¿Es el acuerdo de paz de Colombia un referente internacional por ser pioneros en cuanto al enfoque de género? Sí, dicen algunas. Sí, pero solo sobre el papel, dicen otras.
“Aunque queda mucho trabajo por hacer, de no haber habido mujeres presentes en la negociación de los acuerdos de paz de Colombia ni se hablaría de la implementación de su enfoque de género”, dijo a DW Lina Gálvez, presidenta del Comité de Igualdad del Parlamento Europeo.
“Porque estuvieron presentes en esa negociación y llevaron la noción de que los conflictos impactan desproporcionadamente más a las mujeres y a las niñas que a los hombres, ese acuerdo es una referencia”, añade la eurodiputada por España. En una conferencia en el Parlamento Europeo sobre los derechos de las mujeres en la defensa, la seguridad y los procesos de paz -por el Día Internacional de la Mujer-, Colombia fue un buen ejemplo.
Lina Gálvez, presidenta de la Comisión de Mujeres e Igualdad del Parlamento Europeo.
La revolucionaria resolución 1325
El momento es clave, la Resolución 1325 cumple 25 años. La 1325 es la resolución de la Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad de la ONU que acepta por primera vez en la historia que los conflictos armados afectan en 95 % más a mujeres y niñas y que su inclusión en los procesos de paz, como agentes no como víctimas, son decisivos para una estabilidad duradera.
Siguiendo esa línea, los acuerdos de paz de Colombia (firmados en noviembre de 2016) son los primeros en incluir el enfoque de género en el proceso de búsqueda de la verdad y de justicia. ¿Qué significa en concreto? Que, por ejemplo, la violencia sexual ejercida durante el conflicto es un crimen de guerra y lesa humanidad.
Un justicia para la paz
Según datos de la Justicia Especial para la Paz (JEP) -organismo creado para investigar, juzgar y sancionar crímenes cometidos en el marco del conflicto armado- entre 1957 ciéndola por una parte, y reprimiéndola por otra. Aprovechará la desesperación social y la falta de dirección revolucionaria.
Ellos nos atacarán con todas sus armas de seducción, con canciones, películas, modas, ideología y simbología. Harán que parezca “progre” vestirse como nazi de los 40 y ser déspota como yanqui de los 90. Usarán sus armas materiales y morales para dominar a la clase obrera, y a sus organizaciones, hasta lograr el debilitamiento de las rebeldías en geografías diferentes, entre clases, partidos, direcciones, en tiempos de corta y larga duración. Usarán a la ignorancia y a la desinformación teledirigidas.
Hoy la situación mundial está atravesada por múltiples contradicciones, disputas comerciales, crecimiento de nacionalismos de derecha y xenofobia. Neo-reformismos a granel. No parece que estemos suficientemente preparados para situaciones de convulsión nazi-fascistas que se deslizan en una miríada de mascaradas absorbidas socialmente.
Requerimos mucha calidad en los estudios concretos de la actual situación histórica que no tiene parangón en la formación del nazi-fascismo. La lucha contra eso exige un método de análisis y praxis, de plena vigencia y en tiempo real. Lecciones de estrategia y táctica basados en filosofía, no escapista, capaz de poner luz en todo lo que tenga de nuevo el desembarco semiótico del nazi-fascismo. Un fenómeno nuevo con tecnología nueva en nuestra época.
Todo tiene sentido. Ellos dicen tener superioridad de mentalidad, sangre y raza, dicen ser estéticamente superiores. Eso lo aplauden y lo creen empresarios y financieros de un abigarrado sistema de propaganda, armado con “nuevas tecnologías” para seducir a las masas.
Aman la propaganda y el fanatismo. Aman el “entretenimiento” como fuente doctrinaria de valores y costumbres y ponen acento en la firmeza del gobierno y la democracia que ellos controlan. Se trata de anestesiar a las masas para mantener a todos con buen espíritu de disciplina subordinada a la voluntad conservadora. Que nada altere a sus negocios.
En una escena de la película ‘Cabaret’, se reúne un grupo de muchachos de las juventudes nazis. Cantan una canción que inicia un solista y eleva gradualmente las voces para terminar siendo un coro cantado con énfasis y contundencia.
El estribillo es “Tomorrow belongs to me” (el mañana me pertenece). Dos testigos de semejante “himno” al retirarse del lugar dicen, entre sí, palabras más palabras menos: “quiero ver cómo controlarán esto”. Sólo el Ejército rojo pudo. No olvidarlo.
No hay que esperar a que la burguesía se asuste para que se muestre nazi-fascista. La ideología de la clase dominante posee, de nacimiento, filigranas de odio empapadas en miedo de clase, que trabajan sistemáticamente en todo el espectro, objetivo y subjetivo, de sus dominios.
Actúan permanentemente, en una calle oscura, en un semáforo, cuando se acerca alguien que no usa ropa aceptable, cuando el color de la piel no es como debería ser, cuando se habla distinto, cuando huele a pobreza, cuando la propiedad privada se ve amenazada.
Ahí está el odio-miedo disfrazado de rejas, en puertas y ventanas, disfrazadas de perros guardianes, de guardaespaldas y vigilancia zonal humana o con cámaras. Ahí está el odio que le da sentido a sus policías, ejércitos, leyes y políticos asalariados para cuidarle a la burguesía todos sus bienes y sus males. El sentido burgués del odio.
Benito Mussolini y Adolf Hitler, máximos representantes del fascismo y el nazismo en la primera mitad del siglo XX.
Sabemos que la burguesía cultiva el nazi-fascismo como defensa máxima cuando su “democracia” deja de asegurarle el control sobre las personas que desesperan víctimas del despojo y la humillación. Cuando se respira un tufo desmoralizador provocado por el espectáculo siniestro del capital saqueándolo todo para aplastar a la clase trabajadora.
Entonces, se desnuda el alma nazi-fascista exhibiendo sus miserias macabras dispuestas a conservar intacto al modelo económico de sus amores, aunque hubiere que retocar (reprimir) algunas reglas o desviaciones de conducta general autorizada. Es un alma que exhibe sus partes pudendas fanáticas, racistas, intolerantes… que tanto se estudian y protegen en algunas Universidades, fundaciones, iglesias u organizaciones financiadas exprofeso. Incluso bajo mantos “progres”.
Es esa la misión semiótica del nazi-fascismo: hacernos débiles y desorganizados pero solidarios con su miedo y su odio. Como si fuesen nuestros. Como si fuesen baluarte de la humanidad, nuestra obra cumbre. Defender la paz burguesa y auto-reprimirnos si alguna tentación rebelde nos asaltara en la conciencia de clase.
La misión semiótica del nazi-fascismo es infiltrarse en nuestras vidas, acostumbrarnos a su presencia, enseñarnos a disfrutarlo y amarlo inculcándolo en nuestros hijos y nietos. Su misión es acomodarse en todas las capas intelectuales y emotivas del proletariado y combatir, calladamente, desde los más hondo e íntimo, aquello que amenace al capital, a sus sirvientes gobernantes y a las costumbres o tradiciones del familiarismo, el individualismo y el consumismo.
La misión semiótica del nazi-fascismo es no sólo presentarse como forma de represión pura, o terror obvio, sino también como una forma de violencia amigable e incuestionable para mantener las cosas como están, para aceptar que “así están bien” y educar a la prole para que lo respeten religiosamente porque de lo contrario, ahí está el Estado especializado en “poner orden”.
La misión semiótica del nazi-fascismo no se contenta con destruir al pensamiento y la acción revolucionaria, su misión es mantener el statu quo gracias a sometimiento de conciencias en sociedades atomizadas. Bajo los encantos de la armonía hipócrita.
Para tal cometido se diseña todo género de apariencias: vestuarios, maquillajes, insignias, ejércitos, gesticulaciones, fraseologías y mercadotecnias… deportes, shows, películas, series, noticieros… muchos de sus resortes subliminales indagados en los rincones más insospechados de la subjetividad humana y convertidos en detonadores patológicos de terror, angustia, desolación y desamparo para doblegar voluntades y llevarlas del arrepentimiento a la inmovilidad permanente.
Imponer la dictadura material y espiritual de la impotencia más despiadada al servicio del capital. Familias “bonitas”, con niños rubios y bienestar pequeño-burgués para modelar el “deber ser” de la única célula social santiguada por el poder económico e ideológico… siempre y cuando tengan poder de compra y poder de endeudamiento. Pero la cosa no es tan fácil y los pueblos han aprendido a luchar contra ese aparato monstruoso. Por eso fue derrotado estrepitosamente en 1945. Y después también. No son invencibles.
Una perspectiva revolucionaria debe adelantarse científicamente a los hechos para ver cómo se moverán las fuerzas nazi-fascistas contra la humanidad, sedu en la primera mitad del siglo XX.
Podríamos transformar la pregunta inicial. ¿Existe una crisis en América Latina capaz de generar un malestar lo suficientemente significativo para que derive en conductas de odio mediante movilizaciones reaccionarias, y además logre que grupos sociales se aglutinen alrededor de una ideología común, y logren imponer su voluntad al resto?
Sería inapropiado calificar a la derecha como fascista, pero en su variante más extrema y radical tiene vasos comunicantes muy estrechos con el fascismo. Si bien parecía aniquilado después de la caída de Mussolini y Hitler, hay una derecha xenófoba y autoritaria que reverdece en Europa y América Latina, que persigue responder a la crisis capitalista consolidando el sometimiento.
La extrema derecha con atributos del fascismo vive, confirmado durante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), realizada en febrero de 2024, en Estados Unidos. En su lema “Where globalism goes to die” o “Donde el globalismo va a morir”, el globalismo no es sinónimo de globalización. Fue definido por un político de derecha brasileño como “una configuración actual del marxismo”, y por Donald Trump como lo que ataca al “patriotismo” y a “Estados Unidos primero”. Sin embargo, el término fue vaciado de su contenido original, y en su lugar colocaron un entramado ambiguo, que en última instancia es engañoso y esconde su esencia. No hay nada más parecido a un fascista, que un antiglobalista, pues ambos se oponen a la inmigración, la diversidad y a la izquierda, y así cumplen un deber patriótico elemental.
Con anterioridad, la CPAC se había realizado en países tan distantes como Australia, República de Corea, Irlanda, Japón, Hungría, Brasil y México. El análisis de lo ocurrido en las naciones latinoamericanas permite corroborar la manera en que la derecha se ha ido articulando en la región, con evidentes puntos de contacto con la ideología fascista.
Cumbre de la CPAC, versión 2024, realizada en febrero en EE.UU., cuyo anfitrión fue el pintoresco Donald Trump.
El gobierno de Jair Bolsonaro abrió las puertas a la CPAC, y desde 2019 ha habido ediciones todos los años. La figura en ese país más relevante en relación al evento, ha sido su hijo, Eduardo Bolsonaro, quien además ha participado en ediciones de Estados Unidos, Hungría y México. No puede negarse la identificación de los Bolsonaro con el fascismo, Jair llegó a usar la frase “Dios, patria y familia”, lema del grupo fascista Acción Integralista Brasileña, creada en 1932. El florecimiento de la ideología fascista provocó incluso el golpe de Estado parlamentario a Dilma Rousseff.
La edición mexicana tuvo lugar en 2022. Algunos puntos abordados por los oradores ratifican la coincidencia entre esa extrema derecha conservadora latinoamericana, en relación con otras, y la ideología fascista. El entonces presidente guatemalteco Alejandro Giammattei, acérrimo opositor al matrimonio igualitario y la despenalización del aborto de mujeres víctimas de violación sexual, afirmó que son “parte de un movimiento conservador internacional que clama por la preservación de lo más sagrado, somos los últimos defensores de la vida, la familia y la libertad en todos sus ámbitos”. El senador estadounidense Ted Cruz atacó a las “fuerzas socialistas autoritarias” en América Latina porque empoderaron a los “enemigos” de los conservadores.
Ese evento fue aprovechado para ganar visibilidad, por el incipiente agrupamiento con puntos de contacto con el nazismo, México Republicano. Su dirigente principal, Juan Iván Peña Neder, se presenta como de “ultraderecha” y en un artículo de prensa en 2013 fue acusado de haber fundado una organización secreta que defendía la supremacía aria y la esterilización de los indígenas.
Volviendo a la CPAC 2024, bastaría citar la intervención inaugural de Mercedes Schapp, exfuncionaria gubernamental estadounidense, cuando pidió acabar “con los comunistas, con la ONU, con la Organización Mundial de la Salud”. Los temas abordados después fueron más de lo mismo, negativa a la legalización del aborto, las migraciones masivas, la intervención del Estado en la economía, el comunismo y la izquierda.
Sin embargo, lo más llamativo para responder a la pregunta de si tiene presencia el fascismo en América Latina, lo aportaron los discursos de los presidentes de Nayib Bukele de El Salvador y Javier Milei de Argentina. Si bien Bukele retomó el ataque al “globalismo” al asegurar que en su país “ya está muerto”, la intervención de Milei fue más reveladora. Una de las líneas centrales de su discurso fue el ataque al socialismo, pues lo mencionó en 13 ocasiones. Para frenarlo, ofreció como alternativas el libre mercado, la propiedad privada y la negación de la justicia social, esta última según el mandatario argentino, un invento de la izquierda internacional.
La principal lección que nos dejó la CPAC 2024 es que la derecha y su variante extrema avanza en su articulación, y tienen representantes en América Latina. De hecho, está por verse el estrago que hará en un país clave para la integración regional, como Argentina.
Finalmente, yo respondería a la pregunta de la siguiente manera: ¡Alerta! ¡Alerta que camina, la extrema derecha y el fascismo por América Latina!
\ciéndola por una parte, y reprimiéndola por otra. Aprovechará la desesperación social y la falta de dirección revolucionaria.
Ellos nos atacarán con todas sus armas de seducción, con canciones, películas, modas, ideología y simbología. Harán que parezca “progre” vestirse como nazi de los 40 y ser déspota como yanqui de los 90. Usarán sus armas materiales y morales para dominar a la clase obrera, y a sus organizaciones, hasta lograr el debilitamiento de las rebeldías en geografías diferentes, entre clases, partidos, direcciones, en tiempos de corta y larga duración. Usarán a la ignorancia y a la desinformación teledirigidas.
Hoy la situación mundial está atravesada por múltiples contradicciones, disputas comerciales, crecimiento de nacionalismos de derecha y xenofobia. Neo-reformismos a granel. No parece que estemos suficientemente preparados para situaciones de convulsión nazi-fascistas que se deslizan en una miríada de mascaradas absorbidas socialmente.
Requerimos mucha calidad en los estudios concretos de la actual situación histórica que no tiene parangón en la formación del nazi-fascismo. La lucha contra eso exige un método de análisis y praxis, de plena vigencia y en tiempo real. Lecciones de estrategia y táctica basados en filosofía, no escapista, capaz de poner luz en todo lo que tenga de nuevo el desembarco semiótico del nazi-fascismo. Un fenómeno nuevo con tecnología nueva en nuestra época.
Todo tiene sentido. Ellos dicen tener superioridad de mentalidad, sangre y raza, dicen ser estéticamente superiores. Eso lo aplauden y lo creen empresarios y financieros de un abigarrado sistema de propaganda, armado con “nuevas tecnologías” para seducir a las masas.
Aman la propaganda y el fanatismo. Aman el “entretenimiento” como fuente doctrinaria de valores y costumbres y ponen acento en la firmeza del gobierno y la democracia que ellos controlan. Se trata de anestesiar a las masas para mantener a todos con buen espíritu de disciplina subordinada a la voluntad conservadora. Que nada altere a sus negocios.
En una escena de la película ‘Cabaret’, se reúne un grupo de muchachos de las juventudes nazis. Cantan una canción que inicia un solista y eleva gradualmente las voces para terminar siendo un coro cantado con énfasis y contundencia.
El estribillo es “Tomorrow belongs to me” (el mañana me pertenece). Dos testigos de semejante “himno” al retirarse del lugar dicen, entre sí, palabras más palabras menos: “quiero ver cómo controlarán esto”. Sólo el Ejército rojo pudo. No olvidarlo.