POR ARMANDO PALAU ALDANA
La Constitución Política prescribe que los servidores públicos solo pueden hacer las funciones que la ley les permita (por eso son funcionarios), mientras que a los ciudadanos les es permitido hacer además de lo que la ley les permita todo aquello que ésta no les prohíba.
También ordena la Carta Fundamental, que los magistrados cumplen una función pública, sus decisiones son independientes y sus actuaciones serán públicas y permanentes con las excepciones que establezca la ley y en ellas prevalecerá el derecho sustancial.
Ordena la Ley de Leyes, que las funciones públicas y administrativas (esta ultima la elección de la Fiscal), están al servicio de los intereses generales y se desarrollan con fundamento en los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía y celeridad.
Cierra este periplo normativo, la residencia exclusiva de la soberanía en el pueblo del cual emana el poder público, lo que legitima que haya una presión popular para que no se prologue la encargatura de la altamente cuestionada penalmente fiscal Mancera.
El deber constitucional de la Corte Suprema es elegir en el promedio de los 15 días como lo ha hecho con 5 de los 9 fiscales cumpliendo los preceptos constitucionales de eficacia, economía y celeridad, por eso la moratoria de 145 días es a todas luces inaceptable.
Sin embargo, la opinión pública ha olvidado que el Congreso se ha hecho el de la oreja mocha con la elección del Contralor General, desde que en mayo pasado el Consejo de Estado les anuló la elección de Carlos Rodríguez por cambiar los criterios y valores de la convocatoria inicial.
La mamadera de gallo de los congresistas ocurre para darle opción a una acción de tutela propuesta por el anulado, que fue denegada en ambas instancias por el Consejo de Estado y seleccionada por la Corte Constitucional que suspendió los términos para fallar por dos meses.
Es inaudito que el Congreso lleve 9 meses y haya rechazado la primera concurrencia de 3 universidades para hacer el proceso de selección de elegibles. ¿Dónde está el Presidente o la bancada del Pacto Histórico convocando una movilización para que el Congreso se ponga serio?
Dice el otro adagio popular, ven la paja en el ojo ajeno y no el leño en el ojo propio, por tanto, ese doble rasero no pue ser aceptable: incumplen tanto el Congreso como la Corte Suprema, con sus encopetados magistrados que no acogen las sentencias de la Constitucional sobre reparto de tutelas.
Eso es como el divorcio entre el discurso mundial ambiental de Petro y la incoherencia en su defensa a la Base Militar en Gorgona, así como el señalamiento y estigmatización de los ambientalistas que defendemos a capa y espada esta Isla Ciencia y Santuario de las Ballenas Jorobadas.
A los magistrados como a los congresistas, les cae el tango Mano a mano escrito hace un siglo por Flores y musicalizado por Gardel y Razzano: “Mientras tanto, que tus triunfos, pobres triunfos pasajeros, / sean una larga fila de riquezas y placer; / que el bacán que te acamala tenga pesos duraderos, / que te abrás de las paradas con cafishos milongueros / y que digan los muchachos: Es una buena mujer”.