LA ROSA ROJA /
Numerosas investigaciones y detallados informes dan cuenta del aumento de la violencia contra las mujeres. ¿Cuál es su causa? Para desentrañar este fenómeno es preciso examinar algunas variables que la potencian y contribuir a su mejor comprensión en una línea ya iniciada por algunos autores/as. Desde un contexto patriarcal se ha podido dilucidar cómo reaccionan ciertos varones ante la desilusión que ocasiona la pérdida de privilegios entendidos como naturales y la ficción de que sus goces y prebendas se ven menguados ante las mujeres que paulatinamente abandonan el polo tradicional de la pasividad.
El cuerpo de las exclusiones. Disidencias, desbordes y sujeciones, un interesante libro que recoge varias reflexiones de investigadoras y académicas dedicadas a analizar temas de género recrea entre otros aspectos las políticas de la identidad que recaen sobre el cuerpo de la mujer, las cuales constituyen marcas del sexo-género y los criterios normativos que cada sociedad impone. La temprana apropiación del discurso foucaultiano sobre la sexualidad y los dispositivos del biopoder han contribuido a deconstruir no sólo la identidad de sexo-género, sino también otros aspectos vinculados con la normatividad. Numerosos trabajos iluminan el tema, desafiando tanto estéticas “femeninas” al uso —vinculadas a los poderes estatuidos—, como denunciando la heterosexualidad normativa y abriendo paso al desarrollo de sistemas legitimadores alternativos.
“Casi todas las culturas, independientemente de su ubicación histórico-temporal, han definido el lugar social de una persona, y hasta sus propias cualidades, bajo la creencia de identificar marcas en su cuerpo: ser varón o mujer, tener este o aquél color de piel, ser de tal o cual altura o peso. Esos son algunos indicadores de las primeras clasificaciones que conocemos. También utilizamos otras marcas: el orden de nacimiento, por ejemplo, donde la primogenitura masculina, ha sido por lo general la condición más habitual para el acceso a un trono, a la herencia de un título nobiliario, a los bienes materiales, y también a los honores”, señala la filósofa argentina María Luisa Femenías coordinadora de este interesante trabajo bibliográfico.
La idea de “cuerpos ejemplificadores”, es decir de cuerpos disciplinados violentamente, guía el análisis de esta obra en el sentido de que se trata del guión de un mensaje claro, público y a la vez cifrado, inscrito en el cuerpo de las mujeres y potenciado por la crisis actual de la globalización neoliberal.
No obstante la problemática de género, los feminismos de América Latina tallan su propio camino en medio del convulsionado horizonte políticoy social.
Bajo el sello argentino Prohistoria Ediciones (Rosario, 2023) este libro de reciente aparición reúne una serie de reflexiones sobre algunas concepciones de «cuerpo». En principio, retomando a Hobbes, la que corresponde a los «cuerpos animales con movimiento voluntario». Más precisamente, a cuerpos humanos cuya historia y entramado social tienden tradicionalmente a relatarse en sintonía con otras calificaciones. Desde la más antigua –que un cuerpo vivo tiene un «alma», a la que se refieren sólo algunos trabajos– hasta las más novedosas: aquellas que aluden al cuerpo de los humanos, pero sobre todo a algunos de sus modos de «estar en el mundo». Es decir, a cuerpos en situación o cuerpos situados.
Cuerpos, marcas y significaciones
A continuación el texto de introducción del libro de autoría de la compiladora, María Luisa Femenías, el cual se puede descargar en archivo PDF ingresando al siguiente enlace:
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