Ganar gobiernos territoriales, construir poder popular

SEMANARIO VOZ /

Unidad, honestidad, eficiencia y garantías de triunfo tienen y deben ser las premisas que caractericen las reuniones político-electorales que se desarrollen en la Coordinación Política Nacional y las direcciones regionales y locales del Pacto Histórico.

La primera decisión sobre la oficialización y presentación de Gustavo Bolívar como candidato único del Pacto Histórico a la Alcaldía de Bogotá, marca el desarrollo de lo que será la participación de la convergencia en el debate electoral que se aproxima.

Sin embargo, el propio Bolívar desde su cuenta de Twitter llamó la atención e hizo la autocrítica “ante el rotundo fracaso en la entrega de avales por parte del Pacto Histórico y sus partidos, o se unifican las personerías jurídicas en una sola y se definen mecanismos democráticos para escoger candidatos, o desaparecemos”, advirtió.

Anotó además que al interior del Pacto es muy “difícil poner de acuerdo 13 partidos, 51 congresistas y dirigentes nacionales y regionales”.

“Intereses van y vienen, nepotismo, venganzas, se castiga al que levanta la voz, se cierra el paso a liderazgos por envidias o conveniencias, se negocian avales o se envían faltando minutos para cerrarse las inscripciones. Una vergüenza total”, se lamentó el candidato a la Alcaldía Mayor de Bogotá.

El reto del Pactos Histórico en los comicios regionales

La participación electoral territorial es un elemento fundamental para la consolidación del proyecto de cambios efectivos en la nación. Elegir gobernantes garantiza la construcción de poder popular, democracia desde abajo, participación ciudadana aún en la elaboración de presupuestos que permiten una redistribución de la riqueza del país y acabar con la pobreza para consolidar la Paz Total.

La totalidad de las Gobernaciones, Alcaldías, diputaciones, concejalías y edilatos serán elegidos el 29 de octubre de 2023 y el reto del Pacto Histórico radica en que debe conservar y/o aumentar la aceptación ciudadana como proceso unitario y símbolo de la recuperación social, económica, política y moral de la nación y sus territorios. Si logra demostrar madurez, cohesión y honestidad en el proceso electoral, ello facilitará la victoria de los candidatos del Pacto Histórico en los próximos comicios regionales de octubre.

Las luchas actuales por la democracia y las reformas exigen el máximo esfuerzo para ganar y en el ejercicio de la gestión es definitivo mostrar eficiencia para así poder resolver rápidamente los problemas que aquejan a la población colombiana, finalizando las penurias de quienes por años las han padecido. En muchas regiones y ciudades el avance político electoral del Pacto Histórico debe eliminar la corrupción, la indiferencia y la insensibilidad con que la decadente y corrupta burguesía ha gobernado durante largos años el país.

Llegó la hora de demostrarle al pueblo colombiano que no sólo tenemos un buen Presidente, sino que además contamos con líderes y lideresas capaces, honestos y eficientes para gobernar los municipios, departamentos y hacer de Colombia una nación prospera, incluyente, soberana, de gran convivencia y capaz de satisfacer plenamente las necesidades de nuestra población.

Por esos anhelos tantas veces diferidos, los retos económicos que nos plantea la situación, la necesidad de hacer realidad el cambio de estrategia para resolver el acuciante y tan mortífero problema del narcotráfico, detener los agentes que aceleran el colapso climático y las urgentes exigencias de la Paz Total, imponen la más efectiva dinámica para que el Pacto Histórico obtenga triunfos en las más importantes ciudades y departamentos de la nación.

Estos objetivos políticos sólo se obtendrán si todos y cada uno de los senadores, representantes, diputados, concejales y líderes del Pacto Histórico hacen de la unidad, la eficiencia, el altruismo y la honestidad en valores supremos que orientan y estimulan su quehacer político, atendiendo siempre al pueblo y construyendo con él los caminos de la justicia social.

Apertrechados en esta forma, con estos valores como estandartes, octubre devendrá en triunfos políticos que allanarán el sendero hacia el éxito del Gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez, con la consecuente perspectiva de futuros presidentes del Pacto Histórico.

La historia política de América Latina y de otros ámbitos del mundo nos enseñan que así y sólo así los proyectos progresistas arriban al gobierno y permanecen el tiempo necesario para empoderar a los excluidos, consolidar democracia, sembrar equidad, dignidad y con soberanía rescatar la naturaleza y defender las fuentes de riqueza que el imperialismo con su fuerza bruta y con la complicidad de un establishment corrupto ha arrebatado para satisfacer sus insaciables intereses.

El Pacto Histórico tiene el compromiso de darle al presidente Gustavo Petro el apoyo en las regiones de eficientes gobernadores y alcaldes para tener herramientas políticas que posibiliten con Brasil, Chile, Cuba, Argentina y México construir y desarrollar una política distinta a la que Estados Unidos hasta ahora le ha impuesto a América Latina. Y en el ámbito interno sacar adelante la Paz Total y las reformas laborales, de la salud y el canje de deuda externa a cambio de la protección de la Amazonía.

Para superar la fragilidad de la democracia que hemos heredado, para no depender de mayorías débiles en el legislativo, para no tener que hacer alianzas con sectores non sanctos, para consolidar el proceso de reformas y cambios es necesario recordar que no podemos ser gobierno sin el apoyo del poder popular.

Ser Gobierno territorial más que un reto es un imperativo ético y democrático. Lo candidatos y candidatas del Pacto Histórico tienen que estar a la altura de este reto para coadyuvar a que Colombia continúe por el sendero que la conduzca a ser una potencia de vida.

Semanario Voz, Bogotá.