“Marchar separados y golpear juntos”

POR LUIS EDUARDO MARTÍNEZ ARROYO

Navega en el ciberespacio un video presidencial de crítica a la pasividad de la dirigencia sindical ante las reformas del Gobierno del Cambio que cursan en el Congreso. Reclama el primer mandatario a esos dirigentes que no hayan adelantado acciones de movilización en apoyo a dichas reformas y de rechazo a la ofensiva patronal hecha evidente en sus medios de comunicación.

Al respecto opino:

Por razones diversas, que abarcan el mundo capitalista, la sindicalización ha conocido una desmejora, tanto como para considerar que es una fuerza minoritaria. Colombia es una protagonista de esa realidad monda y lironda. Considérese además, que en el país es más fácil crear una guerrilla que fundar un sindicato. Es una tradición lastrada.

No ayuda mucho el temperamento político de nuestro gobernante que no le apuesta ni apunta a que el movimiento social y político tenga sus propias aspiraciones y ambiciones (electorales, prestacionales y salariales, organizativas, de comunicación, etc.), que no tienen que coincidir necesariamente con las del Gobierno. Estamos hablando de independencia para evitar la subordinación de los trabajadores ante cualquier maniobra política de aquel. Por ejemplo, el movimiento social y político debería ratificar su aspiración de la anulación de la deuda externa, así eso vaya en contravía de la política económica oficial que ha ratificado con los organismos usureros del capital internacional sus compromisos de pago del servicio de la misma.

La reforma laboral que se ha de presentar al Congreso para su estudio no favorecerá de modo exclusivo a los trabajadores formales. Busca incorporar también al orden jurídico laboral a los hoy trabajadores informales. Estos y aquellos tienen familias que de llegarse a aprobar la reforma mejorarán su capacidad de compra, con ello ayudarán a mover el aparato productivo de los pequeños, medianos y grandes empresarios. Una medida que se desprende de lo anterior sería la de convocar amplias capas sociales de los más necesitados para que participen en las acciones de apoyo a las citadas reformas.

Una bien publicitada y difundida campaña informativa e ilustrativa por los medios privados y públicos, -el ciberespacio es de la Nación y los medios privados no cesan en su desinformación- serviría de vehículo de transmisión de la filosofía y propósitos de las reformas laboral, pensional y otras.

Alguien muy cercano a las luchas proletarias introdujo una expresión proveniente de algún militar alemán del siglo XIX, que aconsejaba a dos fuerzas que coincidían en varios propósitos: “marchar separados y golpear juntos”.

¿Es el presente el momento para actuar de ese modo?

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