POR ALEJANDRO QUINTERO GALEANO
Estando presente en el Homenaje a los Maestros de la Medicina en Antioquia en el marco del evento de clausura del XXXIV Congreso Nacional de Medicina General y Social de Asmedas[1]el pasado mes de diciembre, como reconocimiento a la entrega de sus vidas con grandes aportes a esta profesión en el departamento y el país, se escuchó su reclamo por la desviación que había sufrido la práctica médica al convertirse el sistema de salud en un negocio. Pensamos de inmediato en los 30 años de reforma (Ley 100 de 1993) y las consecuencias nefastas de la política neoliberal.
Es un hecho irrefutable que el modelo neoliberal nos ha llevado a una crisis existencial. La situación de crisis la podemos apreciar, además de forma más impactante, en todo el sector público que fue el objetivo de su ataque: las universidades públicas, la educación pública, los hospitales públicos, la banca pública, los servicios públicos, etc. Pero no sólo en ello, sino en la consciencia de los individuos y en la naturaleza.
Hoy nos preguntamos desde la perspectiva de la influencia del modelo económico en el sujeto: ¿cuál es la causa de la crisis que viven nuestros adolescentes y jóvenes quienes han vivido de lleno las consecuencias de dichas políticas, para explicar los fenómenos de angustia, ansiedad, depresión, drogadicción que han aumentado en ellos en grandes proporciones durante esta época?
La revolución y las transformaciones la hacen los sujetos. Es por ello, que la intención de las élites en el poder es interferir en el proceso de subjetivación; y sí que lo lograron, con la aplicación del modelo neoliberal.
Existen tres destacados autores que han abordado el tema desde diferentes perspectivas, filosóficas y sociológicas, para llegar a conclusiones y propuestas similares, ellos son Byung-Chul Han con su texto La sociedad del cansancio; Zygmunt Bauman con Mundo Consumo; y Gilles Lipovestky con La Era del Vacío; estos tres autores, bajo diversas perspectivas nos dan las pistas necesarias para entender los cambios de los sujetos que han vivido esta época de transformación neoliberal; para Han, el problema gira en torno a la sociedad del rendimiento, la auto-explotación, la pérdida del tiempo libre, la influencia del internet y las redes sociales en ese proceso; para Bauman, con el cambio de la modernidad sólida por la modernidad líquida se trastocan las relaciones humanas de lo estable a lo inestable, de lo colectivo a lo individual, al individualismo, de la explotación externa a la auto-explotación, lo que conlleva a la pérdida de la ideología, la política, del pasado y el futuro; Lipovestky, nos explica la situación de vacío que sufre el sujeto ante el individualismo postmoderno. Estos tres autores con sus valiosos argumentos nos permiten comprender los fenómenos actuales de individualismo, competencia extrema, consumismo, vacío individual, rompimiento de los lazos de solidaridad, comunidad, el fracaso de las ideologías, los proyectos colectivos, el desplazamiento de lucha de clases a la lucha individual, la auto-explotación, el híper-presente, la inmediatez, la sociedad del rendimiento y la sobre exposición en redes; el paso de ser sujeto a objeto de consumo, con la consecuencia de la angustia y la frustración o la desviación del proyecto de vida para muchos de nuestros y nuestras jóvenes.
En espejo con ello, desde lo macro, hoy el mundo entra en una nueva crisis de y por el sistema capitalista, con la recesión económica, la inflación mundial, el calentamiento global, la guerra de Ucrania (que no es sino una disputa por la conservación o el cambio del orden mundial entre Estados Unidos-La OTAN y Rusia-China, la contraposición de un orden unipolar contra otro multipolar; lo que nos ha llevado a una guerra de largo aliento multidimensional, que no solo se expresa en el campo de batalla armamentista, sino en el financiero, comercial, geográfico, espacial –conquista del espacio- y por supuesto político. Por ello, varios analistas la catalogan, de hecho, como la tercera guerra mundial); esta situación pone en crisis la perspectiva de sobrevida de la especie humana y de muchas otras especies que comparten con nosotros este planeta; conllevándonos de nuevo a la pregunta del ¿qué hacer?
Los diagnósticos mientras más realistas y crudos, más nos ayudan a encontrar las salidas a los graves problemas que sufrimos, es allí donde debemos tener presentes las tesis de los tres autores mencionados. Para Han, la alternativa es volver a la contemplación, al eros, el amor como motor dialéctico para recuperar al otro, que permita salir del narcisismo individual y llevar al logos, al pensamiento, al diálogo, la política, la inclusión del otro, lo colectivo-social[2]; para Bauman, recuperar el papel del Estado como institución en defensa de lo colectivo, superar esa modernidad líquida que nos ha conducido a la sociedad y la cultura del consumo desbordado (consumismo), donde hemos perdido la libertad, la solidaridad, todo ello a través de fortalecer las instituciones públicas para “proteger a la sociedad de la proliferación de las víctimas colaterales del consumismo: los excluidos, los parias, la clase marginada. Su tarea consiste en salvar la solidaridad humana de la erosión y en evitar que se apaguen los sentimientos de la responsabilidad ética“[3]; Lipovestky, por su parte, después de su profundo análisis de las causas de la crisis personal, nos alienta a no perder la esperanza en este desierto y revertirlas[4].
Pero no todo es gris. Cada vez y con más fuerza sobresale la otra alternativa, a nivel internacional, la del mundo multipolar, los BRICS, el nuevo orden económico mundial post neoliberal, post capitalista[5]; a nivel Latinoamericano, el regreso al progresismo y de su mano, a la reunificación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), Unasur, Mercosur, con el protagonismo de Lula en Brasil[6] y los diferentes presidentes que pertenecen a esta tendencia; y a nivel nacional, a la construcción de la democracia con la “Paz total”, la reforma agraria, la nueva economía, la reforma tributaria, las reformas sociales, el nuevo Ministerio de la Igualdad.
Pero para todo ello necesitamos sujetos conscientes y críticos. De ahí, que no sólo se debe impactar el modelo educativo, sino también todos los medios de transmisión cultural, construidos durante estos más de 200 años por las élites en el poder, y que nos han mantenido en el atraso.
Para superar el capitalismo, para llegar a la era post-neoliberal y post-capitalista, debemos retomar la contemplación, la reflexión, el amor, el sujeto consciente-colectivo, el rescate del otro, la solidaridad, la vida en comunidad y el papel del Estado como institución equilibradora del orden social e impulsadora del desarrollo colectivo, equitativo, en armonía y respeto con las diferentes culturas, géneros y la naturaleza.
No más pérdida de los proyectos de vida de nuestras y nuestros jóvenes en este maremágnum de individualismo, competencia y consumismo. Se debe construir un cambio político-económico que retorne al sendero de lo social, lo colectivo, la solidaridad y comunidad.
Debemos seguir adelante con el apoyo popular y la vigilancia crítica al Gobierno del cambio. Nuestro mayor papel se encuentra en la organización y en las calles. Es la responsabilidad de quienes creemos que sí se puede construir un diferente país y un mundo mejor, inclusivo, para todas y todos.
[1] https://www.youtube.com/watch?v=8gBcfxIw8fM&ab_channel=AsmedasAntioquia
[2] https://www.youtube.com/watch?v=alMSyPxDLUg&ab_channel=LaTraves%C3%ADa
[3] https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-16162013000200006
[4] https://www.youtube.com/watch?v=h5iHuYlU7FM&ab_channel=ClaudioAlvarezTeran
[5] https://larosaroja.org/tenia-razon-marx-bajo-el-capitalismo-no-hay-destino-viable-para-la-humanidad-sostiene-el-influyente-semanario-aleman-der-spiegel/
[6] https://larosaroja.org/liderazgo-de-lula-cambia-todo-el-escenario-regional-latinoamericano/
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