémicos pero valiosos. Lo que produjo cuando pasó a Francia y se insertó en la academia parisina, adoptando todos los lugares comunes del Althussser y su escuela euro-“comunista”, primero, y más tarde de Foucault, Deleuze, Guattari, etc., no sólo no fueron aportes. Hicieron mucho daño al movimiento revolucionario, contribuyendo a su dispersión, alentando la rendición ante EL ENEMIGO, aunque repitiera cada cuatro renglones la palabrita mágica “comunismo”, despojada de todo contenido insurgente y revolucionario.

Hoy sus libros se venden en mesa de ofertas. La historia lo juzgará, cuando la farándula frívola y superficial se olvide de él y se pueda realizar un balance sereno, crítico y meditado.

@Nestorkohan