POR ARMANDO PALAU ALDANA
Con ocasión de la desafortunada noticia de petición a la Unesco de declaratoria de “Paisaje cultural azucarero” por parte de algunos dignatarios colombianos como los alcaldes de los municipios vallecaucanos de Candelaria, Florida, Pradera, Palmira y Cali, de la mano de la Gobernadora del Valle, el Departamento Nacional de Planeación y el Ministerio de Defensa, empecemos por decir: lo que mal comienza mal termina, como afirma el sabio adagio popular, pues fue el genocida Sebastián de Belalcázar quien trajo la caña de azúcar a su Estancia en 1540, en el hoy municipio de Yumbo en el departamento del Valle del Cauca.
También es importante precisar que Santiago Eder (James Martin) diplomático y abogado de Lituania, fundó en 1901 la primera factoría azucarera “Ingenio Manuelita” en predios de la hacienda que fuera de la familia del escritor Jorge Isaacs. Luego Alfonso Cabal estableció Providencia (1926) y Hernando Caicedo montó Riopaila (1928), que fueron los primeros emporios agroindustriales azucareros de Colombia consolidados a través de estas familias de la élite conservadora vallecaucana.
El Valle Geográfico del río Cauca, compuesto por el valle interandino formado entre las cordilleras central y occidental, conformado por 400 mil hectáreas del norte del Cauca, el centro del Valle del Cauca y el sur de Risaralda, que fuera hasta mediados del siglo XX un exuberante paisaje de Bosque Seco Tropical y despensa hortofrutícola, fue la región azucarera proyectada desde 1950 por los 13 ingenios azucareros asociados en Asocaña (1959), para promover su evolución y desarrollo agroindustrial.

Según Cenicaña (1995), en 1950 el área sembrada de caña de azúcar era de 18.620 hectáreas, la que creció en 1960 a 61.600, alcanzando 130.200 en 1970, para llegar hoy a ocupar 260.000 de las 400 mil del otrora fértil valle del río Cauca. Vertiginoso crecimiento logrado con la creación de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) en 1954, promovida por los comerciantes de talante conservador José Castro Borrero, Ciro Molina Garcés, Manuel Carvajal Sinisterra y Harold Eder, bajo la dictadura militar de Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957).
En esta región geográfica aluvial colombiana, de las 174 mil hectáreas sembradas de caña de azúcar en el Valle del Cauca, previa aplicación de glifosato (madurante y defoliante), se queman 58 mil en un proceso preindustrial a cielo abierto que alivia en un 30 % la carga que transportan tractomulas en 5 a 7 vagones, lo que el Director de la CVC quiere mostrar como gran avance, cuando ello se desprende de la lucha que ante el Consejo de Estado dimos en 1995 logrando que el Decreto 948 fijara zonas de prohibición de quemas.
También logramos que la entonces ministra de Ambiente, Cecilia López Montaño, impusiera en esta disposición como fecha límite para esos incendios agrícolas el 2005, derogada indefinidamente en el 2004 siendo presidente el hoy enjuiciado penal Álvaro Uribe Vélez para el beneplácito de ese cartel de pirómanos de la caña de azúcar, moratoria que la actual Ministra no ha tenido el valor civil de decretar en estos años de gobierno como evidencia de defensa de la biodiversidad arrasada por esa combustión cañera.
![]()
El neoliberalismo y la economía empresarial en América Latina, al privilegiar las rentabilidades de las élites más ricas y al mismo tiempo más atrasadas en conciencia social, también han afectado la educación pública a todo nivel y particularmente la universitaria, tanto como el patrimonio cultural de las naciones latinoamericanas.
En Ecuador se condonan deudas tributarias a los grandes grupos económicos y se fortalecen sus privilegios al mismo tiempo que se recortan fondos universitarios. Es un comportamiento que contrasta con lo que ocurre en los Estados Unidos, país al que las oligarquías latinoamericanas admiran y en el que el mantenimiento de museos, bibliotecas y archivos, particularmente en las más renombradas universidades, forma parte de la cultura a favor del intelecto humano y sus creaciones. De modo que a los sectores marxistas también toca la tarea de defender y proteger el patrimonio histórico de cada país, a fin de que se conserven las fuentes para nuestra propia historia.
http://www.historiaypresente.com/

