LA ROSA ROJA /
Durante un elocuente y categórico discurso de algo más de una hora durante la Segunda Asamblea Nacional de su partido, Colombia Humana, realizada el pasado sábado 17 de agosto en Bogotá, el presidente Gustavo Petro Urrego, hizo un llamado a los sectores progresistas, populares y democráticos del país a consolidar un gran frente amplio con miras a solidificar el proceso de cambio en el país y asumir el reto de ganar las próximas elecciones en 2026.
Dijo que en la actual coyuntura nacional no se trata solo de participar política y electoralmente sino de ganar para configurar una mayoría sólida que continúe el proceso de cambio que se inició en Colombia en 2022 cuando se inauguró su Gobierno de talante progresista.
Alertó a los sectores sociales y democráticos sobre el gran riesgo que corre el país si retorna al Gobierno la derecha, por cuanto que, si ello se da, van a volver “a bañar a Colombia de sangre”.
Fue enfático en señalar que los sectores de la ultraderecha de tesitura fascista en este país “no tiene otra forma de control sobre el pueblo que no sea el miedo y el terror porque están llenos de mafia y narcotráfico, y les gusta el sabor de la sangre”.
De manera contundente aseveró que “las posibilidades para volver a ganar en 2026 están sobre la mesa”, pues según los sondeos de opinión que no son manipulados por los medios corporativos de comunicación, hoy la primera fuerza política en Colombia es la coalición del Pacto Histórico que ganó la elección presidencial en 2022.
“El Pacto Histórico dejó de ser una minoría y hoy es la fuerza política más importante de Colombia”, sostuvo y agregó que, en la actual coyuntura política, es la única expresión “que puede vertebrar políticamente la sociedad colombiana porque las demás están extinguidas”.
En ese sentido, Petro aseguró que «a pesar de la diaria política de destrucción» por parte de los medios de comunicación de la derecha hacia su Gobierno, las encuestas dicen que el Pacto Histórico es «la primera fuerza», con el 51 % del apoyo de la población.
Hizo un llamado no solo a la confluencia de los sectores populares, democráticos y de izquierda sino también a la organización y contacto permanente con las bases sociales y comunitarias. “Si se pierde el vínculo con el pueblo no somos nada”, precisó.
“A veces se nos olvida y volvemos una organización el objetivo, y nos emborrachamos de poder y perdemos las ideas centrales de para qué hacemos política”, continuó. Y explicó que la organización «es solo un instrumento, el objetivo es el poder para el pueblo, el cambio de la historia y la transformación social».
Durante la asamblea, el primer mandatario insistió en la necesidad de que la ciudadanía tome las calles para defender el Gobierno del cambio. Destacó que las iniciativas que no han pasado en el Congreso de la República, así como aquellas que ya han sido aprobadas, necesitan del respaldo popular para poder implementarse con éxito. “Las reformas sociales están en peligro. Tumban la reforma pensional o la laboral (…) ¿y dónde está el pueblo?”, expresó el Presidente.
Rememoró el funesto antecedente histórico de la división del Partido Liberal en 1946 para justificar su llamado a la unidad de los sectores progresistas y democráticos de Colombia. Esa fractura partidista entre Gabriel Turbay Abunader y Jorge Eliécer Gaitán facilitó que el fascismo ganara en esa ocasión, lo que hundió a Colombia en una gran desolación sociopolítica e institucional, explicó el jefe del Estado para subrayar la importancia de mantener la cohesión en el movimiento progresista.
Puntualizó que el momento actual “de la historia no se puede perder” y exhortó a no fallar porque de lo contrario, la misma historia “nos la va a cobrar por décadas”.
La alocución
La exposición del mandatario que constituye una pieza de orientación política, en el siguiente video: