EDICIÓN SÍNTESIS INFORMATIVA /
Tras la jornada electoral del referendo del pasado domingo 27 de marzo en que se impuso la opción que aprobó los 135 artículos de la neoliberal Ley Única de Recomendación (LUC) que prácticamente da vía libre a la privatización del Estado uruguayo, en las calles de Montevideo se palpaba la profunda división política que sigue siendo evidente.
Esta ley que constituye lo que el geógrafo británico David Harvey ha denominado “desposesión por despojo” fue promulgada en 2020 y constituye la columna vertebral legislativa del Gobierno ultraderechista Luis Lacalle Pou.
Desde un principio esta normativa recibió críticas tanto por su contenido como por haber sido aprobada con carácter de urgencia, sin tiempo para debatir a profundidad y en medio de las restricciones de la pandemia del Covid-19.
Los sectores de oposición, entre ellos la coalición política conocida como Frente Amplio que gobernó el país durante 15 años hasta la llegada de Lacalle Pou, la LUC vulnera derechos importantes de la población, abre la puerta de par en par a las privatización de los activos y servicios del Estado y fomenta los abusos policiales.
El referendo se llevó a cabo luego de que la oposición lograra reunir alrededor de 800.000 firmas, un récord en la historia del país, para tratar de impugnar la ley en las urnas.
El triunfo de Lacalle Pou en la jornada del pasado domingo saca a la luz la profunda división política que vive Uruguay. Solo 22.000 votos de diferencia llevaron al Gobierno ultraconservador del Uruguay a vencer para mantener la reforma que proyecta consolidar el criminal modelo neoliberal en este pequeño país suramericano.
La consulta popular demostró una notoria división política del país en dos mitades, como ya ocurrió en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2019, que dieron la victoria al actual mandatario frente al izquierdista Daniel Martínez.
Los resultados del referendo
Más de 2.254.000 uruguayos -85% de los habilitados- acudieron a las urnas en el referéndum para definir sobre los 135 artículos de la neoliberal Ley de Urgente Consideración (LUC). La victoria fue para el No (derogarla) por 50.800 votos de ventaja sobre el Sí. De esta manera “la ley queda firme”, dijo el ultraconservador presidente Lacalle Pou en conferencia de prensa, donde apuntó que se trata de “una etapa superada”, incluso marcando las prioridades del gobierno a partir de este lunes 28 de marzo, como la reforma de la seguridad social y el cambio en la educación.
Ante el monumento al Gaucho y ante los militantes, el presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, les agradeció el trabajo y sentenció: “¿Qué gobernante no escucharía una mitad con atención, con sensibilidad, mirando lo que le hemos dicho?”.
“Soy celeste, soy celeste, celeste soy yo”, cantaba la muchedumbre que se empezó a amontonar frente a la Torre Ejecutiva en la zona céntrica de Montevideo, cuando el escrutinio llegaba al porcentaje en el que no podía haber un revés y ya era evidente que ganaba el No. Muchas banderas, la mayoría de Uruguay y del ultraderechista Partido Nacional, también algunas de los demás partidos de la coalición, no paraban de ondear, mientras la gente festejaba cada ráfaga de fuegos artificiales. Adentro, Lacalle Pou esperaba el resultado junto con los demás jerarcas de Presidencia y sus ministros.
Poco antes de medianoche, todos bajaron a la sala de conferencias y el mandatario realizó un discurso. Antes que nada, señaló que querían tener un porcentaje “más alto de votos escrutados oficialmente” por la Corte Electoral para dar la conferencia, y en ese momento ya se podía “establecer claramente” que no se había llegado a la cantidad de votos necesaria para la derogación de los 135 artículos de la LUC. Luego recordó lo que dijo el miércoles 23 de marzo en ese mismo lugar, cuando realizó la conferencia que cerró la campaña del No: que la LUC “fue un compromiso con la ciudadanía y un proyecto de ley difundido mucho antes de ser presentado”.
La Calle Pou, no obstante su victoria en el referendo del pasado domingo le restan dos años de Gobierno con una fuerte oposición de sectores sociales y del Frente Amplio que seguirán combatiendo el empeño de la ultraderecha de consolidar la ruta neoliberal en beneficio del gran capital y en detrimento de las grandes mayorías del Uruguay.
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