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El pasado domingo 5 de noviembre partió uno de los pensadores más genuinos de Nuestra América, el filósofo argentino-mexicano Enrique Dussel Ambrosini, cuya parábola vital constituye un faro ético para la causa emancipatoria de los pueblos. Su vida fue un ejemplo de rigurosidad intelectual.
El politólogo argentino Atilio A. Boron al hacer un breve perfil de este referente de la Filosofía latinoamericana recordó que Dussel llegó a México “en 1975 como exiliado y sobreviviente de un atentado que sufriera en su natal ciudad de Mendoza, Argentina. A lo largo de su extensa vida Dussel fue forjando un pensamiento original sintetizado en su filosofía de la liberación, crítica profunda y devastadora de la falsa sabiduría colonial que envenena el campo académico latinoamericano. Pensador gigante de Nuestra América y figura de una proyección universal más allá de nuestras fronteras, Dussel era un pensador obsesionado por la precisión y la exactitud de todo razonamiento, lo que le llevaba a detestar la charlatanería pseudorevolucionaria que a menudo proliferaba en los claustros universitarios y también la vida política. Lector rigurosísimo de la obra de Marx en alemán, cosa no demasiado frecuente mismo entre los marxistas, Enrique fue un incansable maestro de dos generaciones de estudiantes latinoamericanos y una persona afable y siempre dispuesta al diálogo y la discusión fraterna. Su única condición era que tal intercambio no fuera una mera esgrima academicista librada entre eruditos sino que tuviera siempre como faro orientador la impostergable necesidad de lograr la liberación de la Patria Grande y de todos los pueblos y naciones oprimidas del mundo. Su obra seguirá iluminando nuevas generaciones de rebeldes y revolucionarios”.
Dussel Ambrosini es uno de los principales referentes de la Filosofía de la Liberación, corriente de pensamiento que puso en el centro a las periferias y a los pueblos oprimidos. Su legado intelectual y su compromiso con la justicia social marcaron la historia del pensamiento crítico y el marxismo en América Latina. Fue Rector interino en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y miembro de la American Academy of Arts and Sciences en Massachusetts. Dio cátedras y conferencias en innumerables universidades de Estados Unidos, Europa, Asia y América Latina.
Su prolífica obra se concentró, especialmente, en la Ética y la Filosofía Política. Buena parte de ella se puede encontrar en su página web: https://enriquedussel.com/
Dussel, quien falleció este domingo 5 de noviembre, a los 88 años, en la Ciudad de México, donde vivió durante cincuenta años, se caracterizó, sobre todo, por llevar su pensamiento a la praxis. Lo mismo se le podía ver dando conferencias sobre el asfalto, en el plantón de Reforma, durante el conflicto postelectoral de 2006, que llenando de garabatos un pizarrón en una clase de historia.
“Politizó la filosofía en Latinoamérica como lo hizo la Escuela de Frankfurt en Europa”
Tras conocerse la noticia del sensible fallecimiento de este intelectual latinoamericano, el filósofo colombiano Damián Pachón Soto expresó en sus redes sociales que el ejemplo de Dussel lo inspiró “desde que leí su texto ‘Europa, modernidad y eurocentrismo’ por allá en la Universidad Nacional. A él mi gratitud, sin su presencia, no hubiera elegido la filosofía como forma de vida y profesión”.
A continuación la breve reflexión de Pachón Soto sobre la obra y el legado de Dussel:
Tras la posguerra, después de 1945, la filosofía latinoamericana más significativa no dio la espalda a Europa. Hubiera sido un error, porque si bien la profesionalización de la filosofía había avanzado, ese proceso no estaba completo, lo que significaba que faltaba la asunción, la asimilación y el diálogo crítico con la filosofía europea, así como la determinación de las limitaciones de esa filosofía.
Es precisamente en este sentido que la obra de Enrique Dussel es ejemplar. Ello por varias razones: no sólo puso los pilares de un pensamiento crítico, situado, que evidenció las limitaciones de la ontología europea, sino que partiendo de esas limitaciones politizó también la filosofía, tal como lo había hecho en Europa la Escuela de Frankfurt. Por eso en sus obras encontramos una actitud siempre abierta con la filosofía mundial, abordándola siempre de manera creativa y desde la llamada diferencia colonial. La Filosofía de la Liberación partió de la fenomenología, encontró sus limitaciones, pretendió ir más allá de ella y politizó el quehacer filosófico. En términos filosóficos esto es importante porque no implicó rechazo resentido contra la tradición europea sino polémica con la misma. Cuando aludo a la actitud polémica de Dussel me refiero más precisamente a la “guerra intelectual” que él ha tenido con otras filosofías, pues finalmente, polémica viene de polemos y polemos es guerra. Así mismo, porque desarrollar ese pensamiento implicó siempre una lectura de nuestro propio pasado, una preocupación por el devenir histórico e intelectual de este continente.
Dussel ha resaltado desde sus inicios que su filosofía era poscolonial y posmoderna. Y estos rasgos han definido dos aspectos claves de su filosofía: la crítica del eurocentrismo y de la filosofía colonizada. Y en estricto sentido, esto es cierto. Él comprendió que la filosofía como creación partía de la asunción crítica de la tradición y, desde luego, del constante diálogo, esto es, que la creación filosófica tiene como condición de posibilidad la discusión filosófica, con los ausentes y con los presentes, europeos y no-eupeos. Pero ese diálogo implicó desenmascarar el mito eurocéntrico de la modernidad y su filosofía. De tal manera que hacer filosofía original en América Latina no reñía con una actitud inter-filosófica con Europa y con las determinaciones geohistóricas y geopolíticas de su pensamiento. Asimismo, encontramos en su obra un interesante diálogo con otras disciplinas como la historia y la teología. En este sentido, su filosofía confluye con problemas epistemológicos que se discutían en la época. Creo que estos rasgos enunciados, han sido fructíferos en su pensamiento posterior y de ahí su notable influencia en las teorías poscoloniales actuales.
La Filosofía de la Liberación
Uno de los importantes aportes de su obra fue la Filosofía de la Liberación, que surge de un locus enuntiationis (lugar de enunciación) situado en la exterioridad, en la periferia geopolítica, cultural, económica, política, militar, del Sur global, con una activa posición en el vivir en un mundo dependiente neocolonial.
Como acto de rebeldía descolonizadora, la Filosofía de la Liberación que propuso Dussel observó en los pueblos dominados (excluidos de la civilización moderna y, por lo tanto, de su pensamiento) la oportunidad para desplegar un horizonte más amplio que el del mero eurocentrismo.
Partiendo de la historia mundial, Dussel situó este pensar filosófico desde la alteridad, del otro/a, la nada, el no-ser, “la viuda, el huérfano, el extranjero y el pobre”, desde donde puede efectuarse la crítica de todo sistema (económico, político, epistemológico, filosófico, de género, cultural, racial, etcétera) que se cierra sobre sí mismo.
Dussel se inspiró en sus autores preferidos (latinoamericanos y europeos), incluidos Augusto Salazar Bondy, Paulo Freire, Jean Paul Sartre, Martín Heidegger, pasando por Franz Hinkelammert, Emmanuel Lévinas, Paul Ricoeur y Walter Benjamin, y los incorporó en un nuevo discurso.
El resultado no fue sólo una nueva visión de la historia mundial, sino nuevas categorías filosóficas que se han ido afinando, precisando, al co-rrer de los debates, los años y lugares desde donde se piensa. La interpelación intercultural de los pueblos originarios fortaleció las tesis originales de su filosofía.
Dussel en frases
La obra intelectual de Enrique Dussel es una fuente de inspiración para el pensamiento crítico latinoamericano. Frecuentemente son citadas varias de sus frases sobre la política, la ética, la filosofía y el marxismo.
«La política sin servicio no es política»
«La única sede del ejercicio del poder es el pueblo»
«El partido debe ser una escuela de política, no una maquinaria electoral»
“Sin una descolonización del pensamiento no hay revolución”
“No es nada descubrir algo nuevo, hay que descubrir para qué se descubre”.
“Marx es en la periferia, hoy, más pertinente que en la Inglaterra de mediados del siglo XIX“.
«Ésta es una ética de la vida, es decir, la vida humana es el contenido de la ética”.
En el segundo aniversario del triunfo del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (para él era el aniversario del pueblo de México), desde su cargo de Secretario de Educación, Formación y Capacitación Política del Comité Ejecutivo Nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), declaró:
«Para un país distinto necesitamos una nueva generación de políticos bien formados, estudiados. Eso se hace día a día, siendo fiel a los principios».
“Si no cumplimos con las leyes de la naturaleza, la naturaleza nos extingue”
Enrique Dussel. El primer debate filosófico de la modernidad
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