Decisión desesperada del uribismo: la arbitraria suspensión del alcalde de Medellín, Daniel Quintero

Daniel Quintero, alcalde de Medellín. - Margarita Cabello, procuradora general de la Nación.

POR EDWIN ANDRÉS MARTÍNEZ CASAS /

Para mostrar una imparcialidad que no tiene, la procuradora Margarita Cabello Blanco suspende al inepto alcalde de Ibagué, Andrés Hurtado y a Daniel Quintero Calle, alcalde de Medellín. En el último caso la arbitrariedad es evidente, teniendo en cuenta que no medió ninguna investigación y que el suceso que motivó la suspensión acaba de ocurrir.

Esto, por supuesto, está íntimamente ligado a la campaña electoral y, en especial, a los resultados de las últimas encuestas, que muestran la solidez de Gustavo Petro y, particularmente, al hecho de que alias ‘Fico’ no logra sacarle una ventaja significativa al candidato del Pacto Histórico en Antioquia. El otrora bastión electoral de la extrema derecha se ha debilitado sensiblemente y Antioquia ya no es la zona decisiva de otras épocas.

Pero, además, la torpeza y el desespero del proyecto criminal del Uribato los lleva a usar a su Procuradora de bolsillo suspendiendo a Quintero, sin contar con que eso va a generar el efecto contrario: más votos para el proyecto del cambio que encarna Petro.

Por lo demás, es de suyo que la prohibición de hacer política por parte de mandatarios -imaginen ustedes, prohibirle a los políticos que hagan política- siempre ha resultado absurda e inútil, esto último porque no evita lo que busca evitar, sino que crea estímulos para que los funcionarios hagan política-electoral con los recursos públicos por debajo de cuerda. Sería mejor aceptar que los mandatarios, a pesar de tener esa responsabilidad, siguen haciendo parte del escenario político y de la correlación de fuerzas vigente en cada momento histórico, y que deberían fomentarse formas transparentes de participación en política, que los ciudadanos conozcan abiertamente a quienes apoyan sus mandatarios.

Pero claro, en un país de leguleyos como Colombia, en el que se cree que todo se resuelve con leyes prohibitivas o con documentos de política pública, en suma, el papel puede con todo. En este país conservador y, por tanto hipócrita, prefieren crear leyes que sus mismos autores van a violar.

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