POR MILLER DUSSÁN CALDERÓN*
La explicación de los resultados de la reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) en la que Gustavo Petro registra el 44.9% frente al 41% de Rodolfo Hernández es una prueba del derrumbamiento de la aspiración del candidato de la Liga que obedece, en gran parte, al ejercicio del periodismo investigativo de Daniel Coronell, quien en su última columna de opinión desenmascaró al imputado exalcalde de Bucaramanga por corrupción despojándolo precisamente de su bandera principal, la anticorrupción.
Contrasta la postura del periodista con la convocatoria a un Acuerdo Nacional bajo el supuesto de aproximaciones programáticas con el imputado que lo acercan al Pacto Histórico y de sectores del Centro Esperanza que por su petrofobia se aproximan a Rodolfo a cambio de incluir algunas de sus propuestas programáticas.
Pero las denuncias incuestionables de corrupción no son suficientes debido a que priman los intereses del capital financiero y latifundista cuyas expresiones políticas son el Centro Democrático y las estructuras clientelares de los partidos Liberal, Conservador, Cambio Radical, Mira, entre otros, que hoy hacen parte del reacomodo de la “nueva derecha” ante la crisis del neoliberalismo y que continuarán impulsando la candidatura de Rodolfo Hernández.
Hay que celebrar la decisión de los estudiantes universitarios quienes convocaron a asambleas permanentes con motivo de la conmemoración del Día del Estudiante Caído por los crímenes de Estado cometidos en fechas del 8 y 9 de junio.
En esta oportunidad los estudiantes se levantarán de nuevo por la defensa de la universidad pública de calidad, gratuita y financiada por el Estado, contra el régimen político-narcoparamilitar, clientelista y corrupto; por la democratización del país; y porque un posible gobierno progresista garantice que sus reivindicaciones históricas producto de las luchas de resistencia sean prioritarias en la materialización de la agenda legislativa.
Hay que acompañar a los estudiantes articulando sus propuestas con las agendas comunes territoriales intensificando las movilizaciones sociales, reorganizando los movimientos sociales para fortalecer el poder popular, sin temor a que el derecho a la protesta siga siendo estigmatizado o a los llamados a no realizar las movilizaciones bajo el pretexto de afectan los intereses electorales de quienes siguen reduciendo la política a lo electoral y negando, sin ningún fundamento que la esencia de la misma es la Defensa de la Vida y los territorios y que reside en las resistencias y movilizaciones sociales.
Hay que dar prioridad al debate sobre las propuestas programáticas y, con mayor énfasis, a la relacionada con la transición energética que está asociada a la crisis climática.
Sobre el particular existe confusión debido a que desde el Estado se viene impulsando la “diversificación de la oferta energética” a favor de la inversión privada transnacional asociada al mercado de carbono, un gran negocio especulativo que convierte a la naturaleza (Amazonía) en sumidero de carbono, o simple mercancía que implica el despojo de las comunidades o su conversión en “guarda bosques” con ofertas de “bonos carbono” o Pagos por Servicios Ambientales o ecosistémicos; estrategia perversa para el control territorial y apropiación de nuestros Bienes Naturales Comunes.
Debemos estudiar a fondo las propuestas de movimientos sociales y ambientales sobre transición ecológica que incluye transiciones como la energética, soberana, justa, democrática, comunitaria, ligada a la seguridad hídrica y alimentaria.
*Coordinador del Movimiento Social Defensores del Territorio del Huila y profesor de la Universidad Surcolombiana.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.