Ecos de la Cumbre del APEC: mientras Xi Jinping dominó con altura la reunión, Biden se mostró hostil y errático

POR RODRIGO DUARTE /

La más reciente reunión del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC, por su sigla inglesa) exhibió las diferencias entre un presidente sensato y profesional y otro que prefiere elevar las tensiones y cuya conducta errática comienza a generar problemas diplomáticos mayores, explicó un analista internacional consultado por la agencia noticiosa Sputnik.

Como era esperable, la reunión entre el presidente Joe Biden, anfitrión del encuentro realizado la pasada semana en la ciudad de San Francisco, California, y su homólogo chino Xi Jinping, se llevó todas las miradas de la cumbre del APEC y fue el centro de múltiples análisis posteriores sobre el foro que convocó a los líderes de 21 países en la región de Asia y el océano Pacífico.

Si bien otros jugadores importantes del tablero mundial se hicieron presentes, como México, la India, Japón, Corea del Sur y Australia, el peso económico de EE.UU. y China, y principalmente la fuerte tensión entre las dos potencias durante todo el 2023, hizo mayúscula la anticipación por el encuentro —el primero entre Xi y Biden desde el G-20 en Bali, celebrado en noviembre del año pasado—.

En el último año, y debido principalmente a una serie de provocaciones estadounidenses y el aumento de las hostilidades económicas y geopolíticas por parte de la Casa Blanca, el vínculo entre ambos países se ha estado enfriado hasta niveles no vistos desde que el entonces presidente norteamericano Richard Nixon visitara a su homólogo chino Mao Zedong y se normalizaran las relaciones entre Washington y Pekín, hace más de 50 años.

El viaje en 2022 de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi a Taiwan, la desorbitada reacción del Gobierno de EE.UU. por el avistamiento de un globo metereológico chino sobrevolando su territorio, las declaraciones de Biden calificando a Xi de “dictador”, así como el endurecimiento de la política proteccionista norteamericana, su guerra por los semiconductores y su mayor presencia militar en la región Indo-Pacífica han sido episodios en los últimos meses que enturbiaron la relación entre los dos países, reflejando la postura adversa de Washington con respecto a una nación que había sido hasta hace poco uno de sus grandes socios comerciales.

Sin embargo, y pese a que ambos gobiernos acordaron durante la cumbre del APEC restablecer las comunicaciones entre sus Fuerzas Armadas y retomar otra serie de contactos de alto nivel entre funcionarios, lo cierto es que la actitud hostil y errática de Biden impidió que este relanzamiento de las relaciones se haya llevado adelante con éxito.

Los mandatarios de China, Xi Jinping y de EE.UU., Joe Biden durante su encuentro en la ciudad de San Frrancisco, California.

Con ello, el mandatario norteamericano pareció recordar una vez más que en materia de organismos multilaterales y relaciones internacionales, el único interés que mueve a EE.UU. es perpetuar su hegemonía y no colaborar para generar una prosperidad compartida.

Esa es la opinión del analista de política internacional Demián Bia, egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien opinó que el contraste entre el líder chino y el estadounidense no podría haber sido mayor.

“Mientras Xi dijo antes del comienzo de la reunión que el planeta Tierra era suficientemente grande para los dos países, y le aseguró a los empresarios de EE.UU. que China quería ser visto nuevamente como un amigo y que no habría desacoplamiento, Biden declaró que ellos hacían las cosas mejor que Pekín y cuando terminó el encuentro con el líder chino fue hacia a un podio a decirle a la prensa que era un dictador”, afirmó.

Joe Biden

“Hay que recordar que durante meses distintas figuras de primer nivel de EE.UU., desde Janet Yallen hasta la secretaria de Comercio Gina Raimondo, y el propio Bill Gates, realizaron peregrinaciones hasta Pekin para intentar acercar posiciones entre los dos países”, describió.

“A fin de cuentas, a la economía de EE.UU. le sirve seguir haciendo negocios con China, el mercado más grande del mundo, y la propia Administración Biden necesita estabilidad geopolítica en un año electoral”, añadió.

Ello, continuó Bia, explica la dramática reacción del secretario de Estado Anthony Blinken, que se viralizó en segundos, quien, tras escuchar a Biden volver a llamar dictador a Xi, se dobló en una mueca de frustración. “Es la cara de alguien que se da cuenta no sólo que su jefe ha vuelto a meter la pata, sino que el trabajo de todo un año ha sido tirado a la basura”.

Esta actitud “beligerante y poco seria” del presidente Biden, que en los últimos meses ha recibido fuertes cuestionamientos de la prensa de su país por cometer errores de todo tipo en público, llevando a muchos a preguntarse si su avanzada edad no era un obstáculo importante para el correcto funcionamiento de su Gobierno y las ambiciones reeleccionistas de los demócratas en el 2024, no podría haber sido más distinta al comportamiento “profesional y sensato” de Xi, quien “dominó” la cumbre, opinó el analista político.

“El líder chino mostró altura y pragmatismo, tanto con Biden como en sus intervenciones públicas y en diálogo con los ejecutivos estadounidenses, diciendo que era necesaria la colaboración y no la confrontación para generar certidumbre, y que los países deben verse como socios y no como competidores”, señaló.

“Luego de la publicación de encuestas que lo tienen por detrás de (Donald) Trump en los estados que deciden la elección, con malos números de la economía y de su aprobación personal, Biden necesitaba un éxito en materia internacional —o al menos no hacer un mal papel— en esta cumbre del APEC”, apuntó.

“Y sucedió todo lo contrario, se hizo viral por la vergüenza que le causó a uno de sus funcionarios, y las calles de San Francisco se vieron tomadas por los activistas jóvenes pidiendo por un cese al fuego en Gaza, mientras Biden seguía justificando en público la hostilidad de Israel contra los civiles palestinos”, dijo el analista.

Xi Jinping, presidente de China

Además, Bia recordó que la gran propuesta comercial que la Administración demócrata iba a presentar en la cumbre, el llamado Marco Económico del Indo-Pacífico (IPEF, por su sigla inglesa), debió ser pospuesta luego de la revuelta interna de varios legisladores demócratas, que se quejaron públicamente de que el acuerdo no incluía protecciones laboral para los trabajadores estadounidenses.

“El fiasco con el acuerdo comercial que el Gobierno de Biden quería implementar con los países de la región, excluyendo a China, resultó otra muestra de la falta de profesionalidad de esta Administración demócrata”, calificó el analista consultado.

“A último momento se dieron cuenta que representaba un flanco electoral que podría beneficiar a los republicanos y se echaron para atrás. Pero esas son cosas que se trabajan y se estudian con antelación. Lo que sucedió exhibió lo amateur y electoralistas que son las políticas de este gobierno”, dijo Bia. Y añadió: “No es una novedad, pero es impactante verlo con tanta claridad y en un escenario global”.

Sputnik