POR IRENE COMINS MINGOL /
El planeta Tierra está experimentando un hecho sin precedentes: la degradación a escala masiva de sus ecosistemas a manos de una de las especies a las que acoge, el ser humano. Desde 1950 nuestro estilo de vida y nuestros patrones de consumo han acelerado el deterioro medioambiental exponencialmente. Por un lado, protagonizamos el mayor nivel de expoliación de los recursos naturales. Hemos destruido casi la mitad de los grandes bosques de la Tierra, exterminando miles de especies vegetales y animales. Los expertos estiman que estamos generando la mayor extinción masiva de la historia.
Por otro lado, estamos contaminando la tierra, el aire y el agua de un modo altamente peligroso para la sostenibilidad de la vida. Hemos liberado a la atmósfera cantidades ingentes de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Hemos arrojado al suelo y al agua decenas de miles de productos químicos, muchos de ellos toxinas de larga duración que envenenan poco a poco los ciclos de la vida. Ambos procesos, expoliación de los recursos y contaminación, marcan el camino hacia la destrucción.
Depende de los seres humanos emprender otro camino, uno en el que participemos activamente en la preservación y la mejora de la vida en la Tierra. Todavía estamos a tiempo, podemos elegir la vida.
Revista Papeles, España.