¿Vientos de guerra?

POR LUIS EDUARDO MARTINEZ ARROYO

Algunas opiniones sueltas e inconexas me vienen a la memoria, con motivo del conflicto Rusia- Ucrania. Aquí van estas:

El Tiempo (27-02-2022) titula, “El hombre que asusta al mundo” y subtitula, “Con su invasión a Ucrania, Vladimir Putin se convierte en el mayor paria internacional de nuestro tiempo”. ¡Con qué facilidad olvida el diario avalista los bombardeos humanitarios de Clinton a Yugoslavia, en los finales del siglo XX!

¡Y qué selectividad memoriosa lo acompaña para ignorar el paseo humanitario de Bush Jr. por Irak, que le permitió destruirla, llevándose por delante obras que pertenecían a la Humanidad, y producir tantos muertos, -pasándose por la correa la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU en contrario-, en la búsqueda de armas de destrucción masiva inventadas por sus asesores que querían relanzar proyectos económicos de los negociantes de la guerra norteamericanos, entre ellos la reconstrucción de Irak.

– Un alto funcionario alemán afirma que “la OTAN no es un peligro para Rusia”. Si así fuera, ¿por qué tanta insistencia para que Ucrania la integre, no obstante su vecindad con Rusia? (¿O acaso es por eso?). Zelenski, el presidente ucraniano acaba de exigir de nuevo su ingreso a la UE, paso previo a la entrada a la OTAN. A lo que debe sumarse el hecho de que en países limítrofes con Rusia, como Estonia, Letonia y Lituania y otros separados por terceros, como Polonia, Rumania y Bulgaria, haya bases y personal militares mirando hacia Rusia. Si eso no es un peligro para Rusia habría que concluir que entonces es una protección. ¿Protegerla de quiénes?

Un repaso del mapamundi nos entrega a una Rusia objeto de una operación envolvente agenciada por USA. Además del escenario europeo mostrado, Asia nos ofrece a unos Japón y Corea del Sur firmes aliados de USA donde tienen asentamiento verdaderos arsenales de hegemón. El primero vecino y la segunda separada de Rusia por Corea del Norte. Si un ave de corral camina como pato, se alimenta como pato y enamora patas, de seguro que no es una serpiente.

En este, como en todos los casos en que se produce una operación de este tipo por un Estado no perteneciente a los Elegidos y no autorizada por Occidente a cualquier país, la mass media global “ruge (el mar), se encrespa y se agiganta”. Putin es llamado el nuevo Hitler y su invasión a Ucrania rememora la de Alemania a Polonia, en 1939, la que dio inicio a la Segunda Guerra Mundial. ¿Se advierten en el líder ruso deseos por apoderarse de Europa? ¿O sólo se trata de una especie de gesto de autodefensa, vistas las múltiples maniobras occidentales, sobre todo norteamericanas, desde el mismo momento en que se disolvió la URSS y la llamada “Cortina de Hierro”, tendientes a dejar sin oposición en esa zona del globo al gran hegemón?

¿Le han faltado diplomacia y paciencia a Putin en el caso que lo ocupa? ¿Es una provocación occidental? Si nos atenemos a las informaciones de prensa, sí. Rusia parece haber reaccionado como lo esperaban USA y la UE. Ambos han actuado casi al unísono ante los bombardeos rusos: sanciones económicas, prohibición de vuelos sobre sus territorios de aviones comerciales rusos, entrega de material militar a Ucrania, mientras que se habla de un posible rearme de Alemania, algo que rememora las épocas aciagas de la Primera y Segunda Guerras Mundiales.

Biden, dicen algunos, podría levantar cabeza, con esta coyuntura, en el plano interno en el que padece una impopularidad cuasi duquista y de Putin se dice otro tanto.

Recémosle a la morenita de Chiquinquira, la de nuestro amado presidente Duque, a ver si nos socorre y ayuda a salir de este trance tan maluco.

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