Se olvidan de los nueve millones de rusos en Ucrania

POR DIEGO OTERO PRADA

La guerra de desinformación del conflicto Ucrania y Rusia es impresionante. Se ha desatado una rusofobia llena de falsedades y groserías. Ahora resulta que Putin tiene problemas mentales y por eso es la acción militar de Rusia. Se desconoce varios siglos de historia de esa región del mundo y los acontecimientos desde el golpe de Estado de 2014 en Ucrania, porque eso fue el levantamiento de este año, fue un golpe promovido por los Estados Unidos para derrocar a un presidente legítimamente elegido. En su lugar colocaron a grupos de derecha anti-rusos y dieron vía libre a facciones neonazis.

Y casi nunca hablan de las regiones de predominio de rusos, las ignoran como si no existieran nueve millones de personas, no dicen nada de los ataques de fuerzas ucranianas y neonazis a estas poblaciones y su deseo de autonomía y que las respeten. Los líderes de estas regiones hablan de 14000 muertos desde 2014, de cientos de miles heridos, de casas e instalaciones de todo tipo destruidas. Claramente se han violado los derechos humanos en la región del Donbass.

Para la OTAN, con su visión de blanco y negro, la región de Donbass no existe, no ha habido un problema interno, sino que todo es un invento de Putin. Que el presidente Zelensky y su grupo gobernante está conformado por unas muy buenas personas, unos gran demócratas y amigos de la libertad que hay que defender contra las fuerzas del mal, representados por esos rusos que no se dejan dominar por la OTAN, reacios a que les coloquen bases con cargas nucleares en la frontera ruso-ucraniana.

Europa, un continente decepcionante

El papel de Europa es decepcionante. Es increíble que la tierra de Shakespeare, Milton, Lope de Vega, Cervantes, Voltaire, Descartes, Sartre, Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Thomas Man, Marx, Engels, Rosa Luxemburgo, Kafka, Dante, Petrarca, Racine, Sófocles, Aristóteles, Hegel, Nietzsche, Kant, Beethoven, Mozart, Ovidio, Petrarca, Picasso, Dalí, Monet, Manet, Van Gogh, se dedique a prohibir que los ciudadanos rusos no puedan participar en eventos deportivos y culturales.

Esto es barbarie, mezclar política con cultura y deportes. Es puro racismo. Es volver a la inquisición. No es raro en países que destruyeron las culturas indígenas como los españoles en Latinoamérica

Europa es hoy un continente racista. Hay islamofobia, no quieren a los árabes, a los kurdos, a los turcos, a los sirios, a los afganos, a los musulmanes y ahora hay rusofobia. Atacan a los rusos, los persiguen, cierran sus comercios, les prohíben actuar en competencias deportivas, prohíben los actos culturales donde se refiera a lo ruso, demonizan a Putin, a los chinos, a Maduro, a los Castro, pero no dicen nada del dictador egipcio, ni de las monarquías feudales del medio oriente, ni de las dictaduras africanas, del represivo Erdogan, de los dirigentes europeos de extremas derecha, nada, todos calladitos. Ni dicen nada de los ataques a los rusos en Ucrania desde 2014, de los muertos y heridos en las regiones de Donetsk y Lugansk.

Un conflicto inter imperialista

La verdad es que se trata de conflictos entre países capitalistas. Estados Unidos, Europa, Japón, Rusia, China, todos son países capitalistas dominados por multinacionales, oligarcas, el complejo industrial-militar y el poder financiero, todos quieren dominar los países y apropiarse de sus recursos. No hay excepciones.

Estamos como antes de la primera guerra mundial: rapiña por los países. Todos son imperialistas. Es una época propicia, como cuando la revolución rusa, que Lenin aprovecho la guerra mundial para derrotar al zarismo y lanzar su revolución proletaria, luego traicionada por Stalin. Su táctica fue perfecta: aprovechó ese momento para derrumbar al zarismo y al capitalismo ruso. Hoy, infortunadamente, no hay un Lenin, ni partidos de izquierda para llevar a cabo esta revolución mundial.

La solución es clara: derrocar a los capitalistas ucranianos, rusos y de occidente, y tener gobiernos populares, no manejados por los capitalistas, lo que llevaría a eliminar estas luchas por países y recursos.

La libertad de información

La famosa democracia y libertad se aprecia en todos los periódicos, radios y cadenas de televisión que solamente presentan las noticias que vienen de los centros de desinformación de los países occidentales. Raramente se presenta la opinión de Putin, o de sus colaboradores, o de periodistas independientes. Por ejemplo, para ellos no existe el conflicto que viene de 2014 en las región de Donetsk  y Lukansk, nunca mandan a periodistas a esta región para chequear todo lo que pasa allí, los bombardeos de las fuerzas ucranianas y de las milicias neonazis, los muertos que han ocurrido, la destrucción de residencias, hospitales, escuelas…

La desinformación

La desinformación de los medios occidentales es impresionante. Nunca dejan oír las voces del lado ruso, o de independientes, sino solo presentan a los guerreristas anti rusos, mienten sobre lo que ocurre en el conflicto, acusan a los rusos de barbaridades, pero las fuerzas de derecha ucraniana nunca se mencionan, ni a los nacionalistas neonazis, que sí existen, y que están llevando a cabo operaciones contra la región de Donbass.

Inventan ataques a edificios residenciales, a civiles, incendio a una planta nuclear, torturas, en definitiva, falsas noticias de todo, para desprestigiar y hacer que la opinión pública se coloque del lado imperialista y colonialista occidental.

Mientras esto ocurre, el jueves 3 de marzo, Biden amplió el bloqueo a Venezuela. Y nadie dice nada ¿Esto no es interferir en los asuntos internos de una nación soberana? Donde está la protesta del señor Pedro Sánchez de España, que representa al colonialismo español, que mató a millones de indígenas, acabó sus culturas, robó sus riquezas y los cristianizo a los que quedaron a la fuerza. El señor que autoriza vender armas a Arabia Saudita. Donde está la señora de derecha alemana, presidente de la Comisión Europa, criticando este bloqueo y el de Cuba.

Por eso, esas menciones tan recurrentes a la democracia y la libertad son hipócritas, falsas, son una manera de justificar situaciones como les conviene.

El señor Olan Schols, canciller de Alemania, el país militarista por excelencia, que ha provocado dos guerras mundiales y muchas guerras en Europa, que está aprovechando este conflicto para rearmarse,

Y lo mismo los japoneses, otro país de historia militarista, que ya hablan de tener armas nucleares. E Inglaterra, el país imperial y colonialista, que se apropió de las Maldivas y se inventó un referendo sin control de nadie, y así justificó la independencia de esta isla, pero no acepta el referendo sobre Crimea.

Hipocresía total de los países imperialistas y colonizadores, cuyos gobiernos, sea la orientación que sea, están en competencia para dominar al mundo.

Crearon este conflicto y miran cómodamente como se destruyen estos dos pueblos, esperando que Rusia se debilite para volverlo a dominar como ocurrió en los años de Yeltsin.

La irracionalidad occidental

Nuca me había imaginado que esto ocurriera en Europa, que se volvieran tan irracionales. Y todo a nombre de la democracia y la libertad. Es un continente hoy al servicio de los Estados Unidos, totalmente dominado por esta potencia. E igual que el imperio estadunidense, muestra con esto su decadencia.

El racismo europeo se nota hoy cuando se aceptan los refugiados ucranianos sin problema, mientras que a los de los países árabes y otras regiones del mundo se les trata despreciativamente y se les colocan trabas. Solamente reciben a refugiados con ojos azules y tez blanca. El señor español Abascal, líder del partido de extrema derecha VOX, decía en televisión que bien venidos los ucranianos porque son europeos, pero que nada con los musulmanes.

Hay ataques en toda la Europa “¿civilizada?” a los rusos. En Alemania, a un supermercado ruso, lo mismo que en Madrid al consulado ruso.  En Portugal, en la Alemania prusiana, en Estados Unidos un senador pide asesinar a Putin, se prohíben eventos culturales rusos, gatos en concursos, se prohíbe que compita un árbol famoso de la casa del novelista ruso Turgueniev, en Italia un rector prohíbe cursos sobre Dostoievski, prohíben a RT y Sputnik, prohíben a todo tipo de deportistas rusos participar en competencias.

Hay una demonización de Putin, se le trata de todo lo peor, se dice que es un enfermo mental. En Europa lo odian, le tienen miedo, lo envidian porque no se deja derrotar.  En Europa siempre ha existido desde el siglo XX un malestar con Rusia, primero en la era soviética, y luego cuando este país se volvió capitalista. Uno observa en este continente una rusofobia irracional.

La verdad, Putin es un gran estratega, un gran líder, alguien que se le paró a los Estados Unidos, alguien que volvió a poner a Rusia a la escena internacional, gústenos o no. Por supuesto, es un nacionalista conservador en un país capitalista. Rusia es un gran país de una tradición muy importante en la cultura, en la literatura, en la ópera, en el ballet, con hermosas ciudades, de enormes recursos naturales, el más extenso en el mundo, de fuerte avance científico, de mujeres hermosas, de un enorme patriotismo, que ha sufrido mucho por todo tipo de invasiones  en que ha sido derrotado en algunas, pero fue clave en el triunfo sobre el nazismo en la segunda guerra mundial, de grandes combatientes, que no lo van a acabar fácilmente como quieren los Estados Unidos y Europa imperialista. Es un país de tradición imperial, en la época de los zares y en la era soviética, por supuesto un país todavía con fuertes ambiciones imperiales.

Latinoamérica ha sido más racional, con la excepción loca del presidente Iván Duque vinculado a la OTAN y con un perfil anti ruso, que, como se sabe, es un gobernante sometido a los Estados Unidos

En Colombia todos los medios, escritos y televisivos, siguen los comentarios y la posición de los Estados Unidos. Hay toda una histeria contra Rusia, y Putin es el objeto del odio, y en esto la revista de extrema derecha Semana es furibunda anti rusa y anti Putin. Da pena ver los comentaristas del periódico El Tiempo, que destilan odio irracional a Putin, hablan como si estuviéramos en la guerra fría y parece que piensan que Rusia es comunista.

Ejemplos de rusofobia

El blog Aporrea.org, presentó el 5 de marzo de 2022 los siguientes ejemplos de rusofobia, que son realmente detestables, que van contra la famosa libertad que defiende los países capitalistas imperialistas de la OTAN. Dice Aporrea:

Y, por supuesto, no se puede dejar de mencionar las acciones de censura contra medios de comunicación rusos, como RT y Sputnik, que incluye la decisión por parte de Twitter de colocar la etiqueta «Medio afiliado al gobierno, Rusia» en periodistas y personas que trabajan en los citados medios de comunicación, sin su autorización y sin que haya forma de removerlas, lo que los expone a estigmatización y ataques.

Hay que derrocar a los gobiernos imperialistas

La solución es el derrocamiento de estos gobiernos y establecer realmente la no intervención en otros países, eliminar sanciones y bloqueos de todo tipo, reducir los gastos militares, y buscar soluciones diplomáticas, la paz a todo costo. Pero esto se refiere a todos los países, especialmente a los de occidente colonizador e imperialista. Y por supuesto incluye a Rusia, Turquía, India, China y Japón.

Es el capitalismo el causante de estas guerras e intervenciones, así como es el responsable de la crisis climática.

Mayorías creadas falsamente

Se habla mucho de que una mayoría aplastante condenó a Rusia en la asamblea de las Naciones Unidas. Esto es otro montaje ya que muchos países, especialmente africanos, asiáticos y latinoamericanos, se ven obligados a votar según los deseos de la OTAN por las relaciones de dependencia que tienen con las potencias occidentales en préstamos, condiciones financieras e inversiones, y si se oponen a la gran potencia sufrirían castigos. Por ejemplo, Argentina, que acaba de acordar refinanciar el préstamo que le hizo el FMI al gobierno de Mauricio Macri por 47 000 millones de dólares, todavía requiere la aprobación de la junta del FMI dominada por los Estados Unidos. Disgustar al imperio le costaría muy caro.

La posición de México es muy inteligente. Con su posición no intervencionista le envió una cachetada a los Estados Unidos, Francia y España que la invadieron, le quitaron territorio y masacraron las culturas azteca y maya. Y manda el mensaje de que se opondría a cualquier intervención en Latinoamérica, como a Venezuela y Cuba que le tienen tantas ganas los guerreristas estadunidenses, comenzando por el hombre de la guerra fría, el presidente Joe Biden, y sus funcionarios de línea dura, el secretario de Estado Anthony Blinken y la embajadora ante la Naciones Unidas, Patrick Nolan, dos guerreristas peores que muchos republicanos. Hay que acordarse que este señor Blinken apoyó la invasión a Irak y que Nolan fomentó la insurrección de 2014 en Ucrania para montar a gobiernos títeres de los Estados Unidos.

Esto es lo que llaman democracia, chantaje a las naciones si no siguen las instrucciones del imperio. Pero, esto no lo mencionan los medios occidentales y mucho menos los de Colombia que están totalmente alineados con los Estados Unidos.

La nueva doctrina del imperio

La nueva doctrina estadunidense es Autocracia o Democracia, como siempre, estas dualidades son falsas. Antes, era con Busch, o estás con Estados Unidos o con el terrorismo. Entonces, tenemos otro falso dilema, fácil de desmontar. No hay sino mirar a quien apoyan los Estados Unidos y Europa, a quien arman, para ver la falsedad de este nuevo dilema imperial. ¿Matar palestinos es democracia? Apoyan las dictaduras de Egipto, los países árabes petroleros monárquicos, a los regímenes represivos de Túnez, Marruecos, a la destrucción de Yemen, a los gobiernos de Hungría, Polonia, a los derechistas autoritarios de la mayoría de los países del este europeo, a Turquía, a la seudo democracia colombiana, es esto ¿defender la democracia y la libertad?

El exponente de esta nueva doctrina es el señor Blinken, que cada vez que habla la menciona, él que apoyó la invasión a Irak, él que está llevando a cabo una campaña anti rusa y anti china, él que ahora defiende a Polonia dirigido por extremistas de derecha, él que acaba de aprobar la continuación de las sanciones y el bloqueo a Venezuela, y no se sonroja, él, que es quien quiere que Ucrania esté en la OTAN.

La izquierda atlantista

En esta unanimidad de rusofobia han caído fuerzas supuestamente de izquierda, que no entran en los antecedentes históricos, niegan que hay fuerzas neonazis en Ucrania, o las minimizan, no muestran quien es el presidente de Ucrania Volodimir Zelensky y su grupo gobernante, no cuentan que antes de este conflicto su popularidad no pasaba del 23%. No cuentan que Banderas, el ucraniano que peleó por la independencia de Ucrania fue un colaborados de los ejércitos hitlerianas y fue responsable de miles de miles de rusos muertos. No cuentan que el día del nacimiento de Banderas el gobierno de Zelensky, en 2019 lo declaró día nacional. No cuentan que el idioma ruso está prohibido en Ucrania, que nadie puede hablarlo, que ha habido desfiles constantes de las fuerzas neonazis muy celebradas por el gobierno, desfiles que piden muerte a los rusos y elogian a Hitler, no cuentan que los manuales educativos han sido cambiados y enseñan a los niños a odiar a los rusos, no cuentan que el partico comunista fue declarado ilegal. Así como que a todos los opositores al gobierno de derecha de Zelensky, les cerraron sus periódicos, radios y cadenas de televisión. Y a esto lo llaman luchar por la democracia y libertad.

No informan sobre los batallones de neonazis, como el batallón Azov, apoyado por el gobierno y la CIA. Es lo mismo que ocurrió en Afganistán, que apoyaron a los talibanes e islamistas contra los soviéticos, y de ahí salieron Al-Quaeda y el estado islámico. Son especialistas en crear monstruos que después es difícil eliminarlos.

Las sanciones solo perjudican a los pueblos

Las sanciones, ya sabemos, no tumban a ningún gobierno. Lo que producen es miseria en la población y no logran que esta se levante contra el régimen, al contrario, aumenta el nacionalismo y el odio contra los que imponen sanciones. Pero, si debilitan a los países, que es lo que quiere el occidente capitalista imperialista, doblegar económicamente a Rusia, y parece que hay fuerzas de izquierda que están apoyando esta rusofobia. Pero, también, esto se devolverá contra Europa, el niño sometido a los Estados Unidos. Van a sufrir aumentos de precios y recesión económica, y tendrán que comprar gas caro de los Estados Unidos, que ha sido siempre uno de los objetivos del imperio, si definitivamente se bloquea el nuevo gasoducto a Europa.

Y también, si se suspenden las ventas de gas, carbón y petróleo a Europa, sus precios subirán de tal forma que provocará una recesión en el mundo. Están jugando con candela. Perjudican a Rusia, pero se hacen el harakiri.

Y Biden, que tiene solamente un 43% de popularidad se irá para abajo porque la inflación aumentará más y habrá restricciones en ciertos insumos claves que compra a Rusia.

Como se dice, están jugando con fuego y todos van a salir machucados.

La solución es la diplomacia, paz y la no intervención

Entonces, la solución es la paz, y atender los reclamos justos de Rusia: una Ucrania neutral, acabar con las bandas neonazis y aceptar que Crimea es ruso. A cambio, paz, integridad de Ucrania, es decir, que las regiones del Donbass no se separen, y un tratado de amistad y cooperación, y fuera la OTAN de Ucrania. Y ayudar a la recuperación de Ucrania que hoy es un país destruido mientras el occidente contempla sentada cómodamente en sus oficinas cómo están destruyendo a este país.

No a la guerra y al militarismo, a las agresiones, a la interferencia en los asuntos internos de otras naciones, a las sanciones y los bloqueos, a las fuerzas neonazis y fascistas, a los pactos guerreristas como el de la OTAN y sí a la paz, a la convivencia pacífica y a la verdadera democracia y libertad.

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