LA ROSA ROJA /
Bajo la óptica de seguir mercantilizando la naturaleza a partir de criterios de explotación y codicia capitalista, y a escasos días de la realización de la COP16 en la ciudad de Cali, entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre, dirigentes políticos del departamento del Valle del Cauca, liderados por su gobernadora Dilian Francisca Toro, se les ocurrió la “ingeniosa” idea de plantearle a la Unesco que declare “paisaje cultural de la caña de azúcar” a esta zona geográfica colombiana en la que hace más de un siglo se explota de manera indiscriminada desde el punto de vista antiecológico este monocultivo.
En opinión del abogado ambientalista, Armando Palau Aldana, fundador y director de la Fundación Biodiversidad, dicha propuesta constituye “una afrenta” para el medioambiente.

No obstante el contrasentido, la iniciativa ha recibido el respaldo de los alcaldes vallecaucanos de Cali, Alejandro Eder; Palmira, Víctor Manuel Ramos; Pradera, Francisco Guzmán Figueroa; Florida, Dimas Martínez Toro; y Candelaria, Gessica Vallejo.
Cabe anotar que el burgomaestre de Cali, Alejandro Eder hace parte de una de las potentadas familias dueñas de uno de los 13 ingenios del departamento del Valle del Cauca y la gobernadora Toro tiene intereses directos en el negocio de la caña de azúcar. Por lo que es obvio que les mueve un interés comercial y corporativo.
Un desierto verde que ha lesionado en grado superlativo la biodiversidad
Durante un encuentro virtual realizado el pasado jueves 29 de agosto tanto el abogado Palau Aldana como el cientista social y catedrático universitario Ricardo Sánchez Ángel analizaron el alcance de la disparatada propuesta de los mencionados dirigentes políticos del departamento del Valle y explicaron cómo la industria azucarera en esta región del occidente colombiano durante más de un siglo ha horadado y lesionado el ecosistema, configurando un ecocidio permanente.

De ahí que el profesor Sánchez Ángel celebre que organizaciones ambientales y raizales de distintas zonas geográficas de Colombia hayan proyectado llevar a cabo la Cumbre Ambientalista Ciudadana y Autónoma –COP Divergente– en Cali entre el 25 y 27 de octubre no solo para poner sobre el tapete la iniciativa de la dirigencia política tradicional vallecaucana sino también sentar posiciones críticas frente a los intereses y contradicciones que atraviesa la COP16.
“La COP16 está atravesada por distintos relatos, intereses y contradicciones, razón por la que la COP Divergente debe proyectarse a dialogar con el pensamiento crítico e interpelar al Gobierno colombiano que reivindica la causa verde”, sostuvo Sánchez Ángel.
En alusión a la inusitada propuesta de la Gobernadora del Valle del Cauca y cinco alcaldes de este departamento, el cientista social dijo que se trata de aprovechar el escenario internacional de la COP16 para “vender el prototipo de modelo de explotación de la caña de azúcar”, cuando lo que ha ocasionado es la destrucción medioambiental de configuraciones espaciales y de organizaciones sociales de base.
El profesor Sánchez Ángel explicó que para el occidente colombiano el monocultivo azucarero ha significado además de su impacto antiecológico un modelo empresarial rentístico, acaparador y explotador, como bien lo analiza en uno de los capítulos de su libro ¡Huelga! Luchas de la clase trabajadora en Colombia, 1975-1981 (se puede acceder al archivo en PDF ingresando en este enlace), intitulado “Las iras del azúcar”.

Este desierto verde que ha lesionado en grado superlativo la biodiversidad asimismo ha destruido los fundamentos raizales, ocasionado un paisaje industrial demoledor. De ahí la importancia, puntualizó el catedrático universitario, de develar las verdaderas intenciones de esta clase tradicional del Valle del Cauca con su desatinada idea de que la Unesco declare “paisaje cultural de la caña de azúcar” el área donde se explota dicho monocultivo.
“El teatro del absurdo”
El jurista Palau Aldana complementó la reflexión del catedrático Sánchez Ángel señalando que la “idea” de los dignatarios del Valle del Cauca constituye “el teatro de lo absurdo”.
Dijo que es imperioso que el Gobierno nacional se pronuncie, por cuanto es de proporciones insólitas que se pretenda institucionalizar “paisaje cultural de la caña de azúcar” el Valle geográfico del río Cauca (que comprende el sur de Risaralda, el Valle del Cauca, la meseta en el Valle interandino y el norte del departamento del Cauca), cuya extensión es de alrededor de 400 mil hectáreas, de las cuales 260 mil son aprovechadas para explotar está industria.
“Solo en el Valle del Cauca la siembra de caña de azúcar cubre 170 mil hectáreas. Es un monocultivo que ha lesionado de manera grave la biodiversidad del otrora Valle geográfico del río Cauca. Es un monocultivo además que se ha ido construyendo con la desecación de los humedales, portadores de vida, que se han ido formando”, señaló Palau y añadió que la propuesta formulada ante la Unesco, “es otra gran mentira como el paisaje cultural cafetero que atentó contra la arboleda de las fincas productoras del grano, acabó con el pancoger y la diversidad de cultivos”.
Acusó a los propietarios de los 13 ingenios azucareros “de ser los gestores del mayor daño ambiental de todo este Valle” y recordó que esta rentística como antiecológica explotación fue la réplica al modelo de distrito especial de riego que en los primeros años 30 del siglo pasado el Gobierno estadounidense de Franklin D. Roosevelt implementó en el Valle de Tennessee. Para el caso lugareño se creó en octubre de 1954 la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), cuyo segundo director durante 10 años fue Henry Eder, antepasado del actual Alcalde de Cali.

Palau Aldana señaló que la CVC sirvió para domesticar al río Cauca con el propósito de regular su cauce, y de esa manera, inundar los cañaduzales. Es decir, da está en las obras de los fundadores: K. Marx (1818-1883) y F. Engels (1820-1895). Ellos estudiaron, ante todo, las realidades del capitalismo de la primera revolución industrial, destacando a Inglaterra y Alemania. Tenían vastos conocimientos sobre Europa, que disminuyen al extenderse a otras regiones. Conocían poco sobre América Latina. De manera que cuando el marxismo empieza a llegar a esta región al iniciarse el siglo XX, quienes se informaron de la nueva teoría igualmente leyeron las escasas obras que circulaban. Sin embargo, fue el argentino Juan B. Justo (1865-1928), fundador del más antiguo Partido Socialista en Latinoamérica (1896), el primero en traducir ‘El Capital’ al español y directamente del alemán.
Desde el triunfo de la Revolución rusa, la implantación del socialismo, las ideas de V. I. Lenin (1870-1924), la publicación y traducción de las obras centrales de Marx-Engels y la fundación de partidos comunistas y socialistas en América Latina, potenciaron al marxismo. Aumentaron los difusores de sus tesis y comenzaron los esfuerzos por estudiar las realidades de la región desde la teoría-metodología marxistas. Si bien existen trabajos anteriores sobre Ecuador, recientemente se publicó un libro colectivo ‘¿La ira o la esperanza? El marxismo en Ecuador’, que indaga los orígenes en los primeros pensadores, la publicación de ‘La Tierra’ (primer periódico socialista), la fundación del Partido Socialista (1926) y luego del Partido Comunista (1931), aunque se limita, finalmente, solo al estudio de tres intelectuales: Agustín Cueva, Bolívar Echeverría y Alejando Moreano.

El marxismo entendido por los partidos comunistas y socialistas tiene larga historia. Forman parte de ella los esfuerzos por aplicar creadoramente la doctrina para comprender la realidad, en lo cual destacó José Carlos Mariátegui (1894-1930) y como fundador del Partido Socialista (Comunista) del Perú (1928). Pero también cuentan los dogmas que siguieron a partir de la unidad ideológica que impuso la III Internacional Comunista o Komintern (1919), las reacciones frente a la marcha del socialismo de tipo soviético, los “manuales” de marxismo que se difundieron ampliamente, las rupturas posteriores al vaivén de la Revolución china (1949), el conflicto chino-soviético en plena Guerra Fría, e incluso las exóticas variantes interpretativas y políticas en Corea del Norte con la “Idea Juche” (Zuche) de Kim Il-Sung o el socialismo en Albania con Enver Hoxha. Además está el impacto que tuvo la Revolución cubana (1959), que rompió con todas las formas de interpretación que se había dado hasta el momento sobre la “revolución proletaria” y la “dictadura del proletariado”. En esa trayectoria suele olvidarse que la primera República Socialista se instaló en Chile (1932), aunque apenas duró 12 días.
El marxismo académico latinoamericano se presenta desde dos esferas: una, la lectura de los textos de los fundadores para profundizar en sus conceptos y teorías, a fin de darles actualidad y desarrollo; y otra, el uso de la teoría-metodología de Marx en la investigación concreta de las realidades latinoamericanas. La investigación fundamentada en la teoría marxista tuvo un creciente desarrollo desde la década de 1960 y marcó el amplio espectro de las ciencias sociales latinoamericanas en variadas ramas: historia, economía, sociología, politología, antropología, etc., y también en la filosofía. Los ejes intelectuales pasaron por la afinidad u oposición al marxismo, hegemónico hasta mediados de la década de los 80. Con el derrumbe del socialismo de tipo soviético también perdió presencia el marxismo; pero el neoliberalismo galopante en la región y las desastrosas consecuencias sociales a las que condujo en todos los países en los que se instaló, crearon las condiciones favorables para el renacimiento del marxismo en el siglo XXI, en un ambiente de lucha ideológica con las concepciones de las derechas políticas y, sobre todo, contra el posicionamiento de los conceptos liberales, neoliberales y libertarios. Entre los numerosos estudios sobre estos temas cabe resaltar la sustancial y actualizada obra del filósofo cubano Pablo Guadarrama titulada ‘Marxismo y antimarxismo en América Latina’.

A pesar de la monumental obra marxista en América Latina y de la indudable importancia histórica de su trayectoria en la ciencia social, en la vida política de la sociedad y en la existencia de partidos y agrupaciones marxistas, son pocos los centros, bibliotecas y archivos especializados que existen en la región y guardan esos legados que constituyen huellas en la trayectoria de nuestros pueblos. Han pesado los prejuicios y la represión, como la que se experimentó en el Cono Sur, cuando las dictaduras militares terroristas y anticomunistas se dedicaron a saquear, vaciar y quemar los libros “comunistas” de todo repositorio. En Ecuador ese comportamiento felizmente no se produjo. Y si bien existen universidades que conservan importantes bibliotecas y archivos como para seguir la historia del marxismo ecuatoriano, también se cuenta con la Biblioteca-Archivo Aurelio Espinosa Pólit, bajo propiedad y administración de la comunidad jesuita, que conserva la mejor hemeroteca republicana y un impresionante archivo de documentos sobre el tema, además de fuentes únicas sobre la historia de los partidos políticos del Ecuador.
Uno de los centros latinoamericanos de mayor importancia que existen en la actualidad es el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (Cese creó una autoridad ambiental para que beneficiara los intereses corporativos de los azucareros.
Otro de los impactos al ecosistema, explicó, es la quema del follaje de la caña de azúcar (alrededor de 60 mil hectáreas según las conservadoras cifras oficiales) en un proceso industrial a campo abierto que permite hacer la preparación previa del cultivo para llegar a la caldera del ingenio y tener una mayor productividad de la melaza. Ello, agregó, ha desplazado la fauna de esta importante zona geográfica, afectada además por los agroquímicos.
“A dos meses de la COP16 hacen la vergonzosa propuesta a la Unesco que está reñida por conflicto de intereses, pues tanto el alcalde Eder como la gobernadora Toro están directamente involucrados en el negocio del azúcar”, concluyó el abogado Palau Aldana.